Ideal* : "Las televisiones europeas lo utilizan como imagen de recurso cada vez que realizan un reportaje o cuentan una noticia relacionada con el urbanismo desaforado en las costas españolas. El Hotel El Algarrobico es una mole de cemento que ensombrece y amenaza al parque natural del Cabo de Gata. Los responsables de los gobiernos central y autonómico han reaccionado -sin que aún haya quedado claro por qué la empresa pudo llegar tan lejos en la construcción-, consciente de que se trata de un inmenso borrón que empaña una de sus banderas políticas, el respeto por el medido ambiente. Un error al que se le ha buscado la solución más rotunda: demoler la estructura principal de un complejo que ocupa 16 hectáreas y que llega hasta unos 50 metros del agua de una playa que se había mantenido virgen, pese a estar a tan solo a 4 kilómetros del casco urbano de la localidad almeriense de Carboneras.
Los directivos de Azata -la empresa constructora- ven lagunas en este plan de derribo. Recuerdan que iniciaron la obra con todos los permisos municipales en regla.
El pleito, que se antoja árduo debido a la complejidad que supone retrotraer un expediente en el que están involucradas tres administraciones, comenzó en noviembre de 2005. Cristina Narbona, ministra de Medio Ambiente, ordenó entonces que se iniciase de inmediato un expediente de expropiación de la parte del hotel que se construye sobre la zona de servidumbre de la playa.
El siguiente paso lo debía dar la Junta de Andalucía, responsable última del planeamiento en el resto del complejo, aunque fue el Ayuntamiento de Carboneras quien dio la licencia para acometer esta obra, ejerciendo sus competencias urbanísticas.
De novela policiaca
Los técnicos de la Junta de Andalucía bucearon en todos los informes posibles para buscar una vía que les permitiera salir del atolladero. Fue en el mes de mayo de 2006, cuando el propio presidente andaluz, Manuel Chaves, anunció que que la Junta de Andalucía iba a ejercer el derecho de retracto sobre el solar donde se levanta este monstruo de hormigón de 20 plantas y 411 habitaciones y cuya apertura estaba prevista para el verano del año pasado.
Como en una novela policiaca, los servicios jurídicos de la Consejería de Medio Ambiente se desplazaron de forma sigilosa a una notaría de Madrid y al registro de la propiedad de Vera -donde se anotan las operaciones de Carboneras- e iniciaron una minuciosa investigación que les llevó a descubrir que la compraventa de este terreno incumplió en 1999 un precepto legal básico: el vendedor tenía la obligación de comunicar a la administración ambiental competente -en este caso a la Junta de Andalucía- su decisión por si estaba interesada en emprender su derecho de adquisición preferente. Una presunta trampa que le va a costar muy caro a Azata que, de momento, no se da por aludida. Pese a que su sueño especulativo tiene los días contados, saca pecho y amenaza con que esta jugada le va a costar a la Junta más de 300 millones de euros. Una cifra que el Ejecutivo andaluz rebaja de forma considerable, hasta dejarla en 2,3 millones de euros, que es el precio del suelo que consta en la escritura.
Desobediencia
La consignación de estos 2,3 millones -1,41 millones por la finca del hotel y 0,9, por la de un terreno colindante- supuso la anulación de cualquier posibilidad de inauguración de este establecimiento.
Chaves ya advirtió el año pasado de que la imagen de la estructura desmoronándose y la playa del Algarrobico recuperando su perfil anterior podría tardar meses o años. Sobre todo tras conocerse que la empresa Azata del Sol había recurrido ante los tribunales, lo que supuso el inicio de este largo proceso judicial que acabará, según es previsible, en el Tribunal Supremo.
Pero Azata parece que ha ido más allá. Los responsables en España de la organización ecologista Greenpeace, que han protagonizado dos movilizaciones de protesta a los pies de la estructura del Algarrobico, han entregado a la Junta de Andalucía diverso material audiovisual en el que se observa como las obras han continuado, pese a que hace más de un año que fueron paralizadas de forma cautelar por el Juzgado número 2 de los Contencioso-Administrativo de Almería.
Fuentes jurídicas consultadas por este periódico han señalado que la promotora solicitó al Juzgado permiso para realizar obras que impidiesen el deterioro de las instalaciones. Esta solicitud habría sido rechazada por el juez, que sólo autorizaba obras de emergencia para evitar derrumbes.
Justiprecio
Pese a la encrucijada judicial, la alarma social que ha provocado este caso debería ser razón suficiente para que se aceleren los pasos de esta demolición, según los colectivos ecologistas y ciudadanos que reclaman la desaparición de esta mole.
La última novedad se anunció en el mes de julio, cuando la consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, adelantó que en los próximos días se iba a publicar el edicto del justiprecio del Ministerio de Medio Ambiente sobre el hotel Algarrobico, lo que acortaría los plazos para esa ansiada y esperada demolición del edificio.
Un mes después, sin embargo, se sigue sin tener noticia del mencionado justiprecio. Septiembre puede ser un mes clave para el desenlace y resolución de este culebrón urbanístico del verano.
* Ideal Digital - 6 de agosto de 2007
Foto: hotel El Algarrobico (Almería) /andaluciajunta.es
El Algarrobico: Un réquiem que se retrasa
en
7.8.07
por UrbanismoPatasArriba
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Tema: NOTICIAS Andalucía
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