El retiro español de los Gadafi

LAVERDAD/Málaga* : Entre tantas familias árabes de postín con sus interminables séquitos, coches deslumbrantes con lunas tintadas y guardaespaldas como armarios que toman la Costa del Sol en verano, a Saif al Islam Gadafi le resultaba sencillo pasar inadvertido año tras año. A más de 1.700 kilómetros de su Trípoli natal, casi nadie sabía que bajo esa aparente fachada de serio y rudo hombre de negocios de 38 años se escondía el «sucesor natural» del dictador libio. El arquitecto e ingeniero tenía en los alrededores de Estepona un refugio para olvidarse de los tejemanejes de su padre. Pero nada de la 'dolce vita' a la que acostumbran los multimillonarios árabes en Marbella. En Puerto Banús no le recuerdan ni pavoneándose ni gastando miles de euros a espuertas por sus exclusivas tiendas como otros mimados 'hijos de'. Discreción absoluta y ni un escándalo que le pusiese en la picota por más que estos días se le haya visto en televisión, más alterado de la cuenta, defendiendo el régimen de su amado padre con un dedo índice acusador.

Y eso que la defensa le saldría gratis, ya que su única hermana, Aisha, de 32 años, es otra de las habituales de la Milla de Oro marbellí. Ya formó parte de parte de la defensa del expresidente de Irak Sadam Husein y de Muntadhar al-Zaidi, el periodista que le lanzó un zapato a Bush.

En los corrillos de la Costa del Sol se da por sentado que hasta dos mansiones lucen el escudo Gadafi en la zona, además de otras posesiones que al parecer atesoran en el municipio gaditano de Sotogrande, Sevilla y Granada a través de sociedades de todo tipo. La familia del dictador, en cambio, lo niega todo: «Nos da risa que se diga que tenemos dinero en Europa o en Suiza. Somos una familia muy modesta y todo el mundo lo sabe», ha declarado Saif al Islam a la cadena de televisión americana ABC.

El Gobierno español, de momento, ha bloqueado la finca La Resinera en su plan para inmovilizar la red de empresas y propiedades que Gadafi posee en nuestro país. Sin embargo, no piensen en una finca con una asombrosa mansión perdida en la montaña entre los pueblos malagueños de Júzcar, Pujerra y Benahavís (donde precisamente veraneó Michelle Obama el año pasado). Solo hay campo y más campo y mucho barro. Todo muy verde tras las últimas lluvias y con el Mediterráneo en el horizonte. En total, un terreno de 7.000 hectáreas en el que se pretendían construir 1.915 casas adosadas, un campo de golf y un palacio de congresos... pero que llevan años esperando a que se ponga la primera piedra: el plan no ha recibido el visto bueno de la Junta de Andalucía.

Nada de fiestas
Valorada en más de 20 millones de euros, oficialmente su propiedad depende del Libyan Foreign Bank, «pero por aquí todos los vecinos dicen que es de Gadafi», argumentan en Benahavís. Los anteriores dueños soñaron con construir en la finca un parque temático. Por ahora la única aventura es moverse por este terreno, que solo en mantenimiento requiere la friolera de 300.000 euros al año, dos guardas forestales incluidos. También se gastaron un buen pico en vallar el recinto con fines cinegéticos, pero dicen que Saif al Islam no ha pegado un solo tiro en la zona por más que, al parecer, haya compartido alguna cacería en España con Alejandro Agag, yerno de José María Aznar.

El preferido del clan Gadafi y su hermana, conocida como 'la Claudia Schiffer del norte de África', tampoco han paseado su palmito por las glamourosas fiestas marbellíes. No han coincidido en un photocall con Carmen Lomana o Gunilla von Bismarck ni han compartido canapés en las cientos de causas solidarias que atraen a lo más granado de los veraneantes. Eso sí, cuentan las leyendas urbanas que el 'ingeniero Saif' se atrincheró hace unos años en el por entonces megalujoso hotel Las Dunas de Estepona (una noche en una de las suites salía por unas 269.000 pesetas más IVA en 2001) para negociar con EE UU el levantamiento del embargo a Libia. Curiosamente, poco después, tras firmarse la tregua, fue Aznar el primer líder occidental en ser recibido por Gadafi, que además le regaló un caballo pura sangre. A partir de entonces, las relaciones bilaterales fueron de lo más fluidas, y el coronel llegó a plantar en 2007 su jaima en el Palacio del Pardo. Entre sus múltiples caprichos de rey no faltaron todas las noches espectáculos flamencos, con Rafael Amargo a la cabeza.

Entre palmas y algún que otro olé se estrecharon todo tipo de lazos comerciales. En la última década, la inversión directa de Libia en España ha alcanzado los 290 millones de euros; además, su petróleo representa un 13% del consumo español y su gas, el 2%. Junto con Repsol, otras empresas patrias se han dejado caer por el país, como la constructora Sacyr, que firma el proyecto de urbanización de la ciudad de El Beida y el plan urbanístico de Benghazi, o Bruesa, que se encuentra tras el complejo universitario de Anoakat Alkhams. Sin olvidar la venta de material de defensa y militar español a Libia, que solo en el primer semestre de 2010 ascendió a más de 6,9 millones de euros, según los datos del Ministerio de Industria. O, como recuerda el periodista Tico Medina, cronista oficial de Granada, las casi 5.000 cabras granadinas que se llevó para su desierto.

Quizás por ese 'feeling', Gadafi mandó a su hijo pequeño hace un año a estudiar a España un MBA en el Instituto de Empresa. Pero Jamis -también escrito Khamis-, de 28 años, optó por camuflarse bajo el apellido de su madre para evitar las miradas indiscretas de sus compañeros, y lo consiguió hasta su expulsión como consecuencia de las revueltas árabes. Se suponía que el pequeño Gadafi tenía que estar haciendo prácticas en Estados Unidos, pero en realidad se encontraba al frente de la brigada 32, la mejor equipada y más moderna del Ejército libio. Pese a su juventud, el pequeño vástago es el más temido. Su apodo lo dice todo, 'el agente del miedo', aunque después en Mallorca fanfarronee a todo trapo de un espectacular barco y de su fama de ligón.

Excentricidades que le vienen de serie. En el centro de Málaga aún recuerdan la visita de Gadafi por sorpresa días antes de comenzar su primer periplo oficial por nuestro país en 2007. Primero le tocaba visita privada a Andalucía, donde se suponía que iba a estar de cacería por Sevilla... pero cambió de planes. Un tipo enchaquetado entró muy apurado en la recepción de un hotel de cuatro estrellas de la capital de la Costa del Sol. «¿Tienen algún canal de televisión árabe?», preguntó sin más rodeos. Tras la respuesta afirmativa llegó el asombro: más de medio centenar de habitaciones para un séquito de 200 personas, incluidas las vírgenes amazonas expertas en artes marciales y dispuestas a matar si hiciera falta, además de una veintena de coches de alta gama. Todos para arropar al líder libio, que esa noche durmió en una de las suites tras meterse entre pecho y espalda un estofado de carne cocinado por su chef personal y picotear de una cesta con seis kilos de frutas tropicales. Y, mientras tanto, su hijo Saif se daba una escapadita a Marbella... Para repetirlo tendrá que esperar.



* La Verdad - 11.03.11
Foto: Aznar visitó Libia tras levantarse el embargo - EFE

0 comentarios :