Mucho ruido y tres nueces

MANUEL BUITRAGO/Murcia* : Aquí hay cosas que no cuadran. Doce días después del zarpazo pegado por la Fiscalía y los agentes de la UCO al núcleo del urbanismo murciano -poniendo la imagen de la ciudad y de la Región a los pies de los caballos- nos encontramos con que el juez del 'caso Umbra' ha ido tomando unas decisiones que para nada se ajustan, aparentemente, a la gravedad de los hechos que se investigan. Al menos, como han sido escenificados ante la opinión pública. Con la perspectiva de estos días, existe una desproporción inexplicable entre la operación policial que desencadenó la detención de tres personas, varios registros, la apertura de cajas de seguridad y una lista de imputados, con lo que el juez resolvió inmediatamente después: los tres arrestados quedaron en libertad al día siguiente pagando unas fianzas minúsculas si se miran bajo la lupa de la alarma social creada.

El empresario Renato de Noce se libró de la cárcel con una cantidad 30 veces inferior por la que tiene que responder Isabel Pantoja. Mientras tanto, el funcionario y ex número dos del Urbanismo en Murcia, Alberto Guerra, afrontó la menor fianza, pese a haber sido colocado en el centro de la diana y ser presentado, supuestamente, como el más salpicado por una trama de corrupción cuya arboladura se desconoce. Sólo asoma una rama que, por ahora, se ve poco poblada de pruebas graves a tenor de las medidas cautelares tomadas contra éstos. Se podían haber ahorrado las detenciones. Bastaba con haberlos citado a declarar y que luego apechugaran con lo que viniera... salvo que primara el deseo de pasearlos ante las cámaras. En el caso de Jesús Samper, choca que haya salido sin ninguna medida cautelar, con todo lo que viaja y lo que mueve, aunque le hayan colgado otro presunto delito.
Llama también la atención que el juez no haya apreciado riesgo de fuga ni de destrucción de documentos para ordenar otras medidas severas de los antes detenidos. Y hay montañas de documentos levantadas con los convenios urbanísticos de la zona norte. Que se sepa, son los papeles que se llevaron los agentes de la Gerencia de Urbanismo de Murcia, junto a los que se hayan requisado en los demás registros.
Si las fianzas sirven para calibrar el nivel de la corrupción que se persigue, hay que decir que la Fiscalía tendrá que esmerarse más para darle mayor sentido a lo que está pasando. Le vale porque el tema se le desinfla ante la opinión pública. Los implicados siguen inmersos en un procedimiento por una larga lista de presuntos delitos. Cabe deducir, en teoría, que queda tela que cortar y que pueden producirse -ya veremos- otros hitos relevantes que den un giro de 180 grados a un caso que, según lo visto hasta ahora, no parece estar a la altura de las expectativas que levantó el primer día y que puso a la Región en el disparadero nacional de una forma excesiva y gratuita. Ya se ha comprobado que una imagen vale más que mil juicios. Todo muy extraño. Que el juez nos ilumine...




* La Verdad - Opinión - 16.10.10

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