LAVERDAD* : El foro 'La ciudad como solución' se cierra con la idea de «hacer pequeñas intervenciones en pro de grandes transformaciones». ¿Qué modelo de ciudad es el más sostenible? ¿Es que hay alguna ciudad sostenible? ¿Hacia dónde se dirige el urbanismo del siglo XXI? ¿Qué podemos hacer nosotros para vivir mejor en nuestro barrio, en nuestro pueblo y contribuir al desarrollo sostenible?
Estas preguntas y muchas otras han encontrado una respuesta fiel en la cuarta edición del Foro de Urbanismo, organizado por el Colegio Oficial de Arquitectos de la Región de Murcia y que ha contado con los mayores expertos nacionales e internacionales en este terreno, bajo el título La ciudad como solución.
Según indicó el decano del Colegio, Francisco Camino, el foro, que se clausuró ayer, deja conclusiones importantes que tener en cuenta por los responsables del urbanismo y la arquitectura de la Región de Murcia. La primera de ellas es que «es el momento de pararse a reflexionar. De pensar qué medidas se pueden aplicar en la ciudad para mejorar la vida de sus habitantes. Lo hecho en el pasado, hecho está. Ahora pensemos en el futuro todos. Políticos, empresarios y sociedad civil», aseguró Camino. El decano de los arquitectos se mostró «muy contento» por la «implicación que han demostrado en el foro el consejero José Ballesta, el alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, y el presidente Ramón Luis Valcárcel. Han adquirido compromisos y nos han apoyado a continuar estos debates y eso es enormemente positivo».
Durante los tres días que ha durado este intenso intercambio de conocimiento y experiencias, los diferentes expertos han ido mostrando medidas adoptadas en otros lugares para mejorar las condiciones de vida de la gente, «algunas muy curiosas y muy sencillas con las que se consiguen grandes resultados. Pero ahora le toca a esta Región pararse a pensar qué medidas se deben aplicar aquí». Para Camino, «hay que tener en cuenta que la crisis que tenemos encima no es sólo económica. Es también una crisis de valores que va a conseguir un cambio total en la manera de enfocar nuestras profesiones, en la manera de desarrollar social y económicamente una ciudad. Hay que adoptar medidas sostenibles económica y socialmente».
Asimismo, el decano del Colegio de Arquitectos incidió en que «no sólo se han planteado cuestiones físicas o técnicas. En este foro ha jugado un papel muy importante la cuestión de las relaciones sociales, de la comunicación. El contacto entre personas, entre vecinos, es fundamental en la construcción de una ciudad sostenible». Precisamente, ese fue uno de los argumentos principales empleados por Lucien Kroll en la conferencia con la que el arquitecto belga clausuró la cuarta edición del foro. Y que cumpla muchas más.
Arquitectos murcianos y foráneos han elaborado un decálogo final que pretende dar las líneas maestras de cómo debe estructurarse el urbanismo en Murcia desde ahora:
Murcia es un sistema urbano multicultural que demanda políticas urbanas multiculturales, estrategias de integración y medidas de adaptación a esta nueva realidad.
El futuro de Murcia es metropolitano, y con esa referencia debieran empezar a constituirse las estructuras que articulen y gestionen un amplio territorio de referencia: Murcia, Alcantarilla, Molina, Las Torres...
El gran elemento estructurador del espacio metropolitano es el río Segura que, resueltas las amenazas de inundación y los problemas de contaminación, debiera convertirse en el gran eje verde de la ciudad.
La huerta es una parte clave del sistema urbano que nada tiene que ver con su condición productiva inicial. El reconocimiento de esta realidad debe incidir en una nueva visión y ordenación del espacio.
La ciudad y el entorno metropolitano están llenos de vacíos programáticos que permiten imaginar estrategias de ocupación temporal.
Los espacios verdes no deben ajustarse a un solo modelo de diseño, sino que debieran ser una suerte de catálogo de programas, ofertas y actividades que impulsen la intensidad y la diversidad de la vida urbana.
En la gestión del espacio público se debe impulsar la actividad ciudadana libre, diversa y espontánea, frente al deseo identificarlo de orientarlo a una exclusiva función circulatoria.
Al modelo de ciudad le ha salido una competencia exterior que se aprovecha de sus debilidades. La ciudad requiere una estrategia comercial de difusión de sus cualidades.
El transporte público hoy es el autobús, a la espera del desarrollo efectivo del tranvía, que requiere un enorme refuerzo de medidas de circulación para asegurar tiempos competitivos.
Los concursos tradicionales de arquitectura se proponen como el sistema más eficaz para alcanzar los objetivos de diversidad, calidad y mejora que los ciudadanos demandan.
* La Verdad - DANIEL VIDAL - 10.05.2008
Foto: Murcia, ayuntamiento - wikipedia.org
Los expertos recetan a Murcia un decálogo de actuaciones para lograr un urbanismo sostenible
en
11.5.08
por UrbanismoPatasArriba
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Tema: NOTICIAS Murcia
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1 comentarios :
La gran carencia, que se discutió en el Foro y se refleja en estos comentarios, es la debilidad de la sociedad civil como reguladora de nuestro modo de vida. No lo olvidemos: seguimos votando mayoritariamente al partido que desarrolla el urbanismo capaz de las mayores tropelías contra la calidad de vida de los ciudadanos, y lo mantenemos. De esa forma la sociedad civil traga todo lo que le venga encima. Algunos hacen toreo de salón, otros comentarios de cantina y muchos ponen la mano por detrás. De esa forma ni se regula el afán enriquecedor de los empresarios sin escrúpulos, ni la connivencia con los políticos a su servicio ni el sugerido divinismo de los profesionales. Faltamos los vecinos, que rehusamos tomar parte porque esta noche juega el Madrid y no me lo pierdo por nada. Así nos va. Salvo en determinadas ocasiones en las que un pequeño grupo demuestra que sí quiere intervenir en aquello que va a condicionar su vida, encuentra la forma y la grita a los cuatro vientos. Políticos, empresarios y profesioneles escuchan esas voces, aunque les disguste, pero los conciudadanos suelen tener el oido más duro. Y quejarse en esas circunstancias refleja un infantilismo ciudadano muy preocuopante.
(La Verdad)
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