LARA GONZÁLEZ DÍAZ-AGUADO* : Cada vez más, la forma de entender el paisajismo en España se está adaptando al concepto ya vigente en Europa: un paisajismo más cercano al urbanismo que a la jardinería. Se amplía el ámbito de trabajo, tradicionalmente reducido a las zonas verdes, con intervenciones a mayor escala, como pieza fundamental de los equipos multidisciplinares que desarrollan los planes urbanísticos. De este modo el paisajismo forma parte de la respuesta a las nuevas políticas sobre zonas verdes -normativas y distribución de usos de las parcelas-, formalizando la conversión de esas ideas en hechos reales.
Es así que el paisaje, en tanto que diseño de ese espacio urbano, se concibe como valor añadido a la arquitectura, como un complemento de la misma, y no como un elemento perturbador o una interferencia. Es el espacio donde se insertan los edificios, el fondo sobre el que se levantan y el elemento de integración visual y estética del sitio con su contexto inmediato.
Este valor añadido debe entenderse en un doble sentido: el ecológico y el comercial. En sentido ecológico porque recupera una parte de la naturaleza para la ciudad, repara lo destruido, además de mejorar las condiciones medioambientales del entorno. Y en sentido comercial porque supone una mejora estética y de la calidad de vida.
Como cualquier otra forma de expresión artística, el paisajismo va actualizándose y evolucionando acorde a las nuevas tendencias de diseño, colabora en la investigación de materiales en paralelo a otras disciplinas, como la arquitectura, y mantiene presente valores en alza de cuidado al medio ambiente.
Es en este sentido en el que se implementan criterios de sostenibilidad -materializados en la utilización de materiales y especies autóctonos, utilización de agua reciclada, aprovechamiento de condiciones medioambientales- y se tratan de mejorar las condiciones bioclimáticas de los edificios y del entorno.
Entre los ámbitos de trabajo habituales, el desarrollo de urbanizaciones de viviendas a las afueras de las ciudades demanda la creación de espacios de uso común, donde prima el equilibrio entre la estética, la funcionalidad y el mantenimiento, integrando zonas de niños, zonas destinadas a usos deportivos y estanciales y de ocio.
El traslado de la vida a las afueras se produce en paralelo a la creación de parques empresariales y sedes corporativas fuera de las ciudades. Se produce una concentración de trabajadores en pequeñas nuevas ciudades, que requieren espacios de esparcimiento y relajación frente a los espacios de trabajo. Así, estos complejos se proyectan pensando en los espacios comunes a los edificios.
* Lara González-Aguado es miembro de Landscape Architects and Design
* El Mundo - 14 de Septiembre de 2007
El paisajismo en la promoción urbanística
en
16.9.07
por UrbanismoPatasArriba
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Tema: ARTÍCULOS URBANISMO
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