El destierro de la honestidad en la vida pública

INFORMACIÓN* : Esta palabra debe haber desaparecido definitivamente de la escena política de la provincia de Alicante y de España en general. No hay pueblo ni ciudad donde la hipocresía y la mentira no se han apoderado de la vida pública. La honestidad en todo caso queda relegada a la estricta vida privada. Desde el siglo XIX no ha cambiado mucho en España. Los caciques siguen haciendo y deshaciendo a su antojo, unos se dicen de izquierdas y los otros de derechas. Básicamente nos gobiernan los mismos, pero de forma distinta. Ahora utilizan los llamados medios de comunicación, las campañas de publicidad o de imagen, la palabrería hueca y las apariciones públicas estelares. Sin embargo el debate honesto, interesado por conseguir el bien común, simplemente no existe. Los unos y los otros se insultan, se demandan judicialmente, hablan del pasado más o menos remoto. Pero argumentos, los que se utilizan en un debate honesto, esos no existen.

En Benidorm gobierna a su antojo el clan de los Pajines, que hasta tiene una delegada en Madrid, de la que se acuerdan en Valladolid. En Alicante la alcaldesa se va de viaje en yate gracias al cacique local y lo cuenta como si nada, le pide también empleo para sus amigos y se enorgullece de ello, contrata al despacho de abogados de su hermano y de un amigo del anterior alcalde y nombra delegado de urbanismo al sobrino del arquitecto jefe redactor del PGOU de Alicante, para que quede todo en casa. El anterior portavoz del PSOE en Alicante llama igualmente al cacique de Alicante para enchufar a sus amigos. El ahora portavoz del PSOE en las cortes regionales trabajó como abogado para el cacique de Alicante cuando dejó la alcaldía. El presidente de la diputación se comporta como otro cacique, amañando según la Policía Nacional concursos públicos y no pagando las consumiciones de su nutrido séquito, esposa discreta incluida, en sus saliditas nocturnas por Alicante, que lo he visto yo. En Orihuela la alcaldesa quiere ganar dinero hasta con la basura según el fiscal. En Polop un concejal directamente asesina al alcalde para seguir con sus negocios urbanísticos según la Guardia Civil. Paro aquí para no aburrir más.
Lo más extraño de todo es que, mientras los políticos establecidos siguen con sus negocios particulares a costa del erario público y con el descaro que les caracteriza, los ciudadanos no reaccionan. Siguen indolentes su vida diaria, ocupados con sus problemas causados precisamente por los políticos incompetentes, pero nada más. En las siguientes elecciones parece que votarán otra vez a unos y a otros, o más bien en contra de unos y en contra de otros, para luego volver a su triste existencia, apartados del banquete de los caciques y políticos corruptos que se lo están pasando bomba.
¿Cuándo dirá BASTA YA la ciudadanía? ¿Cuántos casos de corrupción pública son necesarios para que los caciques y políticos corruptos sean expulsados de la vida pública? ¿Cuándo volverá la honestidad a la vida pública? Es hora de parar este círculo vicioso de "hoy voto al PSOE, mañana al PP y viceversa". Ha quedado acreditado que con esta clase política no progresaremos ni mejoraremos nunca. Llevamos más de doscientos años con la misma clase política corrupta. Hacerlo peor que éstos charlatanes es imposible. Es absolutamente necesaria una regeneración radical de la vida pública. Hace falta gente nueva, sin ataduras con los caciques, una alternativa. Ciudadanos que no viven de la política, sino para la política, y que después de un tiempo en la vida pública vuelven a sus casas. Ciudadanos políticos que no tengan que enchufar a nadie y que desprecien el enchufismo. Ciudadanos políticos que prefieran pasar las vacaciones en la terraza de su casa que en el yate del cacique. Ciudadanos políticos que vayan a pie por las calles de su ciudad y no en el coche pagado por el cacique. Ciudadanos políticos que paguen sus consumiciones en los bares de Alicante y no se vayan sin pagar como si fuera lo más normal del mundo. Ciudadanos políticos que por pudor no contraten con dinero público a nadie de su familia, ni de sus amigos, ni de la familia de sus amigos. Ciudadanos políticos que en vez de encargar campañas de imagen para promoverse a si mismo dediquen sus esfuerzos en trabajar honestamente. Ciudadanos políticos que cuando han cometido algún error o parezca que han cometido alguno no tengan ninguna duda sobre lo que tienen que hacer, a saber dimitir simplemente y volver a su casa dejando paso a otros ciudadanos políticos. El día en que Alicante y España desalojen a los charlatanes corruptos de las instituciones públicas podrá afirmarse sin margen de equivocación que los alicantinos y los españoles han alcanzado la mayoría de edad y han actuado como adultos. Ojalá llegue pronto este día, depende de nosotros.



* Información - Opinión - 2.11.10


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