«En la Región de Murcia hay cierta tolerancia hacia la corrupción»

LAVERDAD/Entrevista* : Manuel Villoria es catedrático de Ciencia Política de la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid y uno de los expertos más reputados de España sobre corrupción política. Varios libros y estudios sobre este asunto llevan su firma. Miembro del comité de dirección español de la organización no gubernamental Transparencia Internacional, el pasado viernes ofreció una conferencia en Murcia en el acto de presentación del Pacto por la Transparencia y el Bueno Gobierno promovido por un grupo de ciudadanos para la Región de Murcia. En esta entrevista habla sobre las causas de la corrupción y algunos de los casos más sonados, de la desafección creciente entre ciudadanos y políticos y de las posibles soluciones.
- ¿Hay riesgo de una 'berlusconización' de la política española?
- El concepto de 'berlusconización' es poco científico, pero se refiere a una sociedad con muy poca confianza en la clase política y las instituciones y con bastante desconfianza entre la gente, donde se piensa que todos los políticos son iguales y que todo da igual con tal de que den respuesta a las necesidades inmediatas. En una sociedad así, si controlas bien los medios de comunicación, si consigues más o menos controlar la judicatura y si tienes un Parlamento que te aprueba las leyes que tú quieres, al final la gente no sabe bien lo que vota, no se entera de nada y se produce un deterioro de la democracia terrible.

- Pero en España no estamos tan mal.
- No, pero existe ese riesgo, sobre todo cuando ves que puede haber un político corrupto al cual le van a votar. Cuando le preguntas a la gente por qué le vota, la respuesta es muy berlusconiana: 'todos son iguales, qué más da, si éste nos da algo...' Todo esto genera un grave deterioro.
- Hay ejemplos de candidatos implicados en supuestos casos de corrupción que se presentan a las elecciones y ganan. No parece una cuestión que los ciudadanos penalicen. ¿Por qué?
- En general, la corrupción en muchísimos países, no sólo aquí, no se penalizada mucho cuando se dan determinadas condiciones, sobre todo cuando hay una idea de que toda la clase política es semejante. Otro elemento es que la gente, a la hora de configurar su voto, cuenta con muchas variables, no solo la deshonestidad, como son las propuestas educativas, sanitarias o, como puede ocurrir aquí, la propuesta del agua. Hay muchos factores por los que se decide el voto y la corrupción es uno más. También influye si hay alternativas creíbles o no. Si no las hay, no hay salida.
- ¿Hay alguna fórmula rápida e infalible de que el urbanismo deje de ser el principal foco de corrupción política?
- Ahora hay una: la crisis económica, que ha bajado enormemente las posibilidades de corrupción en este ámbito. Es importante reducir el monopolio en la toma de decisiones en el ámbito urbanístico, que le da al alcalde un poder inmenso de dar riqueza a unos y no a otros sólo con firmar un convenio urbanístico. También hay que reducir la discrecionalidad, hay que reglarlo más. Hay muchas normas, pero habría que cerrar más las posibilidades. Además está el hecho de que sean los promotores privados los que desarrollan toda la labor, cuando en otros países es el gobierno el que expropia y desarrolla lo que estima adecuado y luego contrata la ejecución. Es un sistema que, cuando había tanto dinero, reunía todas las condiciones: monopolio y discrecionalidad en la toma de decisiones y muy poco control por parte de la Autonomía y el Estado. Era un cóctel explosivo. Por tanto, para acabar con esta situación habría que reducir el monopolio, que las decisiones no sean exclusivas del alcalde; reducir la discrecionalidad dando más trasparencia y participación ciudadana, e introducir un mayor control de los gobiernos autónomos y del nacional.
- ¿Es mucho lo que se ha reducido la corrupción en España desde el comienzo de la crisis económica?
- Sí, los casos de corrupción de urbanística sí. Ahora empiezan a salir otros casos, aunque también son antiguos, sobre contratos de suministros y servicios. En los municipios españoles hay muy poco control, y las posibilidades de que haya habido políticos deshonestos y que no nos hayamos dado cuenta hasta que ha habido una apuesta por la investigación era grande. La Guardia Civil, la Política y la Fiscalía están haciendo una labor excelente.
- ¿Aprecia diferencias entre el PP y el PSOE en la forma de abordar los casos de corrupción en sus filas?
- En mi opinión, el PP no ha abordado muy bien los casos de Fabra y Camps. El problema del PP es que, con todo esto, está haciendo una especie de llamada que dice: 'no os preocupéis que cuando yo gobierne aquí no va a pasar nada'. Espero no les dé por la berlusconización. El PSOE en teoría tiene una postura más rígida, pero en la práctica comete errores imperdonables, como negar la comisión de investigación en el Parlamento de Andalucía por los ERE o apoyar al consejero de Educación en Asturias. El PSOE no acaba de dar respuesta y ser coherente con aquello que promueve. Los resultados para el PSOE no van a ser tan positivos como podrían serlo porque no es capaz de ser coherente con lo que propone.
- En la permisividad de la sociedad hacia la corrupción, ¿qué influye más, el nivel de educación o el nivel de renta?
- La clave es la educación cívica. Le pregunté a un alcalde sueco una vez si nunca tuvo tentaciones de corromperse, y me contestó que no, pero que si las hubiera tenido habría dicho que no. ¿Por qué?, le dije, por honestidad. La verdad, no tanto por eso, me contestó, sino por el horror de que me pillaran, quedaría como un apestado en mi pueblo, en mi familia. Nuestra sociedad esto no lo admite. Aquí, por el contrario, tuvimos un alcalde, creo que era en El Ejido, que cuando salió de la cárcel fue recibido con cohetes.
- En Murcia también hemos visto algún caso parecido.
- Esa es la diferencia. Frente al modelo sueco, que tendría que irse del pueblo y hasta su familia le retiraría el saludo, aquí sabe que va a conservar cierto apoyo social, que la ciudadanía no lo va a condenar.
- Y eso, según usted, se resuelve con educación.
- Con educación cívica. A lo mejor saber más matemáticas no te ayuda en esto, pero si educar en valores cívicos y democráticos a los niños, que sepan los terribles daños que genera la corrupción a un país. Según un estudio del Banco Mundial, el factor más importante para impedir el crecimiento en África es la corrupción. De cada cien dólares de ayuda que se mandan, a muchos países sólo llegan cinco. Y nuestros países no podrán seguir avanzando y generando desarrollo, en el caso de España es algo evidente, si no reducen la corrupción. Un elemento clave para la inversión extranjera es la honestidad y transparencia de los gobiernos.
- Se podría decir que hay un componente cultural en la permisividad de la sociedad española hacia la corrupción. Aquí la picaresca ha dado lugar a un género literario, y el fraude a la Seguridad Social y la economía sumergida es algo común.
- Por supuesto. Esa idea de fondo de que todo el mundo es así, por lo que yo no voy a hacer lo contrario. Esto genera otro problema y es que, dado que yo soy así e intento defraudar lo que puedo, me interesa que los políticos no sean muy honestos ni muy exigentes en el cumplimiento de las normas.
- ¿Son los casos de corrupción la principal razón del distanciamiento entre los ciudadanos y los políticos o hay otros motivos?
- No sólo. En España históricamente ha habido una desconfianza muy fuerte hacia los políticos, la política y las instituciones, y la corrupción lo que ha hace es fortalecer esa desconfianza. Una parte importante de los españoles cree que los políticos son corruptos, creo que es el 82%...
- ¿En España?
- Sí. Según el último Eurobarómetro, el 91% cree que la corrupción es un problema importante en el Gobierno nacional y un 90% piensa que ocurre lo mismo en el gobiernos autónomos y municipales. Hay datos terribles de la imagen que tenemos de nuestros políticos.
- ¿Y aprecia algún indicio de remordimiento o enmienda en los políticos ante esta situación?
- Hay políticos honestos y que están haciendo las cosas bien. Hay ayuntamientos que están haciendo las cosas bien. El problema de fondo es si los partidos se toman el problema de la corrupción y la transparencia en serio. No me he dedicado a fondo a leer los programas electorales, pero he visto por encima que el del PSOE habla de transparencia y dice que ningún político imputado iría en las listas. En el PP no he visto algo parecido, lo cual no indica que a este partido le guste la corrupción. A raíz del caso Gürtel, el PP debe decidir si cuando llegue al Gobierno lo va a tapar o bien afrontará seriamente la renovación ética.
- ¿Qué posición ocupa la Región de Murcia dentro del mapa de la corrupción en España?
- Murcia es una de las regiones donde más casos ha habido y la idea de que en Murcia hay una cierta tolerancia a la corrupción y de que hay muchos casos está ahí. Aquí hay mucho más dinero para la corrupción por el desarrollo urbanístico, ese ha sido un factor clave.
- Los largos mandatos, sostenidos por mayorías absolutas incontestables, ¿tienen consecuencias en la práctica política y en las instituciones?
- Sí. En principio, el poder tiende a corromperse y cuanto mayor sea el poder, más posibilidades de corrupción hay. De ahí la importancia de los controles. Un elemento clave para que un político deje de actuar de forma corrupta es que vea que actuando así pierde el gobierno. Una variable que explica que en un país haya corrupción es que la oposición es muy débil. Cuando la oposición es muy débil y el gobierno muy fuerte, hay más posibilidades de corrupción.
- ¿Sería partidario de limitar la duración de los mandatos por ley?
- Sería bueno limitar los mandatos de las personas, y no sólo en las autonomías, en los ayuntamientos y en el Estado, sino también en los partidos. El problema empieza en el propio partido, donde hay gente que controla zonas de la organización durante años y años, gane o pierda, y se aprovecha de las listas cerradas y bloqueadas. ¿Cuál es la razón para entrar en una lista electoral? Por lealtad política. Es difícil que entre gente de fuera. Tenemos una clase política cada vez más profesionalizada y como no hay límites, hacen lo que pueden por seguir viviendo de esto. Hay algunos que después de veinte años en la política no tienen otra salida.
- ¿Le ve posibilidades de éxito al Pacto por la Transparencia y el Buen Gobierno promovido en la Región de Murcia? A mí me cuesta creer que tenga aceptación no en la sociedad, pero sí en los políticos que deben aplicarlo.
- Ojalá que tenga éxito en la sociedad, porque es importante que la ciudadanía tenga conciencia de que hay otra forma de hacer política y que eso lo tenga en cuenta al decidir su voto. Luego está la labor de insistir, insistir e insistir y no dejarse vencer por la melancolía. En Italia, la sociedad civil está un poco adormecida, pero hay un colectivo que sigue luchando y logra reunir a más de 100.000 personas en la calle.
- ¿Hay algún país en el que se estén aplicando las medidas que propone este pacto?
- Sí. Casi todos los países de Europa son más transparentes que España, que es el único, creo que junto con Luxemburgo, Grecia y Malta, que no tiene una ley de acceso a la información. Los escandinavos son sorprendentes en materia de transparencia: del primer ministro se sabe lo que hace desde que se levanta hasta que se acuesta. En Estados Unidos todo el mundo conoce la agenda de Obama, aunque no con antelación para evitar atentados. En otros países se conocen los 'lobbies' que existen y con quien se reúnen. Aquí en España no están regulados los 'lobbies' ni la transparencia de las agendas de los gobernantes.
- Si tuviera que elegir una medida solo, ¿cuál sería la más importante y urgente a aplicar para que los políticos e instituciones recuperen parte del crédito perdido?
- Recuperaría algo de crédito con una ley de acceso a la información. Hay otras medidas que tienen más impacto, pero que tanto efecto, como publicar las declaraciones de la renta en Internet. A saber lo que declara cada uno a Hacienda... Sería importante crear una agencia de anticorrupción que se encargara de promover estas políticas y tuviera independencia para investigar todas esas declaraciones de bienes, que están reguladas para la galería porque se meten en un cajón y nadie las investiga.


* La Verdad - 3.04.11


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