Chile.- Crónicas marcianas se apoderan de Santiago

LANACIÓN* : ¡Los editores tienen cada idea! Esta semana fue el turno de la ciencia ficción. Me pidieron asistir a un evento sacado de las “Crónicas marcianas” de Bradbury, claro que en versión chilensis. Edición de lujo, presentación en colores, full asistencia, nada menos que en el Hotel Hyatt. Obligada a partir de madrugada para encontrar asiento. ¿Querían que me proyectara al Santiago futurista, situado en el año 2041, para sus 500 años, y que averiguara lo que espera a los santiaguinos que habitarán la megaurbe del mañana? OK.

Pero cómoda, con acceso inmediato a los especialistas. Tuve que ir a estacionar tres kilómetros más allá, pero no pude beneficiarme del tranvía, cuya implementación desvela al alcalde de Las Condes. Ojalá esté para el 2041.

No les digo el taco que había alrededor del hotel. Si lo hubiesen organizado como escenografía anticipatoria y apocalíptica, no les hubiese salido más ad hoc.

Por culpa del embotellamiento llegué atrasada al encuentro, pero mucho más sensible a los dramas urbanos, y me enteré con estupor de que los autos ya ocupan más espacio que las personas en Santiago.

Y la población no para de crecer, al punto que dentro de 30 años Santiago tendrá que alojar, alimentar y transportar a más de 10 millones de habitantes por día. Oh, my God!

¿Cómo lo resolverán las autoridades? Método Serviu: cantidades industriales de casas chubi -desde Peñalolén a Tiltil, desde el compadre hasta el perro- departamentos chubi, villas chubi, oficinas y malls chubi, y muchos pero muchísimos autos chubi.

El desafío será la organización del tránsito. ¿Vías segregadas por color? Por suerte no estaré para verlo. ¿O figuraré en un ánfora chubi…? Voy a pedir que me tiren al Mapocho navegable…

El foro “Santiago 2041” fue una junta privilegiada de cerebros preocupados de la sustentabilidad y la innovación.

Reunió a una elite de expertos en arquitectura, medio ambiente, urbanismo, transporte, mucho militante Tantauco y harto empresario con ideas verdes para ganar de los verdes.

Más atrasado que yo, llegó el intendente metropolitano, Fernando Echeverría, que acaba de llegar de Sudáfrica con expertise en estadios chubi. Quién como él.

Antes de cumplir 100 días en la pega, se fue de vacaciones al Mundial, y su jefe le dio permiso. Y uno que tiene que tener un año de antigüedad para poder arrancarse a Patronato a la hora de almuerzo. Eso se llama reivindicar la dignidad del funcionario público. ¡Yo quiero una pega así!

Una encantadora anfitriona alemana con ene acento hizo las presentaciones de rigor y comenzó el despliegue futurológico.

Es que Alemania la lleva en la planificación del largo plazo. Tremendo desafío para Chilito con lo buenos que somos para improvisar.

Obligada a pensar en el 2041. ¿Seguirán los honorables discutiendo el royalty para entonces? ¿Se habrá vendido Chilevisión? Nos aproximaremos por fin a la última etapa del Costanera Center, del caso MOP-GATE y de Los Huasos Quincheros? Misterio.

Los expertos que escuché en el Hyatt no se aventuraron a dilucidar esas cuestiones. Es que, a poco iniciar el seminario, se quedaron entrampados en el Transantiago. (¡Era que no!) Pablo Allard nos mostró una postal del caótico tráfico de Nigeria con el siguiente comentario: “Este es el Transantiago de Lagos”. Carcajadas. Se refería a la ciudad llamada “Lagos”, por cierto. ¿O usted pensó otra cosa? Una terrible majamama de busecitos amarillos en medio de una horda humana. Atroz.

Pese a todos nuestros temores transantiaguinos, Allard nos contó que no será el tráfico nuestro mayor problema en el 2041, sino la falta de agua para consumo humano. ¡Glup! Los que dejaron de comprar Coca-Cola que empiecen a juntar botellas, pensé. Grave la escasez del vital elemento.

Este escenario desértico refuerza mi decisión de ser cremada: antes que me pongan en un ánfora chubi que bajo un metro cuadrado de césped en un cementerio-parque.

¿Se imaginan la cuenta por concepto de riego? A mi tía Edelmira, que aún no se muere, ya le cobran el mantenimiento del minúsculo jardín que cubre su módico sepulcro.

El otro día se quejaba amargamente por eso. Trató de vender su propiedad en el Parque del Recuerdo y la administración no la dejó. Y pensar que compró su tumbita en cómodas cuotas para evitarse problemas… Definitivamente, las ánforas chubi son el negocio que viene.

Es que los expertos dicen que el consumo de agua en el mundo creció, de 1900 a la fecha, el doble que la población humana.

Más civilización, más aseo, más agua. Advierten que en la zona central de Chilito, con calentamiento global y escasez de lluvia incluida, va a escasear el imprescindible líquido.

Por suerte, el intendente salió al paso de mis aprensiones respecto de las futuras generaciones de santiaguinos: persistirá en el empeño de “convertir al río Mapocho, como la ha planteado nuestro Presidente Sebastián Piñera, en un espacio de encuentro social y de vida al aire libre”.

Genial. Me lo imaginé como un aquapark chubi, con hartas regaderas y playas al estilo Lavín. Gratis, o subvencionado, con tarjeta de Fonasa y garantía AUGE. Viva la modernidad.

Cuando Allard contó que en Nairobi hay campamentos con millones de indigentes y un WC por cada mil habitantes, me di cuenta de que vivir en Chilito es todo un privilegio.

El acceso democrático al WC es una conquista social como pocas, pensé.

Mientras reflexionaba sobre el uso sustentable de los WC, oí al intendente asegurar que dentro de tres décadas todo se reciclará y de ahí se sacará energía.

¿Todo, todo? Absolutamente todo, dijo. ¡My Lord! Con esta tendencia, tendrán que construir sucursales de La Farfana en cada esquina, al lado de cada mall, junto a los tribunales, y una bien grande al lado del Ministerio de Relaciones Exteriores.

¿Cómo financiarán semejante operación los ciudadanos del mañana? El ingreso per cápita será de un millón 300 mil pesos, dijeron los expertos.

Es de esperar que la distribución del ingreso sea un poquito más racional y que las nuevas generaciones no se farreen el sueldo de Chilito en comida chatarra. Porque las proyecciones alimentarias son aterradoras: ocho de cada 10 chilenos serán obesos en 2014.

Según estimaciones del urbanista Marcial Echeñique, el desafío será la calidad de vida. A mí, me preocupa la calidad post mortem.





* La Nación - Mariela Vallejos - 4.07.10
Foto: Encrucijada.- Entre los expertos, el ministro de Obras Públicas, Hernán de Solminihac, abrió el encuentro más concurrido del Hyatt, a pesar del tráfico.- Isabel Ávalos, lanacion.cl

1 comentarios :

Bradbury dijo...

Igualito, igualito que en España. Las reuniones de sesudos expertos lo único que demuestran es la falta de seso (no de sexo), aderezadas de comilonas, comisiones y grandes festejos, todo pagado por el ciudadano de a pie, nunca mejor dicho, porque las ciudades cada día son más invivibles por culpa de la contaminación, el tráfico, la falta de servicios comunitarios, los políticos de turno... y los sesudos expertos.