Tarragona derriba el restaurante del Fortí tras 19 años de litigios

ELPERIÓDICO* : Tras una batalla judicial de 19 años, ayer empezó el derribo del restaurante levantado en el interior del Fortí de la Reina, un antiguo baluarte del siglo XVIII situado junto a la playa del Miracle de Tarragona. La operación se lleva a cabo en cumplimiento de una sentencia del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC), ratificada por el Tribunal Supremo (TS).

El fallo invalidó la licencia de obras otorgada por el ayuntamiento en 1989 porque la zona estaba calificada como zona verde.
El litigio en torno al baluarte se remonta a agosto de 1987, cuando el empresario Enric Catà solicitó su "reutilización" como restaurante. En abril de 1989, el ayuntamiento socialista otorgó la correspondiente licencia de obras. En enero de 1990, Rosa Elías, vecina de Tarragona, abogada y procuradora, recurrió la licencia y el caso llegó a los juzgados.

COMPLEJIDAD
La complejidad de la situación durante todos estos años hizo que el negocio de restauración funcionara sin licencia de actividad hasta que cerró definitivamente sus puertas, el pasado mes de septiembre. Tampoco contaron nunca con la correspondiente autorización la apertura de unos ventanales con vistas al mar ni la terraza.
La sentencia del TSJC, fechada en marzo del 2007, obliga a devolver el aspecto original al recinto, si bien el magistrado contempló aplazar unos meses la ejecución, ya que el proyecto de demolición es complejo y ha precisado del apoyo de la Conselleria de Cultura. La empresa Recop Restauraciones Arquitectónicas inició ayer los trabajos de derribo, que durarán tres meses y costarán 644.000 euros.
El fin de la batalla judicial ha abierto otro frente. Los propietarios del establecimiento reclaman al ayuntamiento una indemnización por daños y perjuicios que podría alcanzar los 10 millones de euros, una petición a la que el ayuntamiento se niega. El alcalde, Josep Félix Ballesteros (PSC), considera que "ha habido un lucro irregular durante años porque la propiedad del establecimiento carecía de licencia de actividad". La portavoz del gobierno municipal, la socialista Begoña Floría, añade: "Al ser una ejecución subsidiaria, avanzaremos el dinero del derribo y luego lo reclamaremos".
El destino final del baluarte se desconoce. El nuevo plan urbanístico lo ha catalogado como monumento. "Permite algunos usos, dentro de la protección del recinto", aseveró ayer Floría. Hace unos meses, Ballesteros aludió a la posibilidad de abrir un proceso de participación ciudadana para decidir el futuro de la construcción como equipamiento. Cuando el proceso llegó a su final, 15.000 personas firmaron un documento a favor del mantenimiento del restaurante.






* El Periódico - ESTHER CELMA - 3.11.2008
Foto: El establecimiento, vallado y con un cartel referente a los trabajos de derribo, ayer. - MONTSE RIERA, elperiodico.com

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