¿Para cuándo el cambio de modelo?

JOSÉ MANUEL NAREDO* : Puede un gobierno ningunear sus propias elaboraciones? Sin duda que puede, y es lo que ocurre si por iniciativa de políticos y funcionarios bienintencionados se promueven estudios o propuestas de interés que, cuando llegan a término, no corresponden con las prioridades políticas del momento. Tras tanto hablar del cambio de modelo económico, cuando por fin se plantea en un sector tan importante como es el inmobiliario, parece que ya no cabe en una agenda política volcada en la ardua tarea de imponer disciplina presupuestaria y recortes salariales. Hace ya un mes que se presentó el Libro blanco de la sostenibilidad en el planeamiento urbanístico español, elaborado por iniciativa del Ministerio de Vivienda, que señalaba la necesidad de cambiar el actual modelo inmobiliario. La importancia de los temas de fondo planteados en el mismo corrió pareja al escaso interés político y mediático despertado.

No en vano se impone el Mundial de fútbol como principal tema de interés patriótico, o saltan a la palestra otras cuestiones que no dejan hablar del “cambio de modelo” que tiempo atrás se consideró necesario para salir de la crisis. Como las prioridades son otras, la caja de resonancia de los media no ha tenido a bien amplificar ni el diagnóstico, ni las propuestas del mencionado Libro blanco, sintetizadas en su decálogo final. En él se reconoce que la crisis económica actual refleja el agotamiento del modelo inmobiliario-financiero que la había propiciado. Se analizan los resquicios que ofrece el actual marco legislativo para hacer practicable el cambio de modelo y se proponen medidas e instrumentos cuya aplicación reclama una firme voluntad política hoy por hoy inexistente. Pues rebasan el campo de la vivienda y el urbanismo reclamando un apoyo decidido de todas las administraciones que sólo cabe conseguir mediante un auténtico acuerdo o pacto de Estado, que está lejos de producirse.
En suma, que el Libro blanco contribuye a pensar y posibilitar el cambio del modelo inmobiliario-financiero que lastra el futuro de la economía española. Si el Gobierno no quiere verlo, este documento permanecerá en los cajones de la Administración como testigo del esfuerzo de los políticos, funcionarios y técnicos que lo promovieron para mostrar que sí hay alternativas. Y que la ceguera voluntaria hacia ellas está arrastrando al Gobierno por la pendiente de un conformismo bien poco ilusionante.


* JOSÉ MANUEL NAREDO, Economista y estadístico



* Público - Opinión - 8.07.10


1 comentarios :

CarlosR dijo...

Bueno y entonces, ¿por qué no dimite nadie? Si no le dan importancia a la sostenibilidad: "Apaga y vámonos", más aún cuando hay estudios serios que han demostrado que es beneficiosa, no sólo ecológicamente, sino también económicamente... y es la única vía posible ante los problemas de la sociedad actual.
¿Por qué no dimiten las ministras españolas responsables del tema en el Gobierno actual?
¿Por qué no dimite la oposición en pleno por apoyar políticas aún más irresponsables y antisostenibles?
¿Por qué no dimiten los responsables de los medios de comunicacióm que pretenden 'dorar la píldora' a los políticos de turno e incumplir su promesa de independencia informativa?
¿Por qué no dimiten los responsables de los Colegios profesionales técnicos implicados, culpables de amparar inútilmente a sus colegiados?
¿Por qué no dimiten las máximas autoridades judiciales que están supeditadas políticamente y no son capaces de modificar las normativas subyacentes?
¿Por qué no dimiten los representantes de promotores y constructores inmobiliarios anclados en un pasado obsoleto y suicida?
¿Por qué no dimiten las máximas autoridades bancarias culpables principales de este desastre nacional económico-inmobiliario?

¿Por qué los ciudadanos no se rebelan, de una vez por todas, contra esta mafia ladrillera que ha arruinado a familias enteras y a todo el paisaje urbanístico español?...
Por qué?... por qué?... por qué?
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