Codicia y avaricia

Emili PIERA.- Levante-EMV* : "Lo que han dicho los eurodiputados sobre nuestro romance sin fin (o hasta el fin) con el ladrillo es que alcaldes, concejales y demás gente de bastón y fajín no se conforman con hacer la vista gorda y recortar el cupón, sino que son ellos los primeros y más esforzados galeotos de la máquina de hacer dinero deprisa, deprisa, somos un pueblo-anfetamina, lanzado sobre la pista asfaltada y recalificada.


En términos casi bíblicos, sus señorías, caídas cual ángeles exterminadores del cielo de Bruselas, han hablado de «codicia y avaricia», na­da menos, que son dos usos del mismo pecado capital: el uno busca, el otro acumula; tener uno es malo y tener los dos, peor, vicio de viejos.

Yo creí que, con ese lenguaje -«codicia y avaricia»-, los eurodiputados serían luteranos suecos o alemanes, pero los que rajaron eran un polaco, que será católico, y un británico, pero, se siente, nosotros no inventamos el capitalismo, pero como los chinos, nos sorprendió con hambres atrasadas, y con el tiempo, en muy poco tiempo, hemos devorado hasta la caseta del perro, con la que hacemos una bonita solución habitacional.

Como dicen pensadores tan distintos como Zizek o Vattimo, nuestra tolerancia es muy ra­ra. Aceptamos la libertad de culto, el matrimonio homosexual o la críticas al primer ministro en televisión, qué bien, pero si a alguien se le ocurre decir que el capitalismo, al menos en su versión neocon, es suicida e inviable, le tachan de integrista totalitario. Y el capitalismo sigue a lo suyo, que consiste, paradójicamente, en acabar con la propiedad, ya sea de los chalés privilegiados (para hacer otros chalés), ya sea de los derechos de creación, pues uno se baja música y películas de internet por la cara.
La Constitución (la nuestra y las otras) no lo dice, pe­ro puede resumirse en un so­lo precepto: si usted hace como que evita todo lo expresamente prohibido aquí, puede convertirse en un codiciador incesante de los bienes ajenos.



*Levante-EMV - 31 de marzo de 2007


1 comentarios :

Unknown dijo...

Así es. En términos bíblicos es como se está construyendo esta Torre de Babel monstruosa que es el urbanismo nacional.

Algunas ideas al respecto:
Codicia, avaricia, falta de escrúpulos, enriquecimiento ilícito, saqueo del territorio, abusos urbanísticos generalizados, expolio cultural, etc, etc.

Lo curioso del caso, como ya pronosticábamos hace unos días, es la rápida contestación de algunos próceres ladrilleros levantinos. Hablan sobre este informe urbanístico del europarlamento de "colonialismo", "fruto de una mala digestión o de una noche de mal sueño", "delirante", ...

En fin, sobran las palabras. Sólo hay que darse una vueltecita por el litoral mediterráneo (y de otras partes también) para darse cuenta de las aberraciones "bíblicas" que se han permitido hacer y se siguen permitiendo todavía. Pese a quien pese.