Alicante: Ortiz planea llevarse el estadio a Rabasa

LAVERDAD* : Aligestión necesita que el Ayuntamiento recalifique el suelo para poder hacer efectiva la operación. Nuevo requiebro de Aligestión en su afán por amortizar de algún modo la reforma del Rico Pérez, una que se comprometió a empezar hace más de dos años y medio y que continúa en el mismo punto que estaba, sólo que con algo más de deterioro del estadio.


El rechazo que ha provocado entre los comerciantes de la ciudad el macro proyecto de remodelación ideado por Enrique Ortiz, y los dos estudios de arquitectura contratados, ha obligado al constructor a buscar alternativas.
Ikea es una prioridad para el Ayuntamiento, pues generará más de 2.200 puestos de trabajo, y debe ser una realidad sí o sí a corto plazo. La presencia del gigante mobiliario sueco lleva aparejada la edificación de un centro comercial aledaño al estilo del Plaza Mar. Sonia Castedo, alcaldesa de la ciudad, es consciente de que dos superficies similares separadas por pocos kilómetros es absurdo y una bomba en sus manos, dado que el pequeño comercio está de uñas.
Enrique Ortiz, que demuestra tener soluciones para todo, y más aún para lo que le beneficia de algún modo, tiene un plan que se amolda a las demandas de unos y otros. Pretende proponer a la primera edil el levantamiento de un nuevo estadio en Rabasa, que ésta le recalifique la parcela en la que ahora está el José Rico Pérez -y cuyo suelo es propiedad de Aligestión-, para que el empresario construya viviendas que sirvan para sufragar el traslado del campo.
Así, los comerciantes darían el visto bueno al centro comercial que acompaña a Ikea, los suecos abrirían su tienda en la cuarta ciudad con más población de España, Castedo se apuntaría la creación de varios miles de puestos de trabajo en época de crisis y a Ortiz le saldría gratis la reforma y se garantizaría volumen de negocio para el futuro.
El propietario del Grupo Cívica, el principal contratista del Ayuntamiento de Alicante, manifestó ayer que está «valorando la posibilidad de construir un estadio nuevo en Rabasa, porque reparar y rehabilitar el Rico Pérez tiene un coste muy elevado».
Adiós a Lamela
Enrique Ortiz precisó, a preguntas de este diario, que no ha presentado ningún papel oficial ante la Gerencia de Urbanismo de Alicante, «porque no hay nada decidido ni en firme, pero es normal que se hable del asunto, porque ya hemos vuelto de vacaciones», explió a a este periódico. Ortiz, que en un delirio magnánimo llegó a convocar un concurso de arquitectura al que se presentaron varias candidaturas para el lavado de cara integral del Rico Pérez, admite que esta iniciativa y su prevista inversión no tendrá ya sentido. Va más allá y asegura que «queremos acelerar» el proceso, aunque omite explicar si el objetivo final del actual Rico Pérez es la piqueta, la recalificación del uso de suelo y la construcción de viviendas en altura.
En todo caso, el constructor deja claro que «cualquier cosa que se haga la va ejecutar Aligestión, no Cívica». Aligestión, empresa que comparte con Valentín Botella y Juanjo Huerga, presidente y vicepresidente del Hércules, se comprometió hace casi tres años a ingresar en las arcas municipales 4,2 millones de euros como garantía, algo que finalmente no cuajó a pesar de estar incluido en el pliego de condiciones que determinó la recompra del estadio Rico Pérez por un valor próximo a los 9 millones de euros. Nunca trascendió la posibilidad de demolerlo y recalificar su suelo como urbanizable, porque como se apresuró a decir Valentín Botella tras la reunión definitiva con Luis Díaz Alperi, «esto no va a ser ningún pelotazo, pues aquí no se van hacer casas de ningún tipo».
Oposición del PSOE
El cambio de estrategia ha escamado al partido socialista, que a través de su concejal de Deportes, Lalo Díez, denuncia la volatilidad de un proyecto que para Ortiz empezó siendo «una mobilette y esta decidido a convertirlo en una BMW con sidecar».
Para el edil socialista, esta operación es «la demostración de que en esta ciudad los pactos se firman sobre servilletas y que se toman las decisiones según tenga el día el que gobierna, sin ningún criterio y riéndose de todos. Lo mismo una mañana les da por hacer un teleférico hasta el castillo, otra quieren poner una noria en la zona... y esto no es serio porque nunca se concreta nada de lo que se le presenta a los ciudadanos», lamenta Díez.
Para el edil socialista se deberían poner las cartas encima de la mesa y decir de una vez por que se vendió un inmueble que era patrimonio de los alicantinos y por qué ahora ya no se va a crear un espacio público en la parcela del estadio, sino que se construirán pisos para uso y disfrute de unos pocos.
El nuevo giro está aún en fase de gestación, pero parece ser el definitivo porque es el que más votos a favor encuentra a su alrededor a pesar de ser diametralmente opuesto a lo pactado inicialmente. La aparición de Ikea en el escenario comercial alicantino ha precipitado los acontecimientos y los ha conducido por un camino bien distinto.
En los próximos días se tratará de explicar a los ciudadanos algo que para el grupo socialista sigue sin tener sentido, dado que el Ayuntamiento se deshizo de un suelo que pertenecía a todos los alicantinos por un precio muy por debajo del valor que tendría ahora una vez que se conoce para qué irá destinado finalmente. El derribo del Rico Pérez está en marcha.







* La Verdad - P. ROJAS / B. SIRVENT - 9.09.09
Foto: Alicante - laverdad.es

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