XOSÉ LUIS BARREIRO* : La comisión que investiga la Ciudad de la Cultura, cuyo borrador de informe se filtró ayer, está abocada al juzgado. Entre las conclusiones consensuadas por el BNG y el PSOE, y rechazadas por el PP, todavía no figura la decisión de llevar al juez los abrumadores indicios de descontrol y corrupción que acompañan a esta desgraciada obra. Pero vista la redacción de la primera conclusión, en la que se constata «una voluntad absolutamente premeditada, orientada precisamente a facilitar la relajación de los controles financieros y administrativos», es evidente que estamos ante el preámbulo de una denuncia.
Lejos de quedarse en la marea de indicios abrumadores que delatan una prevaricación continuada, y más allá de poner al descubierto la falta de procedimiento que caracteriza los procesos de decisión, adjudicación, ejecución y control de este desaforado proyecto, la comisión parlamentaria se hace eco de una serie de detalles concretos que deben ser investigados por vía penal, ya que en modo alguno se puede aclarar el fondo de la cuestión si no se rompe el círculo de complicidades que implica a altos funcionarios y técnicos de la Administración y a los políticos de alta jerarquía que auspiciaron y dieron cobertura consciente a tamaño disparate de gestión.
Claro que el borrador de informe sobre la investigación parlamentaria a penas dice nada que no se dijese en los mentideros políticos y en los reservados donde almuerzan y cenan los grandes empresarios y financieros, ni nada que no se haya esbozado, en mayor o menor medida, por los medios de comunicación. Y tampoco dice nada que no supiese y no pudiese documentar el actual Gobierno bipartito, que incapaz de tomar el toro por los cuernos, y de romper la falsa solidaridad con la que se protegen los gobiernos, renunció a levantar las alfombras de San Caetano y a poner los montones de basura, debidamente documentados, en el juzgado. Porque, si el bipartito hubiese sido diligente, ni sería necesario el paripé de la comisión ni se darían argumentos a los que quieren reducir este escándalo de graves proporciones a un simple juego pactado de responsabilidades políticas.
Y ahora viene el turno del poder judicial y del ministerio fiscal que encausó a Cacharro Pardo, a Prado Villapol y a tantos otros alcaldes y políticos que, a base de sisar una dieta, fletar un autobús electoral o ceder una pala excavadora a un concejal amigo, nunca llegarían a malversar -todos juntos y en toda su vida política- la cantidad que sumieron las alcantarillas del Gaiás cada semana durante los siete años que lleva en construcción.
Porque la comisión, buena perdiguera, acaba de levantar la pieza. Pero ahora hay que cazarla.
* La Voz de Galicia - A TORRE VIXÍA - 11 de diciembre de 2007
En el monte Gaiás huele a juzgado
en
12.12.07
por UrbanismoPatasArriba
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Tema: ARTÍCULOS URBANISMO , NOTICIAS Galicia
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