Murcia.- El portero del ladrillo

LAVERDAD* : Tanto como que se cuestione su honradez y rigor profesional, el 'caso Umbra', en el que está imputado, le debe fastidiar a Fernando Berberena (59 años, Zaragoza) por la relevancia social que le ha dado y que siempre ha rehuido. Él, concejal de Urbanismo de Murcia, se siente más cómodo entre bambalinas y, a pesar de haber asumido un papel principal en el 'thriller' en que se ha convertido la política del ladrillo en Murcia, nunca ha aspirado a ser más que un técnico cualificado y eficiente. Ni siquiera, tras dos legislaturas con el PP en la corporación murciana, ha querido hacerse el carné del partido, en cuya actividad interna nunca ha participado. Aunque es obvio que comulga con el ideario popular, no se siente político y se ve más como un profesional independiente, con dotes para la organización.

Hijo de un médico forense que emigró a Murcia por razones laborales y segundo de cuatro hermanos (el mayor es notario y los dos más jóvenes, médico y graduada social), Berberena estudió Derecho en la Universidad de Murcia y ya entonces dio muestras de que no ambicionaba el estrellato. Hizo teatro universitario con el ahora catedrático César Oliva, pero nunca pasó de interpretar papeles secundarios.
Tras licenciarse, opositó a interventor militar y aprobó, pero, por suerte para la construcción murciana, no obtuvo plaza. Fue entonces cuando surgió la oportunidad que ha marcado su vida. El malogrado Manuel Martínez, primer presidente de la Federación Regional de Empresarios de la Construcción de Murcia (Frecom), les ofreció a él y a su compañero de carrera Francisco Moreno, ahora secretario general de la Consejería de Agricultura, que se unieran al por entonces balbuceante movimiento empresarial. Berbenera se hizo cargo de la asesoría jurídica y Moreno de la secretaría general de la patronal de la construcción.
Clases con Pedro Saura
Se especializó en derecho laboral y llegó a negociar, en representación de la patronal, hasta el 40% de los convenios colectivos firmados en la Región, entre ellos los de la construcción, del campo, del transporte. De esta etapa conserva buenas relaciones con los sindicatos y esgrime una cualidad que le ha sido muy útil en empresas posteriores: su capacidad para el diálogo y llegar a acuerdos.
Años después sucedió a Moreno en la secretaria general de la federación de la construcción y, además de dar clases de Derecho del Trabajo en la Universidad, fue acreditando su sapiencia urbanística. Tal es así que llegó a impartir magisterio en el Máster de Urbanismo de la Escuela de Negocios que dirigía a finales de los noventa el secretario general de los socialistas murcianos, Pedro Saura, y de la colaboración de ambos nació el módulo inmobiliario, que en pocos años alcanzó un éxito considerable y por el que pasaron algunos de los principales promotores de la actualidad.
Durante 25 años trabajó en la patronal de la construcción, hizo muchos amigos que conserva (aún sale de viaje con ellos una vez al año; próximo destino: Emiratos Árabes) y se granjeó un respeto y prestigio profesional en el sector que llamó la atención de la política. Quizás fueron sus años más felices, en los que llegó a presidir la Agrupación Sardinera.
Algunos de sus compañeros y colaboradores de entonces le califican de «afable y generoso», de «metódico y eficaz», de «leal y servicial», y recuerdan que, de no haber abandonado su puesto, era el elegido en CROEM para sustituir al secretario general de la patronal regional, Clemente García.
Echa mano de palabras como «responsabilidad», «compromiso», «reto» para explicar cómo se dejó convencer en 2003 por el alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, para cambiar su plácida vida por una ocupación sumida en la sospecha desde antes incluso de tomar posesión. Para la recelosa oposición, poner al frente del urbanismo municipal al ex secretario general de los constructores era como poner a la zorra a cuidar de las gallinas.
En los primeros años se esforzó por vencer todas las reticencias. Reordenó, agilizó, modernizó y profesionalizó las estructuras de la Gerencia de Urbanismo. Pero eran muchos los que esperaban con la escopeta cargada y en 2006, año preelectoral, se desbordaron todas las suspicacias. De entonces arrancan las polémicas con la remodelación del barrio de La Paz y con la promoción de Joven Futura y las acusaciones de un supuesto trato de favor a un ex socio. Aquel fue también el año en que aprobó cuadruplicar la edificabilidad en diversos convenios urbanísticos del norte de la ciudad, asunto que esta semana le ha llevado a declarar ante el juez.
En una entrevista en febrero de 2009, García Martínez le preguntó cuál era el adjetivo que mejor le cuadraba a Jesús Samper, con quien comparte imputación judicial en el 'caso Umbra'. Berberena estiró la cerviz y contestó serio: «Me resulta difícil. Ha cometido algunas equivocaciones. Y a mí se me conoce como el portero que debería parar cualquier tipo de gol». Es posible que hoy, como acostumbra los fines de semana, se encuentre en su casa de campo de Santomera cuidando de sus frutales y medite sobre los supuestos goles a la legalidad urbanística que el juez y el fiscal investigan y sobre si él pudo hacer algo más para evitarlos.






* La Verdad - 10.10.10
Foto: Murcia, manifa La Región de Murcia NoSeVende (archivo) - um.es

1 comentarios :

Dime con quién vas y te diré quién eres dijo...

A pesar de no estar afiliado al PP, cosa está muy importante y a destacar, sus amigos eran todos simpatizantes del partido y teniendo en cuenta que todo pasaba por urbanismo y viendo todo lo que se ha estado haciendo en Murcia durante los últimos años, incluido su amigo de "negocios" el Sr. Samper. No es de extrañar que sepa muchas y muchas cosas y detrás de él se encuentren personalidades de renombre que lo han manipulado como han querido, claro que habría que valorar hasta que punto se ha dejado manipular...


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