Marbella: La estética por la ética

MiguelFERRARY* : "Está claro. Se ha perdido el estilo. Los corruptos de ahora malgastan sus esfuerzos en amasar grandes fortunas de dinero que luego no saben ni gastar. El mal gusto se ha convertido en otra de las consecuencias de la corrupción urbanística.
Leer el sumario del `caso Malaya´ cada vez se parece más al guión de una película de Bigas Luna, con esos personajes ambiciosos, a la vez que zafios, simples y superficiales. Es la hegemonía del `gambón´ y de los trajes con dibujo de leopardo. De las cadenas de oro en ellos y del tinte rubio en ellas. Ya no se compran los favores sólo con maletines en un lugar discreto y oscuro. Se hace bajo la luz de un quirófano para sellar los labios con silicona o estirar la moral para quitar las arrugas.

Pero es que, además, durante muchos años los ahora acusados se plantaron como ejemplo a seguir. El camino para cualquiera que quisiera tener éxito y derrochar a manos llenas el mal gusto y que han hecho de la careta una forma de vida. Operaciones a cambio de recalificaciones. Por el pecho, se aumenta altura. Por unos labios, se concede licencia de obra. Por estirar la piel, se recalifica un terreno. Por una liposucción, la venta de un terreno por debajo de su valor. Precios asequibles para promotores sin escrúpulos. Intervenciones de estética como las que se hacían en Marbella para que el brillante decorado del lujo deslumbrara a todos los ojos y no permitieran ver las oscuras operaciones que se gestaban en su interior.

Hay una frase que repiten de forma frecuente los políticos, diciendo que algo puede ser legal, pero "no es estético". En Marbella se da una paradoja. Todo ha sido muy estético, pero poco legal. La losa que ha dejado sobre la ciudad parece bastante pesada y difícil de quitar en los próximos años.
El sumario del caso seguirá revelando detalles de la corrupción institucionalizada de Marbella, pero también carnaza para programas del corazón que promocionan lo que denuncian y enaltecen al que se rebaja.



*La Opinión de Malaga - 16 FEBRERO 2007


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