El Consell espera la demolición en Sagunt mientras reconstruye la Valldigna

LEVANTE/Valencia* : Diecisiete años lleva la Generalitat Valenciana animando la demolición de las obras efectuadas en el teatro romano de Sagunt y tres lustros reconstruyendo monumentos e iglesias a lo largo de la Comunitat Valenciana guiados por su forma de entender la recuperación y conservación del patrimonio. Aunque para sus acciones acertara a blindarse judicialmente mediante la doble modificación de la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano, aquella que hoy el Tribunal Supremo y Superior consideraría legítima la intervención sobre el monumento saguntino, como legitimaría las actuaciones del Consell sobre el patrimonio monumental valenciano.

Así lo recordó en su auto el Alto Tribunal hace sólo unos días. Una ley autóctona que no resolvió el tema de Sagunt al no encontrarse en vigor la norma que hoy permite reconstruir cualquier tipo de edificio o monumento histórico artístico a partir de la simple existencia de un vestigio que dé pie a interpretar una hipotética realidad, como así especifica su articulado.

Seguramente, el mejor ejemplo para ilustrar este hecho sea la reconstrucción del complejo del Monasterio de la Valldigna en el que la Administración autonómica lleva involucrada una década y para cuya realización ha invertido ya cerca de diez millones de euros. La recuperación de la Valldigna, que hoy muestra un digno e interesante esplendor, además, se trata de un proyecto alentado por el propio President de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, durante su etapa como Conseller de Cultura. Fue él mismo quien quiso que este monumento, recuperado por el Gobierno socialista del desplome y que durante años llegó a mostrar una auténtica imagen de ruina, creciera desde su propia desaparición. Y también fue el propio Camps quien quiso que en la reforma del Estatuto de Autonomía figurara el monasterio cisterciense de leyenda negra, que mandó construir Jaume II el Just, como "símbolo de la grandeza del pueblo valenciano". Y para ello no han existido reparos.
Durante los últimos años, la Valldigna ha visto como se reconstruía en su totalidad, y casi desde la nada, la sala capitular encargada por Roderic de Borja, así como su refectorio con toda la contundencia que merece; o cómo se ha recuperado la espectacular cúpula de su impactante iglesia. Sin olvidar la pavimentación de su entorno, la reintegración del Claustrillo del Abad, trasladado desde Torrelodones, o cómo desde hace meses se reconstruye una parte de su claustro principal o se han cerrado sus muros con ladrillo caravista a la espera de tener terminado el albergue de invitados.
Pero para claustro el del Patio del Embajador Vich, incorporado hoy en el Museo de Bellas Artes de Valencia, San Pío V, y que apenas unas semanas antes de las últimas alecciones autonómicas era inaugurado con todos los honores.
De la mano del mismo arquitecto, Salvador Vila, para la reconstrucción del patio del Embajador Vich se desmantelaron los elementos renacentistas que se conservaban y estaban integrados en el Convento del Carmen. Allí se mantenían como lección arquitectónica para explicar la forma de entender las rehabilitaciones arquitectónicas en los albores del Siglo XX. Su traslado generó una intensa polémica cultural. Hubo que desvestir un edificio para recrear otro. Para lograr su conclusión, debió completarse el coqueto edificio pintado actualmente en azul de tormenta con algunas columnas y capiteles falsos. Hoy da la entrada a los visitantes que acceden al San Pío V desde Viveros.

Pero existe otro caso igual de ilustrativo. Las ruinas de la Almoina reconvertidas por el Ayuntamiento de Valencia en un museo arqueológico sobre los orígenes históricos de la ciudad de Valencia. Las mismas que preservan del calor a los ciudadanos gracias a una inesperada pagoda de hierro colado que rompe la estética del complejo monumental que conforma la Catedral y el Palacio Arzobispal y que la misma Ley de Patrimonio "pone" en cuarentena.
La Almoina ha visto como gran parte de sus ruinas arqueológicas se han reconstruido, sin más, para poder explicar cómo entendemos hoy el epicentro de una ciudad de esplendor doblemente liberada. Muchos arqueólogos han advertido del falso histórico de su conclusión. Pero sin más.

Y cerca está uno de los logros patrimoniales de los que más orgulloso se encuentra el Consell y la Iglesia Valenciana. El "descubrimiento" de los ángeles de la Catedral que los libros de Historia y la documentación dejaron fijados hace muchos años, pero que, de repente y guiadas por la luz, unas palomas "descubrieron" al azar. Para que puedan lucir lozanos e impactantes, tanto el Arzobispado como la Generalitat debieron renunciar a la bóveda barroca de Pérez Castiel que aún debe permanecer en doscientos pedazos almacenada en el seminario de Montcada a la espera de una supuesta ubicación definitiva.

Si bien el reloj de la Iglesia de Santa Catalina de Valencia desapareció de la torre -por no hablar de la única estatua renacentista de san Martín, guardada en una sacristía- el castillo de Montesa, por ejemplo, recuperaba las láminas de sus lienzos para recrear la realidad de la reconquista de Pedro El Grande. Mientras, la Administración autonómica y el consistorio valenciano observaba el expolio del valioso patrimonio cerámico del Convento de Sant Josep de Valencia o lo hacía años antes con el patrimonio del convento de las Clarisas de Xàtiva.

La ciudad de la Costera no es ajena a este afán fiel de recuperación patrimonial. El proyecto de la Luz de la Imágenes, sin ir más lejos, no ha dejado indiferente al Convento de Sant Doménec del que se ha recuperado la antigua iglesia gótica a base de eliminar elementos barrocos con los que se habilitó el antiguo teatro. En proyecto se encuentra una nueva fase de reconstrucción que ha de recuperar la sala capitular, el refectorio y el claustro del antiguo complejo conventual. Una de las novedades de la rehabilitación de Sant Doménec ha sido la construcción de unas originales escaleras de granito que dan acceso al antiguo templo. Asimismo, en el edificio anexo a Sant Doménec, donde se ha habilitado una de las salas de recepción de la exposición "La Luz de la Imágenes", la Generalitat ha reconstruido estancias interiores. E incluso la fachada del edificio. Muy cerca, el castillo de Xàtiva fue objeto de una actuación contundente en su patio de armas para así reconvertirlo en escenario desde el que celebrar su festival del verano Nits al Castell.

Pero entre toda la literatura de recuperación patrimonial, la mejor la dejó publicada la Diputación de Valencia. Dos lujosos volúmenes, con un millar de páginas, explican cómo es posible devolver a la actualidad un patrimonio olvidado. El mismo patrimonio recuperado sobre el que Camps dejaba escrito que "É entre las actuaciones de la Generalitat con una mayor trascendencia, se encuentra la recuperación y conservación de nuestro legado histórico, artístico y cultural como la apuesta decidida por seguir incrementándolo....".








* Levante-EMV - J. R. S., Valencia - 05 de enero de 2008
Foto: Monasterio de la valldigna. La Generalitat ha reconstruido en su totalidad el complejo, que estaba en ruinas - levante-emv



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