CARLOS DE RUEDA* : No puede ser, están como ebrios, mareados en su propio desconcierto. Atolondrados y confundidos. Y estoy hablando de los políticos, de la clase política en general, no solo de este gobierno obtuso, sino también de los opositores a esta ceremonia de la confusión en que se ha convertido la representación 'partidista' de los partidos políticos. En cuestión de infraestructuras, desde el blog UrbanismoPatasArriba, y otras tribunas, lo llevamos denunciando varios años. Hemos criticado repetidamente el descontrol absoluto existente, con un Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte (PEIT) 2005-2020 obsoleto, pero que viene de años atrás y de otros gobiernos con miras igual de cortas. Porque aquí no se ha seguido lo que se ha hecho en otros países de nuestro entorno occidental. No. Aquí somos 'más papistas que el papa' y en pocos años años hemos pasado de estar a la cola en infraestructuras y transporte en Europa (carreteras y ferroviarias) a situarnos a la cabeza del mundo más desarrollado, con el consiguiente esfuerzo económico que eso ha producido en un país mediano y con unos recursos también de tipo medio, por no decir bajos. Algo incomprensible para el ciudadano medio, que ha visto cómo se derrochaban ingentes cantidades monetarias al servicio de grandes empresas constructoras en perjuicio notorio de unas clases populares que, al final, han resultado ser las paganas de tanto dispendio injustificado.
Porque, vamos a ver, empezando por las carreteras, ¿era necesario tener una red tan extensa y de calidad como la actual en autovías/autopistas sin apoyar otras medidas alternativas? Somos el segundo país europeo en kilómetros/habitante, cuando existen otras carencias más perentorias y una dependencia total de carburantes, y cuando el transporte de mercancías supone más del 80% del total. Es decir, un sinsentido atroz!!
Pero es que lo más paradógico llega con las nuevas medidas del gobierno represor de turno, que bajo el paraguas demagógico de evitar accidentes, limita la velocidad en las vías: 110 km/h en autopistas (una falacia, ya que por ejemplo en Alemania no existe límite en muchos tramos y el número de accidentes es menor, al igual que en Francia, Italia, o en el Reino Unido que va a aumentar la velocidad ya mismo, etc.). Pero es que la 'genialidad' de la reducción del consumo de carburante con esta medida es tachada de improvisada e incongruente por la mayoría de técnicos independientes (apenas un 3% de disminución del consumo) y todo eso con mentiras oficiales y la cantidad de problemas añadidos que va a traer, como atascos, nervios, pérdida injusta de tiempo, averías probables en los coches limitados, etc.
Total una ridiculez, si además no va acompañada de otras medidas más necesarias: alternativas a este modelo obsoleto, mejora en conducción, coches más eficientes, servicios de apoyo en carretera, movilidad más sostenible, etc. A nadie le cabe en la cabeza que esta medida haya sido tomada con buenas intenciones de movilidad y austeridad, sino más bien lo contrario, como dicen las encuestas, se ha producido con un afán recaudatorio exclusivamente (más del 80% de ciudadanos conductores así lo piensa). Se van a inchar a poner multas injustas con la que mantener su 'status quo' represor, con un director de tráfico P. Navarro empeñado en culpabilizar siempre al conductor, cuando no ve la gran viga que tiene tras esas gafas de diseño (hortera).
Ha sido una medida improvisada, absurda, propia de alguien autoritario, sin capacidad de diálogo y con pocas luces, muy pocas. Antes se debería haber hecho un estudio serio, que los hay desde hace tiempo, con urbanistas e ingenieros de tráfico para saber las debilidades de un sistema que sigue premiando el transporte privado (desarrollista y despilfarrador) frente al público (más contenido y eficaz en casi todos los casos). En el fondo es ponerse, como siempre, a los pies de las grandes empresas fabricantes de vehículos, que salen beneficiadas con sus modelos alocadamente gastadores, dando de lado alternativas contrastadas en otros países (tren, no AVE, autobuses, tranvías, motocicletas, bicicletas, etc.)... ¿Por qué no se limitan los vehículos en velocidad y potencia si son tan peligrosos? ¿Existen comisiones a los directivos y políticos en medio de estas ventas industriales bajo la disculpa del miedo al paro? ¿Por qué no se hace lo que en Europa, o es que aquí hay gato encerrado?
Desde luego, muchas explicaciones deberían darse, porque en este país sin grandes recursos se ha invertido alegremente en infraestructuras claramente infrautilizadas. ¿No deberían dimitir de golpe los implicados o pedir responsabilidades, penales incluso, a los causantes de esta aberración, sean de este o de otro gobierno anterior? ¿Hasta cuándo se van a aguantar estas cacicadas hechas al margen de la mayoría de la población? ¿Hasta cuándo la población, que paga sus impuestos, va a permitir que unos ineptos con dos dedos de frente sigan al mando de los poderes públicos, sean políticos o financieros?
Y es que, llegados a este punto, todavía nos queda analizar la segunda propuesta del PEIT en materia de infraestructuras y transporte. Quizás la más importante y trascendente por los enormes recursos económicos derrochados inútilmente (en su gran mayoría). Es el susodicho AVE o tren de alta velocidad, tomado, claro está, en comparación con otras alternativas ferroviarias inmensamente más económicas y con mejores resultados generales, como nos recuerda, una vez más, el ejemplo europeo (Francia, Alemania, etc.). Porque no se trata tan solo de que se haya gastado mucho, muchísimo dinero, es que, encima, se ha hecho mal, destrozando el paisaje y dejando zonas de la península aisladas y sin posibilidad ya de mejora, al haberse ejecutado las nuevas líneas sobre las antiguas de ancho español, mucho más dúctiles para trayectos medios o de proximidad. El disparate ha sido colosal, de una envergadura sin parangón en los países de nuestro entorno. De nuevo cabe aquí la sospecha de presuntas comisiones de las grandes empresas de construcción y de material ferroviario. Eso unido a unos técnicos de lástima que han callado, una vez más, ante el destrozo territorial que se estaba produciendo en el país. Por supuesto que todo aderezado de grandes palabras engañosas, publicidad pagada y medios de comunicación volcados en la vista gorda, el silencio cómplice y las dádivas oportunas del poder autoritario de turno.
Porque resulta que en Alta Velocidad, somos el segundo país del mundo, tras China, pero con la gran diferencia que aquí la mayoría de las líneas son deficitarias, algo que no sucede en países con un trazado más estudiado y complejo, como Francia o Japón, donde el número de viajeros es muchísimo mayor y, por tanto, las líneas más rentables. Otra vez hemos sido 'más papistas que el papa'. Y, claro, nos hemos quedado con el culo al aire. ¿De quién es la culpa en este caso? ¿De este gobierno? ¿De los anteriores que iniciaron el despropósito? ¿O de todos juntos, claro?.
Con mucho menos dinero y destrozo medioambiental, se podían haber adecuado ciertas líneas (no todas) para una velocidad más que aceptable (Talgo-230km/h) y, además, no se hubieran cubierto los antiguos trazados ferroviarios que, ahora, han dejado comarcas enteras aisladas, sin posibilidad real de transporte por tren. Ha habido numerosas manifestaciones al respecto por toda la geografía, pero, por supuesto, rápidamente acalladas por unos medios de comunicación cómplices, que venían a llamar a los disidentes algo así como 'catetos', cuando los verdaderos catetos estaban en esos medios serviles que nunca supieron llevar la voz independiente de auténticos especialistas en la materia para que realizaran su diagnosis ante este asunto de vital importancia para el pais.
Del destrozo causado al Medio Ambiente y a la fauna autóctona creo que es evidente en esos desmontes y rellenos inmensos vallados, porque, además, muchos trazados se han hecho por zonas geográficas muy sensibles a este tipo de obras faraónicas, troceando el territorio y causando enormes cicatrices, a veces, fácilmente evitables y con menor, mucho menor, impacto ambiental.
Lo mismo que en los accesos a las ciudades de estos AVES, hechos la gran mayoría por las bravas, sin ningún coeficiente corrector por los desmanes urbanísticos. Con una planificación improvisada e inútil. Algo que pagarán muchas ciudades durante generaciones. Pero es que, además, parece que ha habido una consigna política de 'AVE para todos', fuera necesario o no por la demografía y los intereses económicos, y así ha ocurrido que algunos trazados (por ejemplo Madrid-Valencia) que deben dar un rodeo amplísimo para pasar por otra población distante, y que sin duda su servicio será más deficitario,otra vez. O en la carencia de un ferrocarril moderno en Algeciras, con el mayor puerto español con diferencia en mercancías y pasajeros (y del Mediterráneo). Es decir, disparate tras disparate!!
Pero es que aún queda, quizás, el más grave de todos, como ya he adelantado: que las nuevas líneas de AVE no permiten el trascendental transporte de mercancias. Con lo que todo se supedita al transporte por carretera, del que ya he hablado antes, con todos sus problemas de gasto de carburante, atascos y contaminación subsiguiente. Algo que se podía haber resuelto fácilmente con la alternativa de adecuar ciertas líneas a una velocidad media-alta de uso mixto, ahorrándose, de paso, ingentes medios económicos en nuevas líneas deficitarias.
Es decir, que no se ha dado ni una!! Ni a propósito se pueden hacer las cosas técnicas tan mal!! Claro, que más que técnicas habría que hablar de políticas, pero de políticas impresentables y paletas!!
Para terminar, decir que el AVE es, además, un medio costoso y eso repercute en los precios de los billetes, aptos únicamente para una minoría pudiente (se calcula que solo el 3% de los ciudadanos), mientras la gran mayoría no tienen posibilidad de acceso y quedan de nuevo a merced del transporte privado o de los escasas líneas de autobuses, mucho más económicas, pero que con las nuevos límites de velocidad serán mucho menos competitivas, evidentemente.
En definitiva que este artículo, sin ánimo de ser exhaustivo, demuestra meridianamente el gran despropósito de la red de infraestructuras y transporte en este país y de las medidas tomadas a la ligera, dejando, además, una crisis económica galopante, derivada del ladrillo y el hormigón, por culpa de una clase politica inepta y una caterva de empresas y de medios de comunicación al servicio del sol que más calienta... en este caso, parece ser, el dios petróleo.
* Carlos de Rueda, arquitecto urbanista, autor del blog UrbanismoPatasArriba
Del despilfarro del AVE al disparate de los 110 km/h
en
1.3.11
por UrbanismoPatasArriba
Unknown
Tema: NOTICIAS URBANISMO , URB.PATASARRIBA
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
1 comentarios :
Enhorabuena por el artículo. Muy real. Pero me temo que ya es tarde para hacer cambios en la política de infraestructuras. Han sido demasiados años de incongruencias y de gasto inadecuado para España.
Ahora solo toca apretarnos el cinturón por culpa de cuatro mangantes y defraudadores.
Si fuéramos más listos, tendríamos que pedir responsabilidades y llevar a juicio a los culpables. O si no rebelión.
Publicar un comentario