Para comer de la tierra y no comernos la tierra, paremos el TAV

IZASKUN AURREKOETXEA, ANA RUÍZ Y ESTER MONTERO* : Una de las definiciones de la soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a alimentos sanos, nutritivos y culturalmente adecuados, accesibles, producidos de forma sostenible y ecológica, y el derecho a decidir el propio sistema alimentario y productivo. Para producir alimentos, necesitamos diferentes recursos, entre otros, agua, tierra fértil, biodiversidad, semillas. Pero éstos son cada vez más limitados, desapareciendo aceleradamente desde hace décadas fruto de un sistema agroalimentario que, en vez de alimentarnos, nos devora. Se calcula que casi la mitad de los suelos cultivables mundiales están seriamente degradados por problemas como la erosión y la pérdida de nutrientes. Además, la tierra agraria no deja de disminuir por un urbanismo suicida, continuas infraestructuras… Tampoco la biodiversidad agrícola corre mejor suerte. Calcula la FAO que el 80% de las variedades locales agrícolas creadas por los agricultores en 7.000-8.000 años de manejo se han perdido, siendo sustituidas por unas pocas variedades híbridas.

Además de recursos, para comer necesitamos agricultores y agricultoras que nos provean de alimentos sanos a la vez que cuidan el entorno manteniendo el mundo rural vivo. Pero desde 1975 la población activa agraria en el Estado ha pasado de ser el 25% hasta el 4% actual y esta tendencia continúa sobre todo entre los pequeños agricultores que no consiguen sobrevivir por los escasos o nulos beneficios que obtienen con su actividad. Sin embargo, los precios de venta al público suben cada año. En 2010 los precios que pagamos los consumidores, fueron de media cinco veces más altos que el recibido por los productores. Y es que en el Estado español, Carrefour, Auchan, Mercadona, Eroski y El Corte Inglés controlan el 60% del mercado agroalimentario.

Frente a este modelo y para trabajar por la soberanía alimentaria, los grupos autogestionados de consumo optamos por la compra directa a los pequeños productores con un manejo sostenible de los recursos naturales, la cercanía, los alimentos sanos y de temporada, el apoyo mutuo y la confianza entre productores y consumidores, etcétera.

Desde distintos grupos y asociaciones de consumo ecológico de Navarra, consideramos que el proyecto del TAV constituye una grave amenaza a la soberanía alimentaria, a la actividad agrícola y al mantenimiento de un mundo rural vivo, ya que su construcción provoca la pérdida de suelo fértil (por ocupación directa, movimiento de tierras, escombros…) fragmenta el territorio dejando inutilizable una superficie mayor, dificulta el acceso a parcelas, se dañan o pierden agroecosistemas y biodiversidad agrícola, afectando a la red hidrológica, al paisaje rural… Todo esto unido a una pérdida de agricultores. Además de provocar daños a la salud y molestias de las personas (y ganado) por ruido o contaminación electromagnética, entre otras. Un efecto no menos importante es su gran impacto social, pues sólo comunicará las grandes urbes, dejando a las comarcas sin tren (ya que el ferrocarril convencional disminuirá drásticamente o desaparecerá) y sin la posibilidad de obtener servicios públicos prioritarios en las ya castigadas zonas rurales, debido a que su enorme coste vaciará las arcas públicas.

Para comer de la tierra y no comernos la tierra, pedimos la paralización del TAV y animamos a participar en la manifestación del 2 de abril a las 18 horas en Antoniutti, en Pamplona, convocada por AHT Gelditu! Elkarlana Parar el TAV antes de que arranque.


* Izaskun Aurrekoetxea, Ana Ruiz y Ester Montero
En representación de Ama baratza (grupo de consumo ecológico de Tierra Estella), Andurra (asociación de consumidores ecológicos de Lumbier, Sangüesa, Urraúl y Arboniés), Artajona (grupo de consumo ecológico), Basaburua (red de consumo ecológico), Burgaloki (asociación de consumidores de productos ecológicos de Artaza), Janaske (grupo de consumo ecológico del Valle de Salazar), Jateko (grupo de consumo ecológico Ekologistak Martxan), Landare (asociación de consumidores ecológicos, Pamplona), Lugorri (asociación de consumo ecológico de la Sakana), Pipirripi (grupo de consumo ecológico del Valle de Aezkoa), Tomate Gorriak (grupo de consumo ecológico de Iruñerria)

* Noticias de Navarra - Opinión Cartas - 30.03.11

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