JOSÉ ÁNGEL BUENO RODRÍGUEZ* : Desde hace unos años, muchas ciudades están viviendo una situación de crisis de actividad económica como consecuencia de deslocalizaciones de la industria manufacturera clásica; en el caso de la Castilla y León, la automoción, que ha buscado fundamentalmente otros territorios de costes de producción inferiores y más competitivos. Este proceso ha exigido la búsqueda de alternativas y oportunidades que han dado lugar a la reconversión urbanística, económica y cultural de numerosas ciudades del mundo desarrollado. Las soluciones que han buscando han requerido mucha imaginación y el compromiso de los ciudadanos y de sus dirigentes. Los viejos esquemas de clasificación de las actividades económicas enunciado en 1940 por Colin Clark, en primarias (agricultura y ganadería), secundarias (industria transformadora y construcción) y terciarias o de servicios ya no sirven. Hoy los expertos, en la sociedad postindustrial, cuando la actividad industrial y la agricultura pierden peso a favor del sector servicios, a propuesta de Daniel Bell, nos hablan de dos nuevos sectores, el cuaternario y el quinario.
Dejando fundamentalmente al sector terciario como representativo el transporte, comercio, restauración y otros ocios, aparece el cuaternario que recoge la actividad de seguros, banca y gestión del conocimiento y, por último, el quinario del cual considero que debemos hablar muy especialmente en las ciudades.
El sector quinario recoge todas aquellas actividades de alto valor conceptual basado en la innovación y la creatividad. Hablamos de la investigación, del diseño, arquitectura, de la moda, de la industria cultural (audiovisual, cine, arte, música…), de la industria creativa (publicidad, editoriales y publicaciones,..) e incluso algunos autores introducen otras actividades que mejoran la calidad de vida, como son la salud y conciliación de la vida familiar y laboral.
Según Peter Hall, geógrafo y catedrático de urbanismo en el University College de London, en su libro 'Ciudades del mañana', en el año 2025, las economías desarrolladas tendrán entre el 80 y 90 % de la mano de obra trabajando en el sector servicios y entre el 60 y 70% de este sector trabajará en lo que llamamos industrias innovadoras y creativas, es decir en el sector quinario.
Sabemos que en algunas ciudades con tradición industrial como es Barcelona, más del 20% del PIB procede de este sector, así como el 60% de los puestos nuevos de trabajo que se crean. Una revista española indicaba que en EE UU representa el segundo sector en importancia, detrás de la industria armamentística, y en España, la industria cultural aporta al PIB más que una industria emblemática como es la automoción.
Para José Ramón Lasuén, catedrático emérito de Teoría Económica de la Universidad Autónoma de Madrid, este sector puede compensar la desindustrialización que muchas ciudades sufren. La creatividad, la innovación, la inversión en tecnología son las palancas para superar el contexto antiguo. Para que desaparezcan los problemas heredados de la industria manufacturera, sobre todo el desempleo, debemos construir un tejido productivo nuevo, que se apoye en niveles máximos de conocimiento que deben ser transferidos en buena parte desde la Universidad, actuando en sectores con alto potencial de crecimiento y con estrategias internacionales.
Ante esta situación es urgente que los ciudadanos y sus instituciones aborden la elaboración de una estrategia para que las ciudades hagan el cambio necesario antes de ser desbordados y empobrecidos por la realidad del mundo desarrollado. Hoy no conozco el peso del sector quinario en Valladolid respecto al PIB total de la ciudad. Sabemos que el sector servicios en EE UU. representa el 76,9 % del total del PIB, Alemania el 72,3 %, España el 70% y nuestra comunidad el 66%. Es decir que en los próximos años, si seguimos la estela de los países desarrollados, deberemos ajustar nuestras actividades y crecer en este sector.
¿Qué hacer? Alguna pregunta deberemos responder. Una será para descubrir cuáles son las condiciones que se deben crear para cambiar nuestra ciudad desde una actividad industrial automovilística que languidece a una actividad innovadora y creativa. Algunas ciudades ya han iniciado los primeros pasos, Viena, Liverpool, Lyon e incluso Barcelona lleva más de cinco años avanzando.
Una condición es realizar una nueva forma de hacer política. No valen los dirigentes inhibidores de la participación y de la crítica; sí la apertura a nuevas corrientes culturales: la diversidad, la tolerancia, la cooperación son buenos ejemplos. Otra condición es contar con capital humano. El talento creativo y transformador es necesario. Debemos retener y atraer talento nuevo. Especialmente los jóvenes deben estar educados con espíritu emprendedor. Seguramente que existen más cosas que debemos cambiar y promocionar.
Una entidad pública-privada, pilotada y organizada por el Ayuntamiento a través del ente económico que está creando, participada por agentes financieros, empresarios y especialmente la Universidad, a la cual se la ve totalmente alejada de los estudios que inquietan a la sociedad, debería cuantificar y analizar las debilidades, fortalezas y oportunidades que el sector quinario tiene en la ciudad para impulsar un plan de acción que nos lleve más allá del 2020 a ser una ciudad referente en progreso y calidad de vida .
* El Norte de Castilla - Opinión - 23.09.10
Una oportunidad para las ciudades
en
26.9.10
por UrbanismoPatasArriba
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Tema: ARTÍCULOS URBANISMO
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