Estepona somos todos

JAVIER PÉREZ DE ALBÉNIZ* : Cuando yo era pequeño los chavales soñábamos que algún día seríamos delanteros en un equipo de primera división. Meteríamos muchos goles, ganaríamos la Copa de Europa y jugaríamos en la selección. Pero los tiempos cambian, y los críos también. Actualmente los niños listos prefieren ser concejales de Urbanismo. Así podrán recalificar muchos terrenos rústicos, cobrar comisiones en negro, guardarlas en bolsas de basura en los armarios de casa y tener dos coches, un Mercedes deportivo y un todo terreno Audi. Además, una vez metidos en el mundo del ladrillo es muy fácil acabar presidiendo un equipo de fútbol.

Donde esté un concejal de Urbanismo que se quiten Torres, Güiza y hasta Villa: estamos hablando del puesto estrella en los ayuntamientos españoles, instituciones todopoderosas que pueden hacer que un pueblo se convierta en un paraíso o en la cueva de Alí Babá.

El caso Estepona abre todos los informativos. Me sorprende que la gente siga sorprendiéndose. Con lo de la corrupción urbanística, digo. ¿Acaso no salen ustedes de sus ciudades, no visitan a sus familiares del pueblo, no hacen turismo rural, no ven la televisión o leen periódicos? La corrupción urbanística entró en España hace muchos años, por el sur, y se fue extendiendo por la península como la plaga de topillos. Ya es tan intrínsecamente nuestra como el gazpacho o la paella. Una corrupción que, como nos enseñó don Jesús Gil, máximo representante de la recalificación pestilente, y sus colegas de Marbella, está muy por encima de colores políticos. Roban igual los de izquierdas que los de derechas. ¡Qué grandeza democrática!

En nuestro país tenemos más de 8.000 ayuntamientos, y varios miles de denuncias urbanísticas archivadas en el limbo. Olviden a los independentistas, a los de la COPE y a Luis Aragonés. Y recuerden que no hay crímenes pequeños. La corrupción urbanística es la auténtica culpable de la desintegración de España.

Lo que me sorprende es que pasen los años, los gobiernos, y ninguno sea capaz de acabar de una vez por todas con esta peste. Es muy fácil. Ya estoy viendo a la policía de Coslada trabajando, a las ordenes del presidente Chaves, en las costas andaluzas. ¿Que la madera nacional no funciona, que Chaves se pone la placa de sheriff? Ningún problema: acudimos a la seguridad privada. Tenemos a los Miami, perfectamente aclimatados a las temperaturas sureñas. E incluso a Darek, el ex de Ana Obregón, último fichaje de 'Bea la fea' (Telecinco). ¿A que no saben qué papel le han dado al stripper? Guardia de seguridad.

¡País! Que diría el gran Forges.




* SOITU.es - 19-06-2008

0 comentarios :