El Puerto.- El Supremo ratifica la demolición de Las Beatillas tras ocho años de trámites

LAVOZ/Cádiz* : El complejo de las Beatillas, en El Puerto, correrá la misma suerte que las instalaciones de Montenmedio, en Vejer. El Tribunal Supremo ha dado el visto bueno a la orden de demolición del macrocomplejo turístico-deportivo propiedad del Grupo jale, que fue construido ilegalmente con una simple licencia de ampliación de un antiguo cortijo. El delegado provincial de Obras Públicas, Pablo Lorenzo, destacó ayer tarde que el fallo del Supremo pone fin a ocho años de trámites. Lorenzo indicó que Las Beatillas, al margen de ser construida sin licencia, se ha levantado sobre un terreno calificado como sistema general de espacios libres que es del todo ilegalizable. La sentencia es firme y no cabe recurso ordinario alguno. La sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo desestima así los recursos de casación interpuestos por Jale Construcciones S.A. y Las Beatillas S.L., contra la sentencia que en septiembre de 2005 dictó el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.

En su fallo, el Supremo confirma la sentencia del TSJA y recuerda que la orden de demolición del macrocomplejo «La Beatillas « decretada en 2003 por la Dirección General de Urbanismo de la Junta de Andalucía y recurrida por las citadas empresas «no se puede tachar de desproporcionada sino antes bien de ejemplar». La sentencia recuerda que los promotores del citado macrocomplejo obtuvieron del Ayuntamiento de El Puerto en 2001 una licencia «para adecuación» de un antiguo cortijo a «usos de hostelería».

Sin embargo, en los terrenos, clasificados como urbanizables no programables y destinados al sistema general de espacios libres, se construyeron un palacio de congresos de planta baja más subterráneo, un restaurante de 284 metros cuadrados, cinco pistas de padel con vestuarios y duchas, una carpa de 700 metros cuadrados, un parque infantil, un aparcamiento y una urbanización de 11.684 metros cuadrados, según recoge la sentencia. «Ha quedado acreditado que el suelo en el que se lleva a cabo la obra es clasificado como urbanizable no programado», un espacio con el que «se pretendía configurar un parque periurbano» y en el que se prohíben «edificaciones de nueva planta».
Desde la Junta se ha puesto de maniviesto que ya existe un proyecto para el derribo del complejo, «si la empersa no ejecuta la sentencia será la Junta la que lleve a cabo la demolición de forma subsidiaria».
La sentencia añade que «resulta de una claridad incontestable que las obras cuya demolición se ha ordenado fueron realizadas sin licencia» y que «desde luego» no está «permitido» que, sin ellas, «un antiguo cortijo se convierta en un complejo turístico deportivo como el que nos ocupa», por lo que la construcciones hechas son «ilegales e ilegalizables».
Sobre lo «drástica y sumamente perjudicial» que, según los recursos de los constructores y propietarios del macrocomplejo, resulta la demolición, el Supremo explica que «son los responsables de las obras los que se han colocado en dicha situación». Añade que, de lo actuado, se desprende que hasta las licencias que solicitaron pretendían «ocultar y servir de cobertura formal» y cubren «una conducta dirigida a conseguir por la vía de los hechos consumados lo que jurídicamente es inviable».



* La Voz Digital - 17.03.11
Foto: El Puerto (Cádiz), complejo Las Beatillas a demoler - lavozdigital

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El TSJM tumba el sistema de concesión y control de licencias privado de Gallardón

ELMUNDO/Madrid* : El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha dictado sentencia y ha declarado la ilegalidad de la Ordenanza que rige el sistema de concesión y control de licencias del Ayuntamiento de Madrid. El juez basa su decisión en que la norma, aprobada hace apenas un año, vulnera varios artículos de la Constitución y sobrepasa los límites de las competencias municipales. La sentencia anula la norma, que otorga a empresas privadas la potestad de conceder licencias de actividad y con la que Alberto R.Gallardón prometió agilizar trámites y evitar prácticas fraudulentas, pero no tendrá efectos inmediatos hasta que se resuelva el recurso que interpondrá el Ayuntamiento. El primer argumento en el que repara el Tribunal para anular la ordenanza es en las competencias urbanísticas del Ayuntamiento de Madrid que ha de ser la de "mero gestor" y no de legislador. "Las competencias de una entidad local son limitadas" y la autonomía local es "de naturaleza administrativa y no política" como sí lo son las Comunidades Autonómas y el Estado, argumenta la sentencia.

El Tribunal considera también que la ordenanza, aprobada en el Pleno en junio de 2009, choca con el artículo 33 de la Constitución, que se refiere a la propiedad privada.

Los jueces hacen referencia aquí a la imposición que el Ayuntamiento hace al individuo de contratar (y pagar) a las Entidades de Control de Licencias Urbanísticas (ECLUS) para conseguir y renovar la licencia.

Los magistrados añaden a su argumentación que el ciudadano tiene que pagar, además de los precios acordados con las empresas, las tasas municipales correspondientes. Un extremo que el Ayuntamiento niega, ya que las "tasas fueron suprimidas cuando el sistema entró en funcionamiento"

La sentencia incide en la contraprestación que el ciudadano ha de pagar por los servicios de las ECLUS. Según los jueces la obligatoriedad de pagar por una prestación patrimonial debe recogerse en una norma de rango superior a una ordenanza, según recoge el artículo 31 de la Constitución.

Pero fuentes municipales defienden que el pago a las ECLUS no es a cambio de una prestación patrimonial, como sí ocurre con las tasas, si no que se "considera una relación entre particulares" en la que se acuerda el pago por los servicios prestados.

La sección segunda del Tribunal Superior estudió además la posible confrontación de la ordenanza con el artículo 18 de la Constitución, referente a la inviolabilidad del domicilio. Según la norma municipal, los titulares de las actividades interesados en la consecución de un permiso de actividad están obligados a permitir al personal de las entidades privadas el acceso a sus establecimientos.

Un extremo que, según el juez, podría chocar con la legalidad. El Ayuntamiento, sin embargo, argumenta que el espacio donde se desarrollará una actividad comercial dista mucho de la calificación de domicilio y, por tanto, no merece la protección constitucional a la que el magistrado se refiere.

El derecho a una tutela judicial efectiva, recogido en el artículo 24 de la Carta Magna, es otro los fundamentos de la sentencia del Tribunal.

Los jueces manifiestan la posible indefensión del ciudadano ante las decisiones y "certificados de conformidad" que emiten las empresas privadas que son definitivas para la obtención de la licencia para la apertura del negocio del interesado.

El Ayuntamiento tampoco está de acuerdo con este punto y defiende que, ante las actuaciones de las ECLUS, el ciudadano siempre podrá defenderse por la vía administrativa o judicial lo que, según fuentes municipales, garantiza la tutela judicial efectiva del ciudadano.

La Asociación la Viña, una de las que recurrió la ordenanza, mostró satisfacción por el fallo que defiende los intereses de sus afiliados.



* El Mundo - 17.03.11
Foto: Madrid, gerencia urbanismo - EFE

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El Consell pagó 2,7 millones a Calatrava por el centro de Castelló pese a incumplir el contrato

LEVANTE* : El documento preveía que los 7,5 millones de honorarios previstos del arquitecto, el 12,5% del coste del Centro de Convenciones, subieran si había sobrecostes. La Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunitat Valenciana (SPTCV), empresa pública de la Generalitat, abonó hasta 2,7 millones al arquitecto valenciano Santiago Calatrava por la redacción del Master Plan, Anteproyecto y Proyecto Básico del Centro de Convenciones de Castelló, a pesar de que, como consta en un burofax remitido a la mercantil Santiago Calatrava GMBH en noviembre de 2009, consideraba que el proyecto remitido «no se ajusta» a «las condiciones pactadas en el contrato». En concreto, añadía la SPTCV, el diseño del macroproyecto para Castelló que no ha llegado a construirse llegaba a «triplicar la superficie construible y precio pactados», en referencia al presupuesto «orientativo» de 60 millones. Por ello, le devolvía el proyecto básico. No obstante, la firma que preside el vicepresidente económico, Gerardo Camps, justificó en el mismo burofax el abono de 1.350.000 euros —la parte que faltaba de los 2,7 millones citados— en tres cheques con vencimiento el 25 de noviembre de 2009 y el 25 de febrero y 25 de abril de 2010 por la «voluntad de entendimiento» de la empresa de la Generalitat con Calatrava.

Así lo acreditan los documentos facilitados ayer en rueda de prensa por la diputada de Esquerra Unida en las Corts Marina Albiol y el portavoz de la ejecutiva de EUPV, Ignacio Blanco, quienes avanzaron que los adjuntarán a la denuncia que presentarán la próxima semana ante la Fiscalía por los pagos «millonarios» de la Generalitat a Calatrava en «proyectos fantasma» que no se han ejecutado. A los 2,7 abonados por el centro castellonense se añaden otros 2,5 por las Torres de la Ciudad de las Artes y 600.000 euros por la dársena del puerto de Torrevieja.

En total, 5,8 millones por proyectos no ejecutados. Albiol burló la negativa del Consell a dar copia de los papeles a los diputados al fotografiarlos durante su visita a la SPTCV de la semana pasada, en la que se le permitió examinarlos.

La SPTCV firmó con Calatrava el 17 de diciembre de 2007 un contrato por el que le adjudicaba el proyecto sin concurso público, acogiéndose a una de las excepciones de la ley de Contratos por «razones técnicas o artísticas o relacionadas con la protección de derechos exclusivos». EU lo ve irregular y cree que debió realizarse un concurso de ideas.

El documento lo justifica porque «el prestigio nacional e internacional reconocidos» del arquitecto «dotará al edificio de unas características singulares propias». El contrato especifica los honorarios del profesional: Por la redacción del Master Plan, Anteproyecto y Proyecto Básico, 2,7 millones, que son los que ha cobrado, equivalentes al 4,5% del presupuesto «orientativo» de 60 millones. Además, debía percibir el 4% del citado presupuesto por el proyecto de ejecución (2,4 millones) y el mismo porcentaje y dinero por la dirección de obra.

En total, 7,5 millones, el 12,5% del presupuesto. No obstante, el mismo contrato ya preveía que habría sobrecostes, de forma que los honorarios del arquitecto, en los tres conceptos, «se actualizarán en función del coste real de la obra». Aunque el burofax da a entender que el proyecto presentado por Calatrava triplicaba la superficie y también el precio (que se elevaba así a 180 millones), EU explicó que en el resto de documentación lo que se multiplica por tres es la superficie y que el nuevo presupuesto de Calatrava era de 100 millones, aunque abierto a subidas.

Pago pese al bloqueo del PAI
EU hizo hincapié en que los terrenos donde iba el centro están bloqueados por la paralización del PAI Mestrets por el TSJCV. Un fallo, pendiente del Supremo, dictado en noviembre de 2008, lo que no impidió al Consell transferir después hasta 1,7 millones (de los 2,7) por un proyecto que se devolvió. El contrato también preveía que el abono de honorarios, sin IVA, se haría en Zurich para «eludir el pago de impuestos», censuró Albiol.

Según el documento, por el Master Plan, Anteproyecto y Proyecto Básico, Calatrava cobraba un millón de euros a la firma del contrato (cheque del 17 de enero de 2008) ; 350.000 euros (cheque del 3 de enero de 2009) a la entrega del anteproyecto; y 1.350.000 euros a la remisión del proyecto básico. En los dos últimos casos el abono era «tras la revisión y aceptación» de los documentos por la SPTCV. El Consell podía no haberle hecho el último pago acogiéndose a esta cláusula. Pero no lo hizo. Para EU, esto «puede ser un uso indebido de fondos públicos».

El burofax señala que el abono no implica que la SPTCV acepte que Calatrava haya cumplido las condiciones o que se asume el trabajo; es más, asevera que el arquitecto «no ha cumplido hasta la fecha las obligaciones contractualmente establecidas con relación al proyecto básico». E incluso recalca que verbalmente y por escrito se le dijo que el proyecto no respetaba lo pactado. Acto seguido, precisa que el pago «únicamente responde a la voluntad de entendimiento que la SPTCV siempre ha mantenido con el señor Calatrava».

EU cree que puede ser otro «Palma Arena»
EU consideró que el caso del Centro de Convenciones y otros por los que Calatrava cobró pese a que no se han ejecutado «son bastante parecidos al de la Ópera de Palma, donde están imputados Matas y Calatrava», advirtió Blanco. En el caso Palma Arena, el arquitecto cobró 1,2 millones por el anteproyecto (la maqueta) del Palacio de la Ópera que no llegó a ejecutarse y que se le dio sin concurso. Blanco dijo que, de los papeles, se desprenden «presuntas responsabilidades administrativas» y quizá penales porque los responsables del Consell «desoyeron» los criterios técnicos. «Estamos ante el saqueo del presupuesto por Calatrava, con la complicidad de los gobernantes del PP».

Cláusulas leoninas en las que el arquitecto siempre gana

El documento cumple «a la perfección la ley del embudo», denunció EU. Estas son algunas de las ventajas que lograba Calatrava:

Un millón al firmar
Al margen de unos honorarios del 12,5% del coste del proyecto, el cobro era excepcional: Un millón a la firma del contrato; 350.000 euros a la entrega del anteproyecto; y 1.350.000 euros al enviar el proyecto básico.

Cobraba a los 30 días
Los pagos debían concretarse en un plazo de 30 días desde la presentación de la factura. En cuanto al proyecto de ejecución, percibía el 75% a su entrega; el 20%, con el acto formal de recepción; y el 5%, a la contratación de la obra. Respecto a la dirección de la obra, cobraba en un plazo de 30 días desde la presentación de la factura.

No se le pidieron garantías
No se le exigió ninguna garantía cuando, apuntó EU, la ley prevé que se pida el 4%.

Pagos en un paraíso fiscal
El domicilio a efectos de pagos era el de la empresa de Calatrava en Zurich, lo que llevó a EU a censurar que el Consell «pague en paraísos fiscales». Las cantidades son limpias, sin IVA o cualquier otro impuesto.

Silencio positivo para Calatrava
El silencio administrativo siempre favorece al arquitecto en las diferentes fases, como tras la entrega del Master Plan o el anteproyecto y proyecto básico. La falta de respuesta de la SPTCV autorizaba al arquitecto a seguir con los trabajos.

Si hay sobrecostes, más caja
El contrato prevé unos honorarios pero estos «se actualizarán en función del coste real de la obra». El proyecto básico ya había disparado el coste de 60 a 100 millones.

Viajes, dietas, visados
Por cuenta de la SPTCV corrían también los viajes, dietas, desplazamientos necesarios para realizar el contrato, previa aceptación de la firma, así como los visados de los organismos incluyendo tasas, impuestos o IVA posibles «actuales y futuros».

Hasta la maquetas
El arquitecto debía facilitar 7 copias del proyecto pero el Consell pagaba maquetas y planos enmarcados, que puede utilizar 6 años, prorrogables por acuerdo.


* Levante - 16.03.11
Foto: Castelló, arquitecto Calatrava y Camps (archivo) - google

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La Eurocámara muestra su preocupación por la construcción de la 'Ciudad del Medio Ambiente'

ELPAÍS/Soria* : La Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo ha manifestado esta mañana su "preocupación" por el proyecto de construcción de la Ciudad del Medio Ambiente (CDM) en el entorno de Soria y su posible impacto sobre el valor histórico de las ruinas de Numancia. El proyecto, impulsado por la Junta de Castilla León en 2004 prevé construir para 2012 un conjunto de edificaciones destinadas a viviendas, empresas e instituciones de I+D, y a actividades culturales y deportivas, a unos 10 kilómetros de la ciudad de Soria. El área donde está prevista su ubicación ha sido calificada por la Unión Europea como Lugar de Interés Comunitario y estará rodeado por tres ecosistemas naturales, las riberas del Duero, el Monte de Valonsadero y el soto de Garray. Desde que se aprobó el proyecto, la CMA recibió críticas de los grupos políticos de la oposición y de diversas asocicaciones y movimientos ecologistas.

Algunos de ellos son los que hoy han pedido a la Comisión de Peticiones de la Eurocámara que se paralice el proyecto. El presidente en funciones, el eurodiputado de Izquierda Unida Willy Meyer, ha confirmado que mantendrán abierta la petición y que enviarán sendas cartas a la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, a la consejera de Medio Ambiente de Castilla y León, María Jesús Ruiz, y al ayuntamiento de Garray (Soria), para trasladarles su "preocupación por este proyecto" que "puede poner en peligro el patrimonio cultural" de soria. "Numancia es un símbolo del patrimonio cultural europeo", ha insistido.

Una de las peticionarias, María Jesús Pérex representante del Departamento de Historia de la UNED, Tras insistir en que el proyecto urbanístico de la CDM provocará "la degradación irreversible" del entorno cultural y patrimonial de Soria y Numancia, ha ofrecido ejemplos de algunos efectos negativos que ya pueden observarse en la zona como la tala indiscriminada de árboles. En el mismo sentido se han manifestado Amalio de Marichalar, a cuya familia se le intentó expropiar terrenos para construir el polígono Soria II, y la eurodiputada socialista María Irigoyen. La parlamentaria danesa, Margrete Auken (Verdes/ALE) se ha pronunciado a favor de proteger "los valores comunes" de Europa.

Sin emabargo, la funcionaria de Medio Ambiente de la Comisión Europea, Amalia González de Paz, ha explicado que el Ejecutivo comunitario no continuará ninguna investigación sobre la compatibilidad de los proyectos urbanísticos previstos en la zona hasta que los tribunales españoles emitan su sentencia final.


* El País - 16.03.11
Foto: Soria, vista Numancia - elmundo.es

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Condenados el exalcalde de La Línea y un exedil por prevaricación en el 'caso Roseworld'

ELPAÍS/Cádiz* : El juzgado de Algeciras ha condenado por prevaricación al exalcalde de La Línea, Juan Carlos Juárez, que fue miembro del GIL y del PP, y a Carlos Ruiz Calama a siete años y medio de inhabilitación especial para empleo o cargo público. Las penas responden al juicio por el caso Roseworld, abierto por la venta de suelo municipal.Además, el representante de la empresa Roseworld Anil Thakurdas Hathiramani también ha sido inhabilitado durante cuatro años. El fallo también considera a Carlos Ruiz autor "criminalmente responsable" de dos delitos contra la Hacienda Pública, concurriendo en ambos la circunstancia atenuante de reparación del daño, por lo que lo condena a un año de prisión, inhabilitación especial y dos multas de 467.650,93 y 215.369 euros cada una de ellas, que suman un importe de 683.019,93 euros.

Por el caso Roseworld fueron acusados 12 personas, la mayoría de las cuales han quedado absueltas. El juicio responde a la denuncia interpuesta por José Carrión, ex policía local, por la venta de cuatro parcelas municipales a Roseworld en 2005. A esta denuncia se sumó más tarde el concejal del PSOE en La Línea Miguel Tornay.

El Ministerio Fiscal solicitó para el exregidor penas de cuatro años de prisión, ocho años y seis meses de inhabilitación especial para cargo público y multa de 500.000 euros por prevaricación y cohecho.

Juárez rechazó que hubiera participado en una posible alteración de los precios en la venta e "irregularidades" al desestimar la oferta de la empresa Promaga, que también se presentó al concurso para la adjudicación de las parcelas.


* El País - 16.03.11
Foto: El ex alcalde de La Línea Juan Carlos Juárez declara en la Audiencia de Algeciras - elpais

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“Todavía no son conscientes de la situación que atraviesa España”

COTIZALIA* : “Siguen subidos a la parra. Me da la sensación de que todavía no son conscientes de la situación por la que está atravesando España”. Con estas palabras definía uno de los visitantes sus primeras impresiones sobre la oferta inmobiliaria de la última edición del Salón Inmobiliario de Madrid (SIMA) Primavera. “Mi mujer y yo llevamos ya un año y medio buscando piso y todavía no hemos encontrado nada que encaje con nuestras necesidades. Tenemos muy clara la zona y el tipo de piso que queremos. Con dos niños, tiene que tener por lo menos tres dormitorios. Sin embargo, los precios siguen sin encajar en nuestro presupuesto”, comentaba a Cotizalia.com otro de los asistentes a la feria. Esta pareja, madrileña se lamenta también de las dificultades a la hora de financiar una posible compra. “Hemos preguntado en diferentes entidades y la principal conclusión a la que hemos llegado es que para comprarnos un piso de segunda mano necesitaríamos tener ahorrado el 20% del precio de venta además de un 10% adicional para pagar los gastos derivados de la operación. Si el piso es nuevo, todavía peor, hasta un 70%.

"Así que con estas cifras y con los precios que hemos visto por ahora, creo que todavía no podemos permitirnos comprar, a pesar de las múltiples ofertas y regalos que ofrecen por aquí".

Tampoco se muestra demasiado optimista un matrimonio que ha acudido a la feria en busca de un piso que encaje en las necesidades de su hija y la pareja de ésta. “Yo tengo los pies en el suelo y me cuesta cree que alguien que haya comprado a tres vaya a vender a uno. Además, está en problema de la financiación. En el pasado se han dado préstamos con demasiada alegría, pero esto ya ha cambiado”.

“Lo bueno de la feria es que en un espacio reducido tienes acceso a gran cantidad de oferta. Ahorras mucho más tiempo que si buscas piso a través de anuncios particulares o si vas a través de una agencia inmobiliaria”, comenta otro de los visitantes.

¿Ha tocado suelo? Los expertos dicen que no

Los precios de la vivienda han caído casi un 20% desde el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Este descenso, según muchos expertos -bancos de inversión, agencias de calificación- no ha tocado todavía suelo.

Morgan Stanley y Fitch, por ejemplo, hablan de caídas adicionales entre el 10% y el 15% durante los próximos doce meses mientras The Economist apuntaba hace quince días que la vivienda en España sigue sobrevalorada en un 40%.

Para la OCU, por su parte, "el precio de la vivienda no ha bajado lo suficiente como para encontrarse con la demanda y no lo hará hasta que las entidades financieras no adapten la valoración de su patrimonio inmobiliario a la realidad actual. Muchos vendedores particulares se guían por la tónica marcada por los bancos y no rebajan los precios. Ello provoca que muchos consumidores se abstengan de comprar, alargando innecesariamente la paralización que sufre el sector de la construcción".

Precisamente, la asociación de consumidores apuntaba recientemente hacia varias razones que desaconsejan comprar piso en la conyuntura actual.



* Cotizalia - 14.03.11
Foto: Viviendas descuento SIMA Mar2011- cotizalia

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Quince años de pelotazos y caos urbanístico en el País Valenciano

ENRIC LLOPIS* : Los quince últimos años han consolidado en el País Valenciano un modelo urbanístico depredador de recursos y fuente de jugosas plusvalías para élites políticas y vinculadas al ladrillo. Antonio Montiel dedica una parte de “El modelo inmobiliario español y su culminación en el caso valenciano” (Icaria 2011) a explicar el fenómeno y desmontar los entramados jurídicos, políticos y empresariales que subyacen a la “cultura del pelotazo” valenciana. Tal vez sea Enrique Bañuelos, fundador de la empresa Astroc en 1992, uno de los mejores ejemplos del agio ligado a la construcción con origen en el País Valenciano. Este hombre “de éxito”, dedicado a la “gestión del suelo” y a la especulación cortoplacista, consiguió que el valor de las acciones de Astroc se multiplicara por 12, sin razón aparente, en apenas un año. A principios de 2007 la revista Forbes sitúo a este advenedizo en el número 95 dentro de los personajes más ricos del mundo. Hasta que en abril de 2007 pinchó la burbuja y se desplomaron las acciones de la empresa. O el grupo Inmobiliario Llanera, que suspendió pagos en 2007 tras embarcarse –con el Instituto Valenciano de la Vivienda (IVVSA) de la Generalitat- en el proyecto Nou Mil.leni: reclasificación de 1,7 millones de metros cuadrados de suelo agrícola a “urbanizable” para la construcción en Catarroja (a 10 kilómetros de Valencia) de 12.000 viviendas y un centro comercial. Pero no sólo esto. Llanera patrocinaba equipos de fútbol de la Premier League, orquestas sinfónicas y “gestionaba” en 2007 hasta 40 millones de metros cuadrados de suelo en todo el estado español.

En el libro publicado junto a José Manuel Naredo, Antonio Montiel insiste en la relevancia del contexto legislativo y, en concreto, de una ley trascendental para la comprensión del caso valenciano: la Ley Reguladora de la Actividad Urbanística (LRAU), aprobada en 1994. La filosofía que justificaba este nuevo texto legal consistía en achacar, de manera falaz, el elevado precio de la vivienda a la escasez de suelo. La aparente solución era, por tanto, generar un mayor volumen de suelo urbanizable.

En la práctica esto se tradujo en la aprobación masiva de proyectos que reclasificaban suelo (de “rustico” a “urbanizable”), sin que los Planes Generales constituyeran ya un criterio superior que pusieran orden y concierto en el modelo territorial. Las previsiones del documento de planeamiento “eran susceptibles de alteración recurriendo al sencillo expediente de aprobación de un Programa, Plan Parcial, Especial o de Reforma Interior”, afirma Montiel.

Grandes bolsas de suelo agrícola pasaron entonces a considerarse susceptibles de urbanización. Entre 2003 y 2006 se reclasificaron 75 millones de m2 de suelo no urbanizable y, en la Conselleria de Territorio, había propuestas para la reclasificación de otros 194,5 millones de m2 (tanto dentro de los planes generales como al margen de los mismos).

Pero no sólo influyó en la vorágine urbanizadora el cambio del marco legal. El descenso de los tipos de interés, la menor rentabilidad de las bolsas y la acumulación de capitales para blanquear ante la llegada del euro convirtieron al negocio inmobiliario en un pingüe reclamo. Particulares o empresas adquirieron con frecuencia derechos de propiedad o simples opciones de compra, a precio de suelo rústico, para después lograr la reclasificación de terrenos y revender sus derechos. Así se fraguaba el “pelotazo” urbanístico sin mover un palmo de suelo.

El modelo valenciano resultaba propicio para el florecimiento de una nueva clase empresarial especializada en el negocio fácil. Un ejemplo, entre otros muchos, Cuartell SL, empresa urbanizadora que, con 3.200 euros de capital social y un solo empleado (según los datos del Registro Mercantil), presentó en el Ayuntamiento de Sagunto una proyecto para construir 30.000 viviendas, un campo de golf y una marina sobre 11,5 millones de m2 de suelo no urbanizable. Finalmente no cuajó la iniciativa.

La acumulación de ingentes patrimonios de suelo en manos de unos pocos no conocía precedentes. Datos del Ministerio de la Vivienda de diciembre de 2007 (en vísperas del estallido de la “burbuja inmobiliaria”) alertaban de que sólo en la provincia de Valencia, diez sociedades acaparaban 609 hectáreas de suelo con expectativas de edificación. El área inmobiliaria de la caja de ahorros Bancaixa gestionaba 56 millones de m2 de suelo. Se sentaban las bases, así, para darle la vuelta al tradicional modelo minifundista del País Valenciano.

Los controles públicos brillaban por su ausencia en medio de la hegemonía neoliberal y el festín desregulatorio. Los ayuntamientos, acuciados por una crónica escasez de recursos, se entregaban a la fiebre del ladrillo. La financiación irregular de los partidos asomaba en el trasfondo de algunos megaproyectos. Tampoco los municipios ejercían de manera contundente las competencias en disciplina urbanística (El País Valenciano contaba en 2006, según informaciones periodísticas, con 92.000 viviendas ilegales). Y el ladrillo figuraba en la trastienda de muchas de las mociones de censura (con o sin tránsfugas) en los consistorios.

Más grave aún, si cabe, que la inhibición municipal fue la dejación de funciones de la Generalitat Valenciana (en manos del PP desde 1995). A los gobiernos de Zaplana, primero, y Camps, después, les correspondía la máxima autoridad en materia de Urbanismo y la Ordenación del Territorio. Antonio Montiel insiste en que “una posición ideológica ultraliberal, contraria a la intervención pública en la ordenación del territorio, ha caracterizado al gobierno valenciano desde 1995”.

Y todo ello, sin que puedan apreciarse las supuestas bondades con las que se vendió el modelo. A pesar de que la LRAU sacó al mercado 30 millones de m2 de suelo (según la asociación de promotores inmobiliarios de la Comunidad Valenciana), el precio por m2 de la vivienda libre, entre 1997 y 2007, superó ampliamente la media nacional. Ni mucho menos se le dio un impulso a la vivienda social: se pasó de las 15.224 viviendas protegidas calificadas en 1997, a 8.040 en 2005. Si acaso, la escasez de VPO sirvió a los lobbies del sector para pedir más reclasificaciones de suelo. Tampoco se fomentó el alquiler.

Puestos a citar víctimas del ladrillo, la vorágine urbanizadora se cebó particularmente con el medio ambiente y, sobre todo, con una franja litoral cada vez más colmatada. El LLibre Verd del Territori Valencià apunta que en 2004 cada km2 del País Valenciano soportó 288 toneladas de cemento, cinco veces por encima de la media europea y tres de la media española. Entre 2000 y 2006, la demanda de energía primaria crecía 9 puntos más que la población. Y la demanda humana de agua por unidad de superficie doblaba el promedio estatal.

Los ecos del desmadre llegaron a Europa. Uno de los hitos de la eterna querella ente la UE y el ejecutivo de Camps lo constituye el “Informe Auken”. Aprobado en marzo de 2009, el informe critica duramente y pide un cambio en la política urbanística de los gobiernos valenciano y estatal, sobre todo por la desmedida ocupación de suelo y las afecciones sobre la ordenación del territorio. Las objeciones de Europa se centraban en los efectos perversos de la LRAU y en la norma que la sustituyó en 2005, la Ley Urbanística Valenciana (LUV).

Ahora bien, si el paradigma desarrollista cuajó no sólo fue por la connivencia de las élites del ladrillo y los poderes municipales y autonómicos. El valenciano de a pie, aunque sin el mismo grado de responsabilidad, también se sumó al carro especulativo. Explica Antonio Montiel que este modelo “expansivo y depredador ha calado más rápida y profundamente de lo que podría esperarse entre una buena parte de la sociedad. Deslumbrados, algunos, por esta fantasía floridiana y espoleados, otros, por la inminencia de insospechados beneficios, mucha gente acabó por asumir el modelo”.

Pasado el tiempo, y con la resaca de la crisis, la mejor postal del estos quince años de urbanismo desbocado son los proyectos con sus cifras, muchos de ellos ahora parados por la falta de financiación y la escasa demanda inmobiliaria. El Manhattan de Cullera (33 torres de 25 alturas, dos de 40 y un puerto deportivo), el Plan Rabassa de Alicante (una macrourbanización con 13.500 viviendas) o Marina d’Or Golf (un parque temático con varios campos de golf, siete hoteles y 37.000 viviendas) han marcado una época.

* Rebelión - Opinión - 15.03.11

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