Greenpeace denuncia que la superficie urbana de las Islas Canarias creció un 54% en sólo siete años

GREENPEACE* : Tras diez años vigilando el litoral, la organización ecologista destaca que el urbanismo salvaje, la construcción de infraestructuras y la contaminación han destruido en las últimas dos décadas en la costa española la superficie equivalente a ocho campos de fútbol al día. Asimismo, denuncia el acoso a los escasos espacios vírgenes que quedan y exige su protección. En el caso concreto de las Islas Canarias, Greenpeace resalta que en sólo siete años (entre 1997 y 2002) la superficie urbana del archipiélago aumentó un 54%.

Durante los últimos diez años Greenpeace ha sido testigo de la burbuja inmobiliaria y de las connivencias de las distintas administraciones públicas para ir depredando el territorio costero. En todo el Estado, desde 1987 a 2005 se destruyeron un total 50.504 hectáreas de suelo natural en en los dos primeros kilómetros de franja costera (este dato no incluye el archipiélago canario); 7,7 hectáreas de costa degradadas cada día para crear urbanizaciones, suelo industrial y comercial.

“Todos somos conscientes de que la agresión a la costa ha sido imparable los últimos años. Pero lo más grave es que esta tendencia continua y los políticos se afanan en acabar con la única normativa que defiende el litoral. Lo que hay que demoler son las grandes ilegalidades y no la Ley de Costas y vamos a seguir luchando para que esto no pase”, ha declarado Juan López de Uralde, director de Greenpeace. “Es lamentable que por intereses partidistas como los de Coalición Canaria se promuevan rebajas a la Ley de Costas que pretenden legalizar los desmanes que se han permitido durante todos estos años”.

Urbanismo salvaje

Si en el primer informe de la organización en 2001 se definía el futuro del litoral como “negro”, ni la previsión más pesimista podía prever lo que iba a pasar en la década que ha transcurrido. La presión urbanística se ha centrado particularmente en Fuerteventura, donde la superficie edificada ha crecido un 159% en los últimos 17 años, en Lanzarote, donde ha aumentado un 60% y en Tenerife, con un 51%. El mismo modelo se fue trasladando a islas menos saturadas, en 2004, en La Palma se proyectaron 25.000 nuevas camas. La locura urbanística alcanzó su cenit en 2007, en pleno boom del ladrillo se aprobaron planes para construir 380.000 nuevas viviendas.

Construcción de infraestructuras

La fiebre de los puertos deportivos ha sido imparable en el litoral. En Tenerife, se ha proyectado un crecimiento del 500% en número de amarres desde 2007. La proyección desmesurada en Gran Canaria se iniciaba mucho antes, en 2001 se pretendía aumentar la oferta de amarres a 2.000.


Históricamente tras la degradación del litoral se ha escondido también el Ministerio de Fomento, que no ha cumplido sus promesas de racionalización de los proyectos de puertos del Estado o la sostenibilidad de las ampliaciones de los mismos. Tenerife acoge uno de los peores ejemplos de desprecio al medio ambiente, con la proyección del puerto de Granadilla. La historia de los intereses especulativos con este puerto es la historia que se inicia en 2003 con el permiso ambiental del Ministerio de Medio Ambiente en una zona completamente virgen hasta la paralización por parte del TSJC por la “descatalogación a la carta” de los sebadales protegidos donde se proyecta el puerto. En 2010, el Gobierno de Canarias desprotege en el Catálogo Canario de Especies Protegidas el sebadal para saltarse así el bloqueo judicial.

Contaminación endémica

A lo largo de estos años, el crecimiento mal planificado ha tenido también su efecto en la contaminación de las aguas. Esta década ha estado marcada por las denuncias y sanciones de la Unión Europea por el incumplimiento sistemático de la legislación comunitaria en materia de vertidos, depuración y calidad de las aguas. Aunque en 2003, España fue condenada por el Tribunal Europeo por incumplimiento de las normas de calidad de aguas de baño, todavía en 2010 se enfrenta de nuevo a la sanción de la CE ante el mismo tribunal por incumplir reiteradamente la normativa sobre depuración de aguas.

Respecto a Canarias, Greenpeace alertaba en 2001 de la existencia de 90 emisarios submarinos a través de los que se vertían aguas residuales urbanas e industriales sin depurar. En 2006, lejos de mejorar, existían 330 puntos de vertidos en las islas y el 80% de estos eran ilegales.

¿Diez años más de destrucción?

Tras esta radiografía de destrucción costera en los últimos diez años, Greenpeace ha analizado el futuro que según las políticas estatales y autonómicas le espera al ya maltratado litoral.

Buena parte de los tres millones de viviendas que se proyectaban en el litoral en 2007 están pendientes de la remisión de la crisis. La prórroga que permite retrasar la construcción en suelos urbanizables hasta 2013 y que España sea el país del mundo donde más dinero público se ha destinado a sostener el sector inmobiliario no auguran un buen futuro para lo poco de costa que queda virgen. Greenpeace ha establecido una hoja de ruta para los próximos diez años que pasan por el control de la corrupción y el respeto a la normativa existente.

“En esta década se ha producido una urbanización masiva de la costa, sólo comparable a la de los años 60” ha declarado Pilar Marcos, responsable de la Campaña de Costas de Greenpeace. “Hoy sufrimos las consecuencias ambientales y la crisis económica, pero no parece que hayamos tomado nota de sus causas. Es imprescindible sentar las bases hacia una economía sostenible en la costa antes de que sea demasiado tarde”, subraya Marcos.

Greenpeace señala cinco asignaturas pendiente en la gestión del litoral. Las iniciativas sobre una economía sostenible carecen de credibilidad si los casos de destrucción costera más icónicos siguen promovidos por las correspondientes administraciones:

- La única alternativa posible al Puerto de Granadilla es la ordenación portuaria de Santa Cruz de Tenerife. El Gobierno de España debe anular la declaración de impacto ambiental favorable que otorgó el Ministerio de Medio Ambiente en 2003 y denunciar por inconstitucionalidad el Catálogo Canario de Especies Protegidas.

- El Gobierno de Canarias debe abandonar todos los intentos por legalizar los hoteles de Lanzarote, reflejo de la especulación urbanística en la isla.

- Los proyectos de plantas regasificadoras en Tenerife y Gran Canaria deben ser rechazados, pues suponen un foco de contaminación térmica y química muy importante.

- Canarias debe cumplir de manera estricta la directiva europea de depuración de aguas residuales.

- La declaración de la Zona Marítima Especialmente Sensible al tráfico marítimo de todo el archipiélago no puede seguir siendo un gran parque de papel sin ninguna gestión e implementación de los objetivos que llevaron a su declaración.


“Somos muchos los que creemos que el verdadero lujo no es un hotel de cinco estrellas, que el verdadero lujo es una playa virgen. Un lujo no sólo visual pero que encierra un potente activo económico para un turismo sostenible y actividades artesanales como la pesca”, declara Marcos. Nos quedan pocos espacios de costa virgen y la tolerancia con los macroproyectos urbanísticos y portuarios debe ser cero.

En el informe diversos testigos de la destrucción costera, actores, cantantes, periodistas, escadores o abogados dan en primera persona palabra a la destrucción. Rosa Regás, Manuel Rivas, Miguel Delibes de Castro o el ex director General de Costas Fernando Marín son algunas de las firmas que aparecen en el informe. Además, como apoyo al texto, Greenpeace ha recopilado un archivo de postales históricas de la costa que han vuelto a ser retratadas, exactamente en el mismo punto, años después.





* Greenpeace - 16.07.10
Foto: Destrucción a toda costa, 2008. Playa de las Américas, Tenerife Sur, Islas Canarias.- greenpeace.org

0 comentarios :