El caos urbanístico, una lacra a erradicar

Ecologistas en Acción* de Guadalajara responsabiliza a Urbanismo y Medio Ambiente, del caos urbanístico que vive nuestra provincia. Los casos relacionados con la corrupción y la especulación empiezan a salpicar a empresarios relacionados con nuestra provincia y la connivencia político-empresarial con los desarrollos urbanísticos "salta a la vista". El crecimiento desenfrenado, devorador y especulador que está viviendo la provincia de Guadalajara, no es nada más que responsabilidad política de las Consejerías de Urbanismo y Vivienda y de Medio Ambiente y Desarrollo Rural. La falta de planificación en urbanismo y ordenación del territorio, unido a los grandes intereses, están convirtiendo a Guadalajara en "territorio comanche".

La recalificación de millones de metros cuadrados por parte de la Comisión provincial de urbanismo, con el beneplácito de los informes ambientales redactados por la Delegación provincial de Medio Ambiente, es una práctica habitual.

Con el retraso premeditado del Plan de Ordenación del Territorio (POT) del Corredor del Henares, se está permitiendo el crecimiento insostenible de poblaciones ínfimas, con una ocupación de suelo fértil y vegetal espectacular y con un modelo de costrucción insostenible, que no tiene garantizado ni el suministro de agua potable ni los servicios básicos, y están consiguiendo la aprobación sistemática de la mayoría de los Planes de Ordenación Municipal, que a través del POT, se podían haber controlado algo. Asi es como la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, en connivencia con promotoras, constructoras y alcaldes (de cualquier signo político), están llevando a cabo su política urbanística.

Poblaciones del Corredor del Henares como Alovera, Chiloeches, Valdeaveruelo, Yunquera, Humanes, Villanueva, Quer, Guadalajara o Cabanillas del Campo, han multiplicado por cien su población en los últimos ocho años. Otros municipios como Pioz, Loranca de Tajuña, Horche, Yebes o el Pozo de Guadalajara, han acabado con cientos de hectáreas de bosques mediterraneo y con el hábitat de importante fauna vulnerable o en peligro de extinción. Al otro lado, en la zona de la Campiña, Torrejón del Rey o El Casar, son dos claros ejemplos de urbanismo devorador.

Cañizar, Tórtola de Henares, Hita o Torija, son otros municipios que se van sumando al desarrollo urbanístico insostenible y especulador, alentados por nuestros responsables políticos.

Ecologistas en Acción denuncia la connivencia existente entre políticos y promotores, denuncia la tolerancia con la que la Delegación de Medio Ambiente está apoyando estos modelos irracionales y destructores de fauna, flora, territorio y paisajes y denunciamos la falta de rigor y de responsabilidad de la Comisión Provincial de Urbanismo tutelada por Don Abilio Martin.

BASTA YA DE ESPECULACIÓN, BASTA YA DE CORRUPCIÓN, JUSTICIA YA.




* Ecologistas en Acción - Guadalajara 22 de mayo



1 comentarios :

Anónimo dijo...

Yo quiero referirme concretamente al Municipio de Loranca de Tajuña. Aquí se suceden los alcaldes pero continúan las directrices. Un ejemplo de ello es que el Alcalde anterior rechazó las alegaciones presentadas por el que hoy es Alcalde en relación con uno de los PAUs; el R-9. Estas alegaciones fueron, lógicamente desestimadas.
Bien pues el que hoy es Alcalde y antes no estaba de acuerdo con dicho PAU, hoy lo defiende y desestima cuantas alegaciones se presentan en contra del PAU contigüo; R-10, cuya depuradora es la misma que la del R-9. Lo mas chocante e indignante es que el Alcalde saliente, ahora en la oposición, dice que esos PAUs se pueden modificar.
Esto es un ejemplo de lo que significa la palabra CINISMO, tanto para el entrante como para el saliente. Quizás tenga algo que ver el Arquitecto Municipal, que es a su vez Juez y parte, ya que es él el que elabora todos los proyectos del Municipio: POM, Sector 7.II, PAUs R-9 y R-10. Él se lo guisa y él se lo come, así da gusto. ¡Que vergüenza!
A propósito, esto traerá "cola", ya que se pretende colocar una macrodepuradora a menos de 50 m de una urbanización en una zona de arbolado clasificada en el POM, Plano I, como zona rustica protegida.