El ‘plumero’ de los que callan

MANUEL J. ORTEGA/Alpedrete* : En alguna publicación he leído que uno de los mayores problemas de nuestra democracia es el manejo de la información por parte de algunos empresarios desaprensivos que manejan sus medios de una forma torticera y perversa, sobre todo cuando ven peligrar sus intereses. Es posible que estemos hablando de un tema tabú para muchos, pero yo me pregunto: ¿si se puede hablar y escribir de corrupción y de intereses espurios en el mundo de la política, por qué no se utiliza la misma vara de medir para hacer publica la manipulación en algunos medios?

Bien, sirva esto de preámbulo para el tema que vamos a tratar seguidamente, relacionado con la larga tramitación del Plan General de Urbanismo de Alpedrete, cuya aprobación inicial, después de casi cinco años de proposiciones y largas negociaciones, se produjo la semana pasada. A fin de no entorpecer esta larga tramitación, hemos esperado a que se produjera la esperada fumata blanca para realizar un pormenorizado análisis sobre los aconteceres más importantes de un PGOU que, desde mi punto de vista, parecía estar preñado por oscuros intereses. Así, el viernes 26 de febrero pasado comentábamos en esta misma sección la denuncia presentada por los responsables de Izquierda Unida ante la Fiscalía Anticorrupción “sobre el caso protagonizado por el edil de Urbanismo, Tomás Carrión Guillén, acusado de firmar, junto con otros miembros de su familia, un contrato de compraventa con un conocido constructor de esta localidad donde se reflejaba que los terrenos de su propiedad, sitos en Los Llanos Sur, se recalificarían como urbanizables en el futuro PGOU”. Esto sucedió cinco meses antes de que dicho planeamiento saliera a exposición pública y esto fue lo que denunciaron ante la Fiscalía los representantes de IU, aunque el rumor sobre dicha compraventa ya era de dominio público, hasta el extremo de que algún miembro del Ejecutivo popular hubiera mostrado en privado su preocupación porque, además, el comprador de dichos terrenos, aún con el PGOU pendiente de aprobar, había sacado ya a la venta los pisos que tenía previsto construir en dicha zona”.

Y ahí fue donde empezó la movida. La alcaldesa, Marisol Casado, en la sesión plenaria celebrada ese mismo viernes conoció el contenido de mi artículo y ello la llevó a protagonizar una intervención pública que yo posteriormente calificaría de chavista, puesto que su discurso estuvo aderezado con calificativos e insultos graves tanto hacia mi persona como hacia este periódico, algo que me pareció impropio en una autoridad democrática. Tal vez, Marisol Casado intentaba por esta vía eludir el marrón de su presunta irresponsabilidad política y así se lo hice saber. Y ahí quedó todo. Nosotros habíamos hecho nuestro trabajo y éste no era otro que informar sobre una noticia que considerábamos de interés general y la alcaldesa trató de defenderse a su manera, aunque su defensa no fuese precisamente la más acertada, sobre algo que ya se le había ido de las manos. Y digo esto porque la regidora local acababa de perder el control del PGOU, ya que su concejal de Urbanismo, tras hacerse pública su vinculación con los terrenos de Los Llanos Sur, quedaba imposibilitado de refrendar la aprobación de este planeamiento y con ello el Ejecutivo se veía imposibilitado de sacarlo adelante sólo con sus votos, como así ha sucedido. Y es ahí donde empiezan a aparecer los largos tentáculos del buque insignia del monopolio mediático de nuestra comarca, intentando defender a capa y espada los intereses inmobiliarios de su principal accionista. Y esto sucedía el día 7 de mayo, con un editorial, donde tras analizar ‘sui generis’ los motivos de la paralización del Plan General, decían: “Por qué no se soluciona este problema de una vez por todas, por qué no se acepta la dimisión del concejal de Urbanismo si, como algunas voces han apuntado en los últimos días, ésta ya se puso en la mesa sin que la regidora lo permitiera. Por qué, en definitiva, el PP ha dejado de pronto de defender con uñas y dientes una planeamiento urbanístico que desde hace unos meses era para ellos de vital importancia con todas sus premisas, incluidas las Cercas de Ávila y el nuevo polígono industrial [aquí era donde estaba la madre del cordero]... Si la cosa no se soluciona, la que debería dimitir sería la propia Marisol Casado, por no ser capaz de poner en orden tanto desorden”.

Semana a semana, el diario en cuestión siguió machacando en el mismo clavo para intentar salvar lo que ya parecía insalvable. Así el 11 de junio, bajo el título ‘El Plan General, un asunto entre PP y el UNPA’, vuelven a criticar la retirada del PGOU de la recalificación de los terrenos destinados inicialmente al nuevo polígono industrial en Los Polvorines y a las viviendas en las Cercas de Ávila, por perjudicar los intereses de su protector, poniendo la guinda a su perversa manipulación en el punto y final del editorial de ese mismo día: “..Ahora queda un largo proceso de tramitación que llevará a exposición pública el documento del nuevo (qué curioso, los planes generales tiene querencia al verano, poco propicio, con el calor y las vacaciones, a fomentar la participación ciudadana), que todavía dará muchos titulares y que nos deparará sorpresas (y nos tememos que no serán agradables). Pero el negocio ya está hecho”.

La semana pasada me preguntaba un lector de nuestro periódico el por qué de “Nosotros contamos lo que otros callan”. La respuesta ahí la tienen. Y lo malo para los que ‘callan’ habitualmente es que en cuanto abren la boca se les ve rápidamente el plumero.





* El Faro de Guadarrama - Opinión - 8.07.10
Foto: Alpedrete (Madrid) - webalpedrete.com

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