Piden dos años para un arquitecto acusado de certificar falsamente la antigüedad de una casa

SUR/Málaga* : Un arquitecto se enfrenta a una petición de dos años de cárcel por certificar de forma falsa sobre la antigüedad de una vivienda unifamiliar que no estaba terminada en Casabermeja. La Fiscalía de Málaga le acusa de un delito de falsedad en documento público y pide además que se le inhabilite durante tres años para ejercer su profesión. El acusado en octubre de 2005 «ejerciendo sus funciones de carácter público», explica el fiscal en su escrito de calificación provisional, expidió un certificado en el que hizo constar que a esa fecha la obra tenía una antigüedad de seis años, lo que no era verdad.

El certificado se incorporó al procedimiento administrativo de declaración de obra nueva, «adquiriendo la condición de documento público con la finalidad de dar apariencia de legalidad a una obra cuya construcción aún no había sido terminada», afirma el Ministerio Público, por lo que se atribuyó a la casa en obras «una antigüedad destinada a evitar que fuera objeto de un procedimiento de disciplina urbanística».
Además de los dos años de cárcel, los tres de inhabilitación para el ejercicio de la profesión de arquitecto, la acusación pública pide que sea condenado al pago de una multa de 9.000 euros. También insta al juzgado a que se declare la falsedad del certificado que elaboró el acusado.





* SUR - 26.06.10
Foto: Casabermeja (Málaga) - wikipedia.org

1 comentarios :

CarlosR dijo...

Una vez más, la responsabilidad de los arquitectos en el descontrol urbanístico se pone de manifiesto. Y no es que quiera cebarme con este caso en particular, sino porque todos... todos los proyectos de viviendas, urbanísticos y arquitectónicos (salvo casos puntuales) llevan la firma de un arquitecto. Y de un Colegio de Arquitectos que lo visa, dando, pues, su conformidad con el mismo.
De los Colegios territoriales ya he hablado repetídamente, y de su nefasta implicación en la des-ordenación del territorio y en la ineficaz defensa de los valores patrimoniales y/o medioambientales. Eso sí, a los colegiados les ponen toda clase de pegas... y por supuesto no se olvidan de cobrar puntualmente. Así se forman las camarillas de amiguetes que pululan por sus departamentos.
Pero a la hora de enfrentarse a los políticos o a una idea más pública del urbanismo (en beneficio de todos los ciudadanos)... nada de nada... hasta se ríen... o se reían, más bien, porque ahora empiezan a verle las orejas al lobo en esta época de crisis.
Pero de autocrítica nada, ni una palabra... lo mismo que otros colectivos implicados: ingenieros, jueces, fiscales, notarios, registradores, secretarios, periodistas, constructores, promotores, banqueros... etc...etc
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