JAVIER SALVADOR* : Un filósofo italiano dijo una vez que debe estimarse muy poco vivir en una ciudad donde las leyes pueden menos que los hombres. Yo no quiero vivir en esa provincia y Almería tiene ante sus narices un reto espectacular en el que deberá decidir si “todos moros o todos cristianos”. Hay que demostrar si las leyes son para todos por igual o nos sumimos en un estado de anarquía ciudadana en la que soy el primero que me niego a pagar impuestos.
Si un alcalde puede hacer una obra ilegal, sin licencia de apertura y multiplicando la edificabilidad, yo no quiero pagar IVA, retenciones o mejor aún, no pago la hipoteca porque como es la única casa que tengo no me pueden mandar a la calle con mis niños. Y ése es el juego que se trae entre manos Gabriel Amat con Gran Plaza y su reto a Chaves.
Almería tiene ante sus narices un reto. Demostramos que las leyes son para que todos las cumplamos o no las cumple nadie. Hay una tercera vía, que la Junta de Andalucía acepte públicamente que en esta comunidad, socialista desde que conoce la democracia, hay ciudadanos de primera que buscan el cobijo del PP y luego, muy detrás, viene el montón.
Se han terminado las elecciones y no hay más excusas. El dinero no puede tumbar el sentido común, el estado de Derecho y las normas que rigen nuestro comportamiento para nuestra propia protección.
Una cosa normal puede ser que no se cierre Gran Plaza por no afectar a las personas que allí trabajan, pero un alcalde que no sabe ni decir su nombre no puede retar a la Junta de Andalucía y hacerle un corte de mangas en un pleno diciendo eso de ven a por mi, que aquí te espero manolín.
Independientemente de que este individuo tenga un subidón y la pinza se le soltase hace mucho tiempo, lo que no puede ser, lo inaceptable por coherencia, es que el resto de ciudadanos veamos como algunos se pasan por el forro la ley que acatamos los demás.
Amat le ganó la partida a la Junta con un despliegue de euros sin precedentes comprando medios para su defensa ante el intento de la Junta de cerrar el centro comercial como medida que le obligase a tramitar la documentación que pueda hacer legal. Especiales publicitarios pagados con talonazos, un programa de Carlos Herrera para darse un baño de masas desde el mismo centro comercial Gran Plaza y chicas con camisetas ajustadas recogiendo firmas en el Paseo de Almería.
Y quizás ésa sea una de las claves de su victoria electoral en Almería. Igual hay que plantearse estar del lado de Atila, porque éste demuestra que nadie le toca.
Almería tiene ante sus narices la barbaridad de las barbaridades. Un informe de la inspección urbanística que hace temblar las piernas hasta al más experto urbanista y que no vale de nada para el receptor del mensaje.
Vimos pasar de largo los acantilados de Aguadulce. Somos testigos de cómo en un plan general se contempla una zona que supuestamente va a ser declarada de dominio público si no hay bajada de pantalones por parte de Costas y aún así nadie hace nada. Esto más que Almería empieza a parecerse a esa Calabria que nos describen en las novelas.
Gabriel Amat, alcalde de Roquetas de Mar, ha retado a la Junta de Andalucía a que le toque si es capaz. El plazo que le dio la Junta para que restituyese la legalidad en el caso Gran Plaza termina el día dos de abril y el juego está más que claro.
Amat sabe que Tomás Olivo, promotor del centro comercial, no va a pagar el exceso de edificabilidad, pero también sabe que la ley es clara y que si no lo hace le pueden retirar las competencias urbanísticas del municipio.
Su juego se centra en la postura de fuerza y no ya en los puestos de trabajo, que en ningún caso peligran, sino aprovechando la situación política actual. Ha ganado las elecciones y cualquier actuación en su contra la venderá como una revancha del PSOE por el daño hecho. A diferencia del caso de Marbella el PP aquí no le va a apoyar, así que no le queda más remedio que asumir el riesgo y cumplir con la ley como prometieron a todos los andaluces hacer cumplir o con la mano puesta sobre la Constitución o perder el respeto de todos.
* Teleprensa - Almería - 16 de Marzo del 2008
Almería entre la ley y la anarquía
en
16.3.08
por UrbanismoPatasArriba
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1 comentarios :
Alguien piensa poner coto a esta situación? No ha llegado ya el momento de que cambien las cosas en este país y se le metan la cabras en el corral a esta panda de paletos y nuevos ricos? Mi opinión es que todos estos sinvergüenzas tienen que ser responsables individuales de las decisiones y permisos que tomen de forma unilateral en el transcurso de su cargo público. Y esto no acaba cuando dejan de robar en un ayuntamiento, tiene que ser su responsabilidad aunque ya sólo roben de forma privada. Ya está bien de aparecer Almería en diarios extranjeros cómo verdugo de las propiedades de jubilados ingleses, ya está bien de jugar con la situación laboral de los empleados del Gran Plaza, basta ya. De esto no tiene la culpa la Junta ni ninguna administración, la culpa es de todos estos alcaldes y concejales de urbanismo que actúan desde la provocación y el despotismo. Gente que se lo lleva calentito con recalificaciones de terrenos sobre los que tienen intereses económicos, gentecilla que conceden licencias en lugares no edificables, gentuza que vende y destroza nuestras costas. Estos personajes no pueden quedar impunes, es responsabilidad única y exclusiva de ellos. Desde aquí animo a esas personas a las que se le derriba su chalet, a las personas que han invertido en las promociones de Azata, a los trabajadores del Gran Plaza y a todos los que se sientan estafados a que actúen con todos los medios de que dispongan sobre esta gente. Y también animo a los ciudadanos de los municipios donde se pretendan pagar sanciones e indemnizaciones con sus impuestos a que no los paguen, que se manifiesten y expliquen sus motivos. Por favor señores váyanse por su propio pié a la cárcel, les vendrá bien. Ser un hombre no es sólo sacar sus huevos en procesión por el pueblo para que el vulgo les aplauda, es posible que una temporada a la sombra les haga hombres de verdad y de paso pueden hacer una carrera, que tampoco les vendrá mal. Yo prometo llevarles tabaco y cuando salgan hasta lo mísmo les voto.
(Teleprensa)
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