Plan territorial o urbanismo electoral / Ciudad Astur

F.DÍAZ-MIRANDA Y MACÍAS* : "Una necesidad urbanística evidente, la articulación de los espacios propuestos en el plan territorial especial de Oviedo-Siero-Llanera, se puede frustrar por la torpeza política de su puesta en escena trasladando su necesario y natural debate del ámbito de técnicos y ciudadanos al político electoralista. Presentación del plan a dos meses de unas elecciones autonómicas y municipales, difícilmente alguien se puede sustraer de su utilización propagandística.


Presentación del plan como «elemento vital de planificación democrática» (señor Areces). Acaso los restantes instrumentos de planeamiento vigentes no son democráticos. Anuncio unilateral de aprobación inicial para el próximo mes, los municipios afectados se han enterado del plan a través de los medios de comunicación en esta misma semana. En una sociedad plural y democrática como la actual no hay ideas y proyectos sin debate; siendo una provocación la afirmación de la señora Belén Fernández: «Es cuestión de dedicación».

El plan se pone como ejemplo de «entendimiento entre las distintas administraciones públicas» (señora Belén Fernández) y se dice «oportunidad de superar localismos estériles» (señor Areces). Tres ejemplos. Uno, existencia en el ámbito del plan de recientes planeamientos municipales adaptados y revisados al amparo y beneplácito de la Administración regional, sin la debida previsión y coordinación con la propuesta presentada, suponiendo graves alteraciones para su desarrollo urbanístico al verse estos condicionados, mermados o alterados en sus decisiones, pudiendo incluso suponer una interferencia en su autonomía municipal. Dos, ausencia en la presentación del plan de representantes políticos de dos de los tres municipios afectados, y en el caso del único asistente, Siero, duras críticas de su concejala de Urbanismo, con lo cual pensar en su éxito es más que difícil. Tres, se tiran por el suelo los mínimos consensos municipales conseguidos en torno al concepto de ciudad-región y ciudad astur.

Se nos vende la actuación prevista como un «freno al urbanismo salvaje y especulador». Ver para creer. Se actúa sin prever sus repercusiones sobre espacios de titularidad pública, algunos concebidos como reservas regionales de suelo, alterando irreversiblemente el triángulo empresarial e industrial con mayor futuro de la región; en terrenos de dudosa viabilidad para el fin residencial previsto, condicionando el propio plan a un futuro incierto.
Se anuncia la construcción de 9.000 nuevas viviendas bajo la iniciativa pública, contando con Sogepsa y Sedes, sin garantizar que éstas sean en su totalidad con algún tipo de protección pública, afirmando sin rubor alguno que con las plusvalías que genere la vivienda de promoción privada y algún que otro equipamiento que se cree se acometerán gran parte de las infraestructuras necesarias. Nadie ha pensado que las necesidades de vivienda y de equipamientos ya se encuentran debatidas y colmatadas con las previsiones existentes en los recientes planes generales de los tres municipios afectados. Dejémonos de la falacia de planes de viviendas para jóvenes, para personas con mínimos o escasos recursos... con propuestas como la del plan territorial presentado se vienen todas abajo. Piénsese que en el municipio de Oviedo, por poner un ejemplo eficaz y real, existe bajo iniciativa exclusivamente municipal un innovador plan de vivienda en suelos prioritarios para paliar estas necesidades que abarca más de 8.500 viviendas, todas ellas con algún tipo de protección pública. Son necesarias estas miles de viviendas, todas ellas en los municipios de Siero y Llanera; por cierto, Oviedo se destina a zonas verdes, recuperación de la actividad agrícola y de ocio, o responden realmente a ocultos intereses urbanísticos especuladores o es un intento por frenar el crecimiento poblacional de Oviedo y su peso regional. A todas luces el plan territorial es desestabilizador tanto a nivel municipal como regional, dando pie a todo tipo de especulaciones poco deseables y no digamos nada acerca de sus consecuencias negativas en el ámbito de la nueva ciudad astur.

Escuchar que «el urbanismo nace de la mano de los ingenieros de caminos», y en este caso de la mano de un medio de transporte como argumento vital para recuperar la ciudad es más que dudoso (el tren-tran del cual ya hablaremos); aún resultando metodológicamente correcto el trabajo efectuado, así como su grado propositivo con proyectos jerarquizados, el redactor del plan no es culpable del desacierto del encargo recibido.
La ciudad es un organismo complejo que solamente se debe gestionar desde la multidisciplinaridad, se deben resolver necesidades energéticas y de infraestructuras, problemas sociales de sus usuarios, de interrelación con el medio natural, problemas de escalas del hábitat y de la multiplicidad de sus entornos; siendo su gestión y no la forma la que debe ocupar el lugar central al hablar de futuro y de ciudad. En el caso que nos ocupa, la forma es el único tema de debate, y la gestión brilla por su ausencia. No existe planificación alguna con fechas para la iniciación de ningún tipo de obras; se carece de la más mínima coordinación administrativa a nivel estatal, autonómico y local; y por supuesto, no existe previsión económica alguna en ningún presupuesto ni estatal, autonómico o local para su financiación.
Como estrella principal de este plan territorial se presenta el tren-tran, principal e innovadora alternativa de transporte urbano para estos municipios. No se ha consultado, ni informado, ni mucho menos debatido si este medio de transporte que altera profundamente la imagen y percepción de la ciudad es admitido por la ciudadanía, falta total de respeto y talante democrático. Pero aún más, ni incluso la viabilidad del propio tren-tran es creíble. Para empezar, este medio de transporte está pensado para ciudades con núcleos de mayor densidad de población, y por supuesto, discurriendo por áreas urbanas ya consolidadas y no de futura creación. Se atenta a la razón y a la lógica, se nos dice: el área central (300.000 habitantes) genera 2.000 viajeros/hora (no todos usarán el tren-tran), el nuevo transporte previsto será de máxima accesibilidad con frecuencias de paso de 2 a 3 minutos (no existe ciudad alguna con esos intervalos) con unidades móviles con una capacidad de al menos tres autobuses urbanos actuales, el trazado abarcará unos 28 km y los tiempos de viaje serán de 25 a 35 minutos; y con estas premisas se presenta el tren-tran como la solución más óptima. Con los datos facilitados con anterioridad les aseguro que es imposible gestionar este transporte urbano, tren-tran, sin que ello suponga su inmediata ruina y quiebra económica, echen números y vean el número de viajeros que tocan a cada unidad móvil en acción.

No les parece que es muy difícil entender este tipo de planes territoriales guardándose en el cajón electoralista las directrices regionales de ordenación territorial. Exijo retomar el camino de búsqueda de consensos a la hora de desarrollar una estrategia de desarrollo territorial integral para la denominada Ciudad Astur, empezando por los propios municipios afectados, algo más que la propia área central de Asturias está en juego, es el futuro de los asturianos. Pido ideas y proyectos con debate y gestión, gestión y gestión. Aconsejo que se concentren las máximas energías en resolver los grandes problemas y carencias estructurales de nuestra autonomía, tanto a nivel social como económico; les recuerdo que sin infraestructuras el desarrollo regional es imposible y al día de hoy Asturias aún carece de muchas de las más imprescindibles, siendo una de las regiones, por ejemplo, peor comunicada de España: No empleen, ni nos metan en estériles debates utópicos de planes territoriales sectoriales para distraer nuestras prioridades esenciales.


*Felipe Díaz-Miranda y Macías es arquitecto.


*La Nueva España, 13/03/07

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