En lucha por la costa de Águilas

A.Teruel/El País* : "Es uno de los pocos tramos de costa virgen que quedan en el litoral mediterráneo español. Entre los municipios de Águilas y Lorca, al sur de la región murciana, se extiende una larga franja de playas vírgenes que alternan paisajes de dunas fósiles y cordilleras. El paisaje natural ha ido cediendo terreno a las construcciones que ahora se adentran a los pies de los montes y en el mismo litoral. En Marina de Cope se van a construir 9.000 casas, 20.000 plazas de hotel y cinco campos de golf.


"En los últimos años se está construyendo demasiado", explica Huerta Navarro. Nació hace 71 años en Águilas y ha sido testigo de la evolución del municipio, que tradicionalmente se ha nutrido de la agricultura y de la pesca. "Como esto siga así, dentro de poco tendremos que recorrer kilómetros para ir al campo, cuando hasta hace nada en la zona de Hornillos había cuatro casas", explica. En la bahía, las recientes edificaciones se amontonan a pie de la sierra del Cambrón. La actividad urbanística, que según los ecologistas pone en peligro a las tortugas moras que pueblan la zona y las praderas de posidonia en el mar, y queda patente en las grúas y los corrimientos de tierra en la cima del monte, donde se está edificando otro complejo de viviendas frente a la isla del Fraile.

Siguiendo el litoral se divisa la urbanización de Calabardina, antes de llegar a las llanuras de momento todavía casi vírgenes de la Marina de Cope. Asociaciones de vecinos y ecologistas han puesto el grito en el cielo centrando su denuncia en el caso más polémico, el de la Marina de Cope. El proyecto, promovido por el Gobierno popular de la comunidad, prevé la construcción de más de 9.000 casas, 20.000 plazas hoteleras, 1 marina con 2.000 amarres y 5 campos de golf.

Para ello, se ha desprotegido parte del Parque Natural de Cabo de Cope y Puntas de Calnegre. La actuación fue recurrida en 2001 ante el Tribunal Constitucional, que todavía no se ha pronunciado al respecto, aunque la comunidad ha anunciado que seguirá adelante independientemente del dictamen.

"Lo que nos parece sospechoso es que se dilate demasiado la resolución, ya que, según los expertos que hemos consultado, lo normal es que tarde unos dos o tres años", explica Martín Rodríguez, secretario de la Asociación de vecinos Amacora, vinculada a asociaciones ecologistas locales.

Lo que está ocurriendo en Águilas es una de las principales denuncias por urbanismo salvaje que incluye el informe Banderas Negras 2007 de Ecologistas en Acción. El velero de la asociación, que partió el 17 de julio de Cádiz y acabará el 31 de agosto en Barcelona, recorre la costa para denunciar las agresiones del litoral, y este fin de semana recaló aquí, donde realizó el último de los múltiples actos de protesta contra el proyecto de Marina de Cope. El titular de la Consejería de Turismo y Consumo de la región, José Pablo Ruiz Abellán, respondió a las últimas acusaciones destacando que el proyecto "será ejemplo y referente nacional e internacional en equilibrio medioambiental".

No a todos en Águilas les importa el deterioro de la costa. Empresarios como Ginés Piña, propietario de tres quioscos en el paseo marítimo de Águilas, asegura: "Para mí, cuanta más gente venga, mejor; quienes estén en contra es porque no viven de eso", opina. "El litoral acabará urbanizado, esto no hay quien lo pare, y si no se urbaniza aquí, se hará en otro lugar", asegura.




* ELPAIS.com - 08/08/2007
Foto: Aguilas (Murcia), bahía del hornillo /greenpeace 2006



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Declaran urbanizable una zona verde reforestada por escolares

J.A.Navarro/MalagaHoy* : "Málaga. Juego, set y partido. Los terrenos municipales reforestados en la zona este de la capital por un grupo de escolares hace siete años y donde el colectivo Almijara centra su labor medioambiental, serán urbanizados. Tras varios meses de tiras y afloja entre los miembros de esta asociación ecologista y responsables del Ayuntamiento y de la constructora Vallehermoso, ayer se rompió la cuerda definitivamente. En este espacio verde se construirán carriles para una urbanización.

Los terrenos afectados abarcan tres parcelas, la Hacienda Paredes, el Arroyo de los Pilones y El Polvorín, donde Almijara dice que hay más de 4.000 especies vegetales.

Después de que los técnicos de la gerencia de Urbanismo visitaran la zona afectada en varias ocasiones, por sendas denuncias del grupo ecologista, ayer se dictó la sentencia definitiva. El Consistorio comunicó a Almijara que la zona verde donde desarrollan su labor será urbanizada. "El plan general se asigna por sectores y en su desarrollo parcial se ha decidido crear un corredor verde en el cauce del río", explicó Manuel Díaz, concejal de Urbanismo. Esto significa que habrá que trasladar los árboles de una zona a otra. Para los técnicos de Almijara esto supone un atentado ecológico.

La gota que colmó el vaso cayó la pasada semana, cuando los voluntarios de la asociación se disponían a regar sus plantaciones y vieron que las maquinas habían arrasado varios algarrobos centenarios de una zona donde, en teoría, no se pretendía edificar. Esta denuncia motivó una nueva visita de los técnicos municipales el pasado lunes y ayer, cuando comunicaron a este periódico las novedades del desarrollo parcial del plan general en ese sector. "Nos duele la falta de sensibilidad del Ayuntamiento. Las horas de ilusión de los voluntarios son impagables", subrayó ayer Miguel Ángel Barba, presidente del colectivo Almijara.

Pero no sólo se ha perdido tiempo y dinero (hasta 27.000 euros de las arcas municipales se han destinado en distintas fases a la reforestación de la zona), la pérdida ecológica también es notable. De hecho, es la más importante. Según los estudios de Almijara, con esta actuación, cada año se dejarán de depurar 195.000 kilogramos de dióxido de carbono y se dejará de emitir alrededor de 39.000 kilogramos de oxigeno. Sin contar las emisiones que puedan generar el futuro tráfico rodado de la zona.

El concejal de Urbanismo, Manuel Díaz, aseguró ayer a este periódico que las especies vegetales serán replantadas al corredor verde que se va a crear junto al cauce del arroyo. Igualmente reconoció la pérdida de varios algarrobos centenarios que, según dijo, estaban huecos y se partieron al ser trasplantados. "Es imposible que sobreviva ninguno. Los olivos quizá", matizó Barba. Los afectados colaterales de esta operación son las aves de la zona, pues, según los ecologistas, ya se han matado alrededor de 1.800 pollos de decenas de especies protegidas, que ahora se encuentran en periodo de reproducción.





* Diario Malaga Hoy - 8 de Agosto de 2007
Foto: Malaga vista - Julo/wikipedia.org



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Permiso para construir sobre una cañada real en Puebla de la Sierra

Comunidad de Madrid. En Puebla de la Sierra, municipio con 60 habitantes permanentes, el Ayuntamiento pretende construir 51 viviendas sobre un terreno que históricamente ha sido una Cañada Real. Ecologistas en Acción* y vecinos llevan desde 2001 denunciado la situación. Ahora la Dirección General de Agricultura de la Comunidad de Madrid ha desestimado todas las alegaciones y recursos interpuestos en defensa del trazado original de la Cañada Real.

El Ayuntamiento de Puebla de la Sierra está tramitando el Plan Parcial de la Unidad de Ejecución 1 (UE-1) que contempla la construcción de 51 viviendas en un robledal centenario atravesado por la Cañada Real de la Ciquiruela y el Cordel de la Mata de la Fuente. El paraje, conocido como Eras del Solar, se incluye en la Reserva de la Biosfera de la Sierra del Rincón y en el Lugar de Interés Comunitario “Cuenca del río Lozoya y Sierra Norte”.

El trazado de la Cañada Real y del Cordel está recogido en documentos históricos que se remontan al siglo XIX. Vecinos y ganaderos han recorrido estos caminos y los mayores del lugar insisten en que estas vías pecuarias pasan por la zona que el Ayuntamiento pretende urbanizar. El Ayuntamiento, por su parte, niega este extremo e intenta desviar el trazado a zonas que no obstaculicen la urbanización de Las Eras.

Ante la polémica, Ecologistas en Acción solicitó a la Dirección General de Agricultura de la Comunidad de Madrid que interviniese y deslindara el trazado exacto de la Cañada Real de la Ciquiruela y del Cordel de la Mata de la Fuente. Sin embargo, tras la presentación de la documentación histórica que acredita el trazado original, alegaciones, solicitudes y recursos por parte de ARDEA-Ecologistas en Acción, asociaciones vecinales y ganaderas, vecinos y propietarios, la Dirección General de Agricultura ha desestimado todo. Agricultura considera que la Cañada y el Cordel no pasan por los terrenos que el Ayuntamiento pretende urbanizar.

Esta polémica decisión se ha tomado en contra de todas las alegaciones presentadas que argumentan que este Cordel y esta Cañada discurren por los terrenos que el Ayuntamiento pretende construir. Además, la viabilidad de este nuevo trazado resulta imposible porque discurre por fincas de particulares, por encima de la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad del siglo XVIII y del cementerio.

Ecologistas en Acción considera lamentable que la administración pública no haya tenido en cuenta los documentos históricos aportados, las declaraciones de antiguos pastores, los linderos de propietarios marcados por las antiguas paredes de piedra, etc. Ni tan siquiera se han valorado los informes técnicos de la Dirección General de Agricultura que indican que la documentación en la que se ha basado el deslinde es “inexacta, imprecisa y de imposible trazado”

Por todo ello, Ecologistas en Acción acudirá al procedimiento Contencioso Administrativo, con las asociaciones mencionadas, como defensora y garante de las Cañadas y Cordeles que la Ley de Vías Pecuarias del Estado y de la Comunidad de Madrid tiene por fin proteger y respetar.






* Ecologistas en Acción - 7 de agosto
Foto: Puebla de la Sierra (Madrid), cañada real /ecologistasenaccion.org



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Bienvenido al 'fast food' de las vacaciones

DAVID GISTAU* : "La percepción cinematográfica de las cosas tiende a ser engañosa. Un empresario con un bigotito que parece dibujado con un corcho quemado y con relaciones malayas con el poder político local levanta en el desierto levantino, entre Oropesa y Cabanes, un paraíso con ninfas de cartón piedra que gasta reputación de excesivo y hortera: una suerte de tardo-gilismo con el que llenar el hueco de Marbella. Y claro, el cinéfilo evoca a Bugsy Siegel cuando construyó en el desierto de Nevada y con dinero de la Mafia neoyorquina un hotel/casino al que puso de nombre el apodo de su amante, Flamingo, y desde el cual creció la inmensa hoguera de neón que es Las Vegas. Pero no. Marina d'Or viene a ser como el reverso tenebroso de ese dinamismo de los pelotazos que se atribuye a la Comunidad Valenciana y que tiene en la Copa de América y en la arquitectura de Calatrava sus aspectos más presentables.

Está en la jurisdicción de Fabra, por lo que huele como la Dinamarca hamletiana. Y es una máquina de hacer dinero que el año pasado facturó más de 400 millones de euros. El empresario Jesús Ger tiene trazado en los mapas un proyecto delirante, Marina d'Or Golf, que con 19 millones de metros cuadrados ocupará una extensión comparable a la de una capital de provincia y que remedará a Las Vegas con un inmenso decorado peplum en el que habrá volcanes, pirámides, venecias, falsas prisiones de Alcatraz y hasta pistas de esquí. Un monstruo que convertirá Oropesa de Mar en poco más que un suburbio de Marina d'Or. Un parque temático, como el que concibió Julian Barnes sobre la isla de Man en Inglaterra, en el que cabrán los tópicos de la cultura popular convertidos en fast-food del entretenimiento familiar y en un alarde de la barra libre urbanística que destroza el litoral.

Pero, mientras tanto, Marina d'Or defrauda toda expectativa cinematográfica. Con sus bloques de apartamentos y sus canchas de tenis, apenas es un Sanchinarro, uno de esos barrios impersonales como los que va pariendo la expansión de Madrid, con playa.

Ni siquiera hay vida nocturna: apenas un pub terrible, el Joker, que parece un bar de putas sin putas. Y un par de discotecas, como Aqua, en las que bostezan los adolescentes y donde los machacas de la puerta son tan de atrezzo como los arbustos recortados con la forma de un ciervo que hay en los parques.

Es verdad que en los jardines hay carpas gordas como tiburones, y un Neptuno con la picha al aire y el tridente enhiesto, y otras estatuas de inspiración griega que parecen haber sobrado de la última película de Victor Mature.

Y, también, que el balneario aspira a ser una especie de Pompeya para pobres en la que iniciarse en los simulacros del lujo como si Marina d'Or contribuyera a expandir la revolución del fenómeno low-cost: la democratización de lo que siempre se antojó exclusivo.

Lo que no ha de ser parte del decorado es el verdín y la basura que flota en las aguas estancadas del canal que da al mar, y que parece el hogar del Monstruo de la Ciénaga. Pero, más allá de eso, Marina d'Or es un lugar anodino por normal, con sus tres hoteles algo tumultuosos por los que trasegar en chanclas, y sus apartamentos de los que sólo en 2004 se vendieron cerca de 1.500.

Y quienes lo frecuentan no son chulapos del Gran Hermano, ni depredadoras de Salsa Rosa, ni especímenes horteras de una nueva corte de los milagros distorsionada por los espejos del callejón del Gato, sino la clase media de toda la vida.

La que baja a la playa con la camiseta del Atleti y encarga una paella para el mediodía. La que atraviesa el ocaso bailando pasodobles que toca una charanga o viendo el contoneo de las brasucas de una compañía de Salvador de Bahía.

La que compite en carreras de sacos alrededor de la piscina o acude a talleres de yoga para llenar la jornada. Por cierto, a la que ahora se han incorporado familias gitanas vestidas por Nike salvo por el luto eterno -incluso en la playa- de las abuelas, como si en Marina d'Or se estuviese escenificando la superación de uno de los últimos guetos que le quedaban a España.

En todo caso, los currantes que apuran la quincenita de playa antes de regresar al tajo no son los personajes sobre los cuales se estaría apoyando el advenimiento de un imperio kitsch. Los recelos sociológicos respecto de Marina d'Or son una consecuencia del esnobismo. Al moderno de la cola del Alphaville le huele a rumba de El Fary, a concentración de plebe. Y se imagina acudiendo de expedición a la urbanización como Jane Goodall a la montaña de los gorilas, cuando en realidad lo que ha de encontrarse es la España estándar. A ese mito negativo han contribuido los 12 millones de euros invertidos por Jesús Ger en campañas de publicidad implacables, ineludibles, emboscadas a traición en el zapping, de las que Anne Igartiburu es siempre la pin-up pintada en el fuselaje.

Jesús Ger no es Bugsy Siegel, por desgracia. Pero aun así tiene fascinados con su aureola fatal a los camareros que le sirven cuando se encierra en las marisquerías de Marina d'Or con su tropa de guardaespaldas: «Siempre estamos en guardia por si aparece. Hoy estamos más tranquilos, porque vino ayer».

Los famosos son un señuelo que el empresario usa hasta la extenuación. Para la inauguración de su oficina en París logró que Daryl Hannah y Gérard Depardieu cortaran la cinta. En la apertura de la de Londres le falló Sharon Stone, por lo que hubo de contentarse con Genoveva Casanova, Anita Obregón y otros 200 invitados desplazados desde España y alojados en el Savoy para unas jornadas que incluyeron una cena en el Parlamento británico.

Se trata de hacer ruido mediático hasta lograr que el término Marina d'Or no resulte ajeno a nadie, que lo conozca hasta el anciano de «¿Y el Madrí, qué...?».

Y para ello se invierte lo necesario para que por la ciudad de vacaciones pasen famosos del calibre de Naomi Campbell o Sofia Loren. O para que la carpa levantada junto al hotel Gran Duque, junto a los edificios que de noche están iluminados por juegos de luces tan bizcochosos y cursis como los que Pascua Ortega impuso a Madrid en las vísperas de la boda de Letizia, sea la sede del concurso de Miss España.

Pero por debajo de esta chicharra que toma por asalto las televisiones no hay más que un tedio de paellitas y cremas bronceadoras capaz de defraudar las expectativas cinematográficas de cualquier reportero. Gil metido en el jacuzzi, eso era un tema.



© Mundinteractivos, S.A.
* El Mundo - UVE - 6 Agosto 2007



* La Coctelera/Reggio - 6 Agosto 2007



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