La Fiscalía investiga al Ayuntamiento de Madrid por derribar un palacete blasonado

La ciudad de Madrid es un ejemplo de lo mal que se pueden hacer las cosas en cuanto al Patrimonio monumental. Desde hace décadas ha perdido casi todas sus señas de identidad al derribar una enorme cantidad de edificios singulares que debían haber sido protegidos por su notable valor histórico-artístico. Lamentablemente en pleno siglo XXI siguen ocurriendo tropelías municipales, como el derribo de un palacete del siglo XVII que se expropió y después se dejó caer a trozos. El edificio estaba protegido pero la ignorancia, o intereses, del ayuntamiento terminaron por arruinarlo definitivamente. Es difícil que la justicia ahora intente resolver una situación en la que debió haber intervenido mucho antes, además los culpables se sabe perfectamente quiénes fueron.
"ELPAÍS* : La Fiscalía Provincial de Madrid investiga al Ayuntamiento de la capital (PP) por el derribo de una casa blasonada del siglo XVII que expropió hace una década para construir un equipamiento público (escuela, biblioteca, etcétera). Quiere averiguar si el edificio municipal se tiró pese a gozar de protección por su valor histórico o artístico, y quiénes fueron responsables de su estado de ruina por falta de conservación.

El Ayuntamiento no se lo está poniendo fácil: las diligencias se abrieron en junio de 2013, pero la Fiscalía lleva más de cinco meses requiriendo sin éxito al Gobierno local el nombre y apellidos de los encargados de cuidar el edificio.

En su última notificación, de 10 de febrero, el fiscal amenazó al Ayuntamiento con actuar por un delito de desobediencia si no facilitaba en 15 días toda la información “de manera directa e inequívoca”. Fuentes municipales aseguran que se ha hecho, pero han evitado explicar su respuesta.

Esta es la segunda investigación abierta al Ayuntamiento por presunto abandono del patrimonio histórico. La Fiscalía indaga también el deterioro del palacio de la Duquesa de Sueca, un edificio municipal con la máxima protección histórica-artística que se encuentra en estado de ruina por falta de conservación. El Ayuntamiento quiso derribar el edificio pero un juzgado lo evitó a instancias de la propia Fiscalía.

La casa blasonada que ha motivado la nueva investigación estaba ubicada en el número 18 de la calle Embajadores. Se remonta al siglo XVII, según el informe remitido a la Fiscalía por la Asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio en verano de 2013, tras ejecutarse su derribo. Este palacete castellano estaba rematado por el escudo de armas de la familia Villalobos, y figuraba ya en el plano de Pedro de Teixeira de 1656. Gozaba de protección parcial por su valor histórico-artístico, y según la citada asociación fue derribado sin que su estado fuera tan ruinoso como para hacerlo necesario.

Sobre el inmueble sobrevolaba la amenaza de derribo desde 1963, pero fue en 2000 cuando se abrió su expediente de ruina, gobernando la ciudad José María Álvarez del Manzano (PP).

Desde entonces hasta 2006, el Ayuntamiento inspeccionó en varias ocasiones la casa y ordenó a sus propietarios que llevaran a cabo reparaciones de emergencia. Al no recibir respuesta, las hizo el propio Ayuntamiento por ejecución sustitutoria (es decir, pasando luego la factura a los dueños).

Hasta que, en 2005, cuando Alberto Ruiz-Gallardón llevaba ya dos años en la alcaldía, el Ayuntamiento cayó en la cuenta de que el edificio era suyo. La finca estaba inscrita a su nombre (a falta de un parte que aún estaba por pagar) a consecuencia de un proceso de expropiación iniciado en 2002. El Ayuntamiento decidió entonces archivar el expediente de ruina: “Esta situación cambia las circunstancias de cuando [el edificio] era de propiedad privada y esta había incumplido reiteradamente el deber de conservación”.

En un informe posterior admitía que “carece de sentido que el mismo ente que cataloga para proteger un inmueble, lo califica como dotación y lo adquiere para tal fin, promueva su declaración de ruina”.

El Ayuntamiento frenó pues su derribo, pero no se encargó sin embargo de su mantenimiento. Primero, porque el proceso de expropiación se alargó hasta 2008, de forma que no estuvo inscrito en su totalidad a su nombre hasta entonces. Pese a que la casa era mayoritariamente suya (más del 75% le pertenecía ya) e iba a ser completamente suya, la dejó abandonada. A conciencia, además, porque los inspectores municipales giraron visitas periódicas que certificaron su progresivo deterioro.

Finalmente, en enero de 2012 se transfirió del área de Urbanismo a la de Hacienda, y se tramitó su incorporación al inventario de bienes del Ayuntamiento.

Eso fue en enero. En octubre, Hacienda decretó su ruina y ordenó demolerla. La comisión local de Patrimonio Histórico dio su plácet, obligando a conservar el blasón y la embocadura del portal. Ahora sólo queda un solar de 712 metros cuadrados, en el que se prevé construir, cuando haya dinero para ello, un equipamiento social o cultural.

Y una investigación de la Fiscalía que quiere saber quiénes fueron los responsables de cuidar la casa entre el 27 de febrero de 2008 (cuando acabó el proceso de expropiación) y el 30 de octubre de 2012 (cuando se ordenó tirar el edificio).


* El País - BRUNO GARCÍA GALLO - 6.3.14
Foto: El solar tras el derribo de la casa blasonada. / SAMUEL SÁNCHEZ

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La Iglesia intentó hacer unas obras en la Mezquita de Córdoba en 2011 para convertirla en más Catedral

El colmo de la ignorancia y la agresión monumental que en pleno siglo XXI la Iglesia quisiera hacer importantes obras novedosas en el muro norte de la Mezquita-Catedral de Córdoba. El proyecto, afortunadamente, no fue aprobado por la Junta de Andalucía, pero queda la sospecha de lo que puede estar ocurriendo en otros monumentos de no tanto renombre cuya propiedad es también de la Iglesia (por ejemplo casi todos los religiosos de los miles de municipios del país). Aunque muchos tengan la declaración de 'Bien de Interés Cultural' (BIC), la gran mayoría no la poseen y están en manos de indocumentados eclesiales que solo atienden a sus intereses. Un grave asunto que el Estado, central-autonómico, debería resolver cuanto antes.
"ANDALUCES.ES* : “El objetivo era que físicamente el monumento fuese ya más Catedral y menos Mezquita”. Así resume un técnico de Patrimonio, que prefiere hablar desde el anonimato, el proyecto que en 2011 llegó a presentar el Cabildo Catedralicio de Córdoba a la Junta de Andalucía para intervenir en la Mezquita. Según el proyecto, el objetivo era una reforma muy importante en todo el muro Norte de la Mezquita Catedral de Córdoba, justo el que linda con el Patio de los Naranjos y por el que entran y salen los turistas.

En la actualidad, este muro sólo conserva tres puertas de acceso, una de ellas inutilizada. El resto de las puertas están cegadas y tras ellas descansan desde hace siglos varias capillas cristianas, con sus correspondientes enterramientos. El proyecto contemplaba abrir todas esas puertas cegadas y “retranquear” las capillas. Es decir, los trabajos consistían en empujar las capillas hacia el centro del monumento y hacerlas avanzar hacia el mar de columnas que es la Mezquita Catedral de Córdoba. “Así habría más Catedral y cada vez menos Mezquita”, insisten las fuentes.

El Cabildo de Córdoba diseñó este proyecto con el objetivo de conseguir abrir una puerta en este muro Norte de la Mezquita de Córdoba para que pudiesen entrar y salir todas las procesiones de la Semana Santa. Desde hace años, en Córdoba tanto el Obispado como las cofradías están haciendo todo lo posible para trasladar la carrera oficial de la Semana Santa hasta la Mezquita de Córdoba. Sin embargo, se topan con la singularidad del templo, por cuyas puertas no caben todos los pasos. Además, las procesiones tienen que salir por la misma puerta por la que entran, lo que dificulta el traslado de la carrera oficial hasta el lugar.

La intervención exterior en el muro Norte de la Mezquita, que permanece inalterable desde décadas antes de que el monumento fuese declarado por la Unesco Patrimonio Mundial de la Humanidad, iba a cambiar su configuración de manera notable, tal y como reflejan las infografías del mismo a las que ha accedido este periódico. Una vez “retranqueadas” las capillas (esta es la palabra que usa el Cabildo en su proyecto), se abrirían todas las puertas del muro y se cerrarían con cristales que llevarían una lámina de ágata pegada. Las capillas quedarían, entonces, bajo el mar de columnas del monumento cordobés.

PATRIMONIO SE ECHÓ LAS MANOS A LA CABEZA

Esta intervención también suponía acabar con las cuatro celosías del arquitecto Rafael de la Hoz, en la que es, actualmente, la única intervención contemporánea en la Mezquita de Córdoba. De la Hoz instaló cuatro celosías en cuatro puertas del muro Norte de la Mezquita que estaban cegadas y que no tenían capillas. El arquitecto (uno de los más importantes de España en los años 70) dibujó cuatro celosías con la idea de intentar simular la luz natural que entraba en el monumento cuando fue construido en el siglo VIII. El proyecto del Cabildo contemplaba retirar estas cuatro celosías y dejarlas expuestas y apoyadas en uno de los muros del Patio de los Naranjos.

Los técnicos de la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Andalucía que vieron el proyecto original se echaron las manos a la cabeza y pusieron el grito en el cielo, como viene reflejado en un documento interno de noviembre de 2011 al que también ha accedido este periódico. Tanto, que llegaron a advertir a la Iglesia de Córdoba de que si decidía seguir adelante con el mismo no tendrían más remedio que advertir a la Unesco del proyecto, y que este organismo, seguramente, no lo permitiría. El Cabildo, entonces, decidió dar marcha atrás y retirar el documento, que nunca llegó a pasar por la Comisión Provincial de Patrimonio de la Junta de Andalucía.

Ahora, el Cabildo ha presentado un nuevo proyecto que es mucho más modesto y que ya sólo contempla una intervención muy leve en las celosías de Rafael de la Hoz. Este plan, al que también ha accedido este periódico, contempla hacer “móviles” las cuatro celosías con un sistema mecánico que no suponga un gran impacto en la zona. En principio, esta intervención, más leve y atenuada que el proyecto de 2011, cuenta con el visto bueno del hijo del arquitecto Rafael de la Hoz, que también heredó su profesión. Pese a ello, la Semana Santa de 2014 tampoco podrá entrar en carrera oficial en el interior de la Mezquita de Córdoba y las obras tendrán que esperar, como mínimo, un año más.

Por otra parte, en estos momentos el monumento vive un intenso debate sobre su titularidad. Después de la iniciativa de una plataforma cívica llamada Por una Mezquita Catedral de todos, la Junta de Andalucía ha encargado un informe jurídico para determinar de quién es la titularidad del monumento, ya que hasta el año 2006 el bien no estaba inscrito en el Registro de la Propiedad a nombre de nadie. Ese año, la Iglesia aprovechó una reforma de la Ley Hipotecaria de Aznar para inmatricular a su nombre la Mezquita. El informe encargado por la Junta determinará hasta dónde se puede reclamar o no el bien.


* Andaluces.es - ALFONSO ALBA - 10.3.14
Foto: Puertas del muro norte. // ENRIQUE GÓMEZ

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