HOY/Badajoz* : Hace 20 años, Castelar era un foco de problemas. A cualquier hora del día, los pacenses temían ir a un parque donde se habían hecho fuertes quienes vivían al margen de la sociedad. Incluso se cometió un crimen en este céntrico espacio, una muerte que ahuyentó aún más a las familias normales. Pero en 1998, el Ayuntamiento de Badajoz decidió derribar el muro de piedra exterior del parque. Desde entonces, Castelar comenzó a convertirse en el rincón preferido de los pacenses. De aquello han pasado 13 años, pero la Asociación de Criminólogos de Extremadura (Crimex) sigue utilizando este ejemplo para ilustrar la importancia que tiene el urbanismo. «Existen estudios criminológicos que tienen en cuenta la opinión de los delincuentes, y los delincuentes dicen que los sitios cerrados a la vista son más vulnerables», explica Juan Antonio López Casas, vicepresidente de Crimex.
Por este motivo, la asociación que representa a los criminólogos ha ofrecido su experiencia a la Delegación del Gobierno en Extremadura en asuntos tan cruciales como la lucha contra la marginalidad y la delincuencia en las barriadas más conflictivas.
Esa colaboración se traducirá en un estudio serio, pero los componentes de Crimex ya manejan algunas claves. «La simple estructura de una barriada, el alumbrado y la limpieza pueden influir en la delincuencia. No tiene sentido construir bloques con interminables portales sin luces», añade Lorenzo Cuevas, miembro de Crimex.
Pero la asociación de criminólogos no se limita a constatar que las plazas cerradas rodeadas de viviendas, la abundancia de bares y la escasez de tiendas contribuyen a la marginación, sino que propone otro tipo de medidas que también pueden ayudar a terminar con este problema. «La gente que cuida los jardines de esos barrios debe vivir allí, y lo mismo debe ocurrir con quienes barren esas calles. Hacer responsables a los propios vecinos hace que la gente sea más respetuosa con su entorno», remacha Enrique Díez de Baldeón Carrasco, presidente de los criminólogos.
La batería de medidas propuestas se completa con la ampliación de la plantilla de trabajadores sociales, la contratación de educadores de calle que estén en contacto permanente con los vecinos y, sobre todo, la búsqueda de una salida laboral para los vecinos.
Los representantes de Crimex creen que este tipo de aportaciones pueden resultar muy útiles en multitud de ámbitos, por eso valoran el esfuerzo de los 350 extremeños que se han decantado por la criminología como campo de formación. Entre ellos hay policías, guardias civiles, policías locales, funcionarios de prisiones, abogados, jueces, psicólogos, trabajadores sociales y cada vez más jóvenes que eligen la criminología como primera opción. «Uno de los principales cometidos del criminólogo es la prevención del delito y el apoyo a la víctima. Hay colectivos que combaten el delito y buscan al delincuente. Sin embargo, la víctima también necesita ayuda y en muchos casos no encuentra ese apoyo», lamentan.
Pero no es solo la utilidad pública lo que hace atractiva esta formación. A partir de ahora los estudios de criminología tendrán validez académica, puesto que Crimex acaba de ser informada de que la Universidad de Extremadura ha homologado el título de Experto Universitario en Criminalidad y Seguridad Pública, un logro que permitirá a muchos funcionarios contar con un título universitario para subir de categoría.
* Hoy - 14.02.11
Foto: La concepción urbanística de Los Colorines, con patios casi cerrados, no contribuye a la normalización. :: HOY
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