Parques temáticos de alto riesgo

Como casi todo lo malo se imita en este planeta, el urbanismo a 'la americana' terminó cayendo sobre este país abandonado a la especulación más delictiva. Es el caso de los llamados Parques Temáticos, verdaderas ciudades aisladas del resto, construidas al modo 'cartón piedra' de Disney, y capaces de despilfarrar recursos económicos y territoriales ingentes. En España hay muchos ejemplos en toda su geografía y casi todos han terminado en ruina y fracaso estrepitoso. Salvo, quizás, Port Aventura (Tarragona), tanto Terra Mítica (Benidorm), Isla Mágica (Sevilla), Parque Warner (Madrid) y EuroDisney (sin construir), han sido un modelo especulativo de proporciones gigantescas. Auspiciados siempre por políticos comisionistas de 'tres al cuarto', los complejos de este país han acabado en manos de fondos y gestoras multinacionales, tras perder el apoyo de Cajas ruinosas y Gobiernos corruptos.
"ELPAÍS* : A sus inauguraciones acudieron ministros, alcaldes y la flor y nata empresarial. Los parques temáticos se abrieron en España bajo un denominador común: mucho respaldo público y la idea de que su instalación se traduciría en empleo, turismo y riqueza. En casi todos los casos, la aventura se ha tragado ingentes cantidades de dinero público. Con una crisis económica de por medio, la salida de las cajas de ahorro de sus accionariados y el grifo del dinero público cerrado, los complejos han acabado en manos de fondos de inversión o de gestoras especializadas, que compraron en varios casos a precio de saldo y parecen estar enderezando las cuentas.

Tras la tempestad, vuelven incluso a aflorar proyectos: Murcia quiere estrenar un parque temático de Paramount en 2016.

España soñó en los ochenta con albergar el primer parque que Disney iba a instalar en Europa. La Comunidad Valenciana, Cataluña y Andalucía entraron en una pugna que al final ganó Francia. Disneyland Paris, que abrió sus puertas en 1992, pasa por horas bajas: por segunda vez en solo dos años, la americana The Walt Disney Company ha tenido que acudir al rescate de su filial, con una recapitalización de 1.000 millones de euros, para hacer frente a una deuda acumulada de 1.748 millones por la caída de visitantes.

Tras las calabazas que Disney dio a España, las comunidades autónomas no renunciaron a estas instalaciones y comenzó la carrera de inauguraciones. Los complejos han corrido distinta suerte, pero tienen muchos puntos en común: rentabilizarlos supone un trabajo de alto riesgo.

Port Aventura
El parque catalán fue el primero en abrir, en 1995, y es el más rentable de todos. Sus cuentas del pasado ejercicio muestran que registró 164,5 millones de euros de ingresos y unos beneficios de 9,96 millones. Los entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y ministro de Comercio y Turismo, Javier Gómez Navarro, se atrevieron a subirse en su montaña rusa el día de apertura. La Caixa tenía en ese momento el 33% de su capital, tras invertir 15.800 millones de pesetas (cerca de 96 millones de euros).

Desde su apertura, Port Aventura ha pasado por muchas manos. En 1998, Universal entró en su accionariado. En 2004, La Caixa controlaba el 80% y Abertis, otro 6,3%. El grupo italiano Investindustrial llegó en 2009 y ahora es quien controla el 50,1% de los títulos. El otro 49,9% está en manos del fondo de capital riesgo KKR, que pagó cerca de 200 millones, según fuentes del mercado. El parque alcanzó su récord de visitantes en 2007, con 4,1 millones. Después, llegaron años más complicados. En 2010, registró 3,2 millones de usuarios, pero, según un portavoz, ha remontado y el pasado ejercicio sumó cuatro millones de clientes. Ahora prepara un desembolso de 100 millones para una nueva área dedicada a Ferrari que abrirá en 2016. No ha sido fácil: en total, desde 1995, este parque ha supuesto una inversión de 1.000 millones de euros.

Isla Mágica
Una placa recuerda en el complejo sevillano el día de su inauguración, en junio de 1996, a la que acudió el rey Juan Carlos I. Costó 14.000 millones de pesetas (unos 85 millones de euros), la inversión más reducida de entre los complejos españoles, pero su situación económica ha sido siempre precaria, hasta el punto de estar al borde del cierre en varias ocasiones, la última, en 2013. El pasado ejercicio arrojó beneficios por primera vez (2,1 millones). Sin embargo, es casi una ilusión contable: el parque fue indemnizado por CaixaBank con 9,2 millones de euros porque decidió salir de la propiedad antes de lo pactado —tenía el 82,7% del capital—. Vendió su parte al grupo francés Looping South Europe.

Sus derechos de gestión han pasado de mano en mano, casi siempre, manos bancarias. En 2004, pidió la suspensión de pagos. En 2007, Cajasol poseía el 70% de las acciones y Unicaja, otro 12%. Fue rescatada a principios de 2011 por Banca Cívica, que le inyectó 10 millones. Y acabó en manos de Caixabank, que asumió sus 30 millones de deuda acumulada. Ahora es en un 82,7% de Looping. En su capital siguen los rescoldos del apoyo público que siempre tuvo, aunque reducido al mínimo: el Ayuntamiento de Sevilla es propietario de un 1,73% y la Diputación, del 1,41%. Sus nuevos dueños se han comprometido a hacer inversiones y el pasado verano abrieron un parque acuático para ofrecer la que puede ser la última oportunidad a un proyecto que parecía destinado al desastre.

Terra Mítica
Costó 425 millones de euros. En 2012, su actual dueño, un grupo francés, compró casi el 80% a la Generalitat valenciana, el Sabadell y Bankia por 20 millones, más otros 45 millones destinados a saldar deudas. Terra Mítica nació al calor de las construcciones faraónicas impulsadas por el PP en Valencia a inicios del boom inmobiliario. En 2003, llegó a perder más de 70 millones de euros. Su actual dueña —Ocio y Parques Temáticos, en manos de Aqualandia— logró el año pasado tener beneficios: 791.354 euros. Facturó 14,4 millones.

Parece que empieza a digerir su pasado precario, a costa de un durísimo ajuste. Ha encadenado despidos colectivos, suspensiones de pagos y vendió terrenos para lograr mantenerse a flote. El príncipe Felipe asistió a su inauguración, en 2000, durante la que le acompañó el gran valedor del proyecto, el entonces presidente de Generalitat, Eduardo Zaplana. Cuatro años después de echar a andar, Terra Mítica pidió la suspensión de pagos con 220 millones de pasivo. Ahora, tras los escándalos de corrupción y con nuevo dueño, busca otra oportunidad.

Parque Warner Madrid
Su actual gestor es Parques Reunidos, propiedad del fondo Arle Capital, que controla un enorme conglomerado de ocio en Europa y América. Es difícil conocer la rentabilidad exacta del complejo, ya que las cifras de sus negocios en España se entrecruzan, pero la sociedad que gestiona el día a día del Parque Warner —Madrid Theme Park Management— ingresó 32,6 millones en el ejercicio que acabó en octubre de 2013 y ganó 944.000 euros, pese a la bajada de visitantes por la subida del IVA.

El parque trata de modernizarse y el pasado verano abrió una zona acuática. En sus inicios, repitió el camino de sus predecesoras: costó 368 millones, comenzó alimentado con dinero de la Comunidad de Madrid —invirtió 70 millones— y de Caja Madrid —tenía el 21%—. Acumuló deudas y, tras la salida del dinero público, acabó controlado por el constructor Manuel Jove.

A su inauguración en 2002 acudió Alberto Ruiz-Gallardón, en esa fecha presidente madrileño, en una fiesta por todo lo alto a la que acudieron Bo Derek y Christopher Lambert. Las expectativas de visitas eran tan elevadas que la Comunidad de Madrid incluso dispuso una línea y una estación de tren especial para llegar al recinto. Costó 84 millones de euros. Hoy está cerrada.


* El País - CRISTINA DELGADO - 20.10.14
Foto: Benidorm (Alicante), TerraMitica - Me (wikipedia.org)



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