Se alza el telón

SEBASTIÀ VERD/Mallorca* : Hoy se ha alzado el telón del gran teatro de la corrupción de Mallorca para representar ante la Justicia lo que para unos es una tragedia y para otros no pasa de una comedia de enredo en la que unos políticos y otros tantos funcionarios pretendieron enriquecerse trapicheando con el urbanismo. Ya en el primer acto, de la primera pieza, se ha visto como un alcalde se construía una casa en una zona protegida mediante unos falsos informes técnicos.

Como una casita de aperos se convertía sobre el papel en un almacén agrícola para después, previa autorización para ampliarlo, en una de estas casas que algunos envidian. Fue, según parece, siguiendo un proceso natural -como seguramente se habrán hecho tantísimas casas en Mallorca- casi sin darse cuenta. O eso es lo que ha declarado Eugenio Hidalgo, el ex alcalde de Andratx: "su destino era ser un almacén, pero se convirtió, sin yo saberlo, en una vivienda". Es decir, que para hacer más agradable el trabajo agrícola se añadió una barbacoa para las "torradas", luego una habitación para descansar, una cocina? y así, sin pretenderlo: una mansión.
Lo de ayer, en la Audiencia Provincial, fue aparentemente una pura comedia. Un ex celador que certifica lo que no existe, después de que su alcalde le amenace (eso sí en tono amistoso y jocosamente) con ponerle de patitas en la calle si no firmaba y todo un ex director general de Ordenación del Territorio acudiendo en auxilio del departamento de Urbanismo para, con su sabiduría, deshacer posibles entuertos, porque -vino a decir- este hombre (el celador que, arrepentido, quiere confesar la verdad) era un auténtico desastre. Ahí firmaron todos: el celador, el jefe de Urbanismo -que luego sería ascendido a director general del Govern por Jaume Matas- y el letrado municipal. El fiscal les acusa a todos. En unos casos de prevaricación, en otros también de falsedad y para todos pide prisión e inhabilitación para ejercer cargos públicos por un determinado tiempo.

¿Pura comedia? Nada de eso. Ayer se juzgaba al ex alcalde de Andratx y a unos funcionarios por algo muy frecuente en esta isla: la construcción en suelo rústico sin licencia o con una licencia falseada. Algunas veces, cuando la Justicia ha intervenido, se ha ordenado el derribo, pero en rarísimas ocasiones ha llegado la piqueta. Sin embargo, la escenografía de ayer -con una inusitada expectación mediática- y el hecho de que los protagonistas puedan volver a la cárcel, ha provocado que muchos ciudadanos de esta isla sintieran profundos escalofríos. Nada de comedia. En cierto modo el telón se alzó ayer no sólo para juzgar a un alcalde más que presumiblemente corrupto sino a una forma de hacer política en beneficio propio y un modo de entender la propiedad según el cual todo el mundo sería libre de hacer lo que le placiera con su finca o su solar. ¿Dónde queda el respeto por el vecino y la convivencia?

Esta supuesta comedia de enredo, en la que todo valdría mientras nadie lo denunciase o mientras uno se sintiese poderoso o con influencias, choca, sin embargo, con la tragedia que ha padecido el territorio de esta isla. Eso sí es real. Sin salir de Andratx, basta asomarse a sus acantilados o recorrer sus caminos para ver lo que allí ha ocurrido. Mientras las excavadoras avanzaban sin parar, sin tener en cuenta si el suelo que pisaban era protegido o no, en algunos despachos oficiales se confabulaba para dar apariencia legal a lo que eran auténticos desaguisados. Ayer empezó el primer acto, pero esta tragedia tiene otros 66. Hay drama para rato y, además, como es público y notorio, en la Fiscalía ya están trabajando sobre otros argumentos.





* Diario de Mallorca - Opinión - 06 de mayo de 2008

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