El caos de los planes

RAÚL RUBIO RUBIO* : La rama más oscura del derecho no es ni la civil, ni la penal, ni siquiera la procesal. Es la urbanística. Si en cualquier disciplina del derecho un buen abogado te puede sacar de un apuro por el que a otro han condenado, en el urbanismo es imprescindible un buen experto, el sentirse avalado por la razón y el 'rezar lo que se sepa' para que te la den». Me lo decía un profesor de derecho mientras opositaba a secretario de ayuntamiento. Nunca entendí muy bien como podía ser tan difícil aplicar unas normas que, a priori, no me parecían más complicadas que las del derecho administrativo, comercial o internacional. Pero el tiempo me ha terminado convenciendo. Sobre todo desde que en los pequeños pueblos extremeños se han creado los planes de urbanismo. Pueblos en los que se quieren poner en práctica normas o planes propios de ciudades mayores y termina siendo todo un inconveniente para la construcción y el desarrollo. En Jaraíz de la Vera esperan «una modificación de las normas urbanísticas», según informa HOY, tras ser anuladas al ser recurridas por un particular. En otros pueblos de la provincia se están preparando candidaturas a las elecciones municipales teniendo como parte esencial del programa el cambio en los planes de urbanismo.

Hace quince días solicité información sobre las obras de la Diputación de Cáceres en Villanueva de la Sierra. No me han contestado. En dichas obras han tenido que realizar varias modificaciones sobre la marcha. Si la obra la hubiese realizado un particular seguro que la habrían parado.

Estas obras se hacen en terrenos particulares, sin conocimiento de los propietarios y sin ser expropiados. Las medidas determinadas en el proyecto se han modificado arbitrariamente. Todo ello seguro que no tiene ninguna repercusión en los honorarios de los ingenieros. Las contradicciones no se limitan al proyecto de obra y su ejecución. La Junta hace unos planes de urbanismo en los que se imponen las unidades de actuación (UA). Estas consisten en la agrupación de varias pequeñas parcelas, varios propietarios y planificar la urbanización de las mismas de forma conjunta. Dado que en los pueblos pequeños no existe gran demanda de viviendas, estas UA son irrealizables. Pero si alguno de los propietarios quiere urbanizar su parcela de forma individual es imposible, según informa la oficina comarcal de urbanismo.
Ahora bien, si la Diputación o el Ayuntamiento quieren realizar trabajos en la zona, todas las normas anteriores no son tenidas en cuenta. Esto, que puede parecer un abuso, se multiplica por mil cuando se trata de pagar. Terrenos que eran rústicos antes del plan de urbanismo, los convierten, por su gracia, en urbanos. Al propietario ni siquiera le interesa que sean urbanos. Si con anterioridad al plan no pagaban ningún impuesto, pasan a pagar diez euros por metro cuadrado o más. Lo venden como un favor al propietario del terreno, pues siempre podrá venderlo a mejor precio. Ellos valoran unilateralmente los terrenos. El propietario no interviene en todo el proceso, salvo que sea experto en el tema o busque asesores. Esto último se descarta, pues cualquier experto cobra por la consulta lo que no vale el terreno.
Algún secretario de Ayuntamiento llama especulador al dueño de los terrenos, para el que estas tierras continúan siendo pequeñas viñas, de entre 500 u 800 metros cuadrados, donde antes se sembraban patatas o forraje por su cercanía al casco urbano. Hablamos de metros cuadrados valorados en menos de 50 euros, no en los 1.000 o 2.000 de otros sitios. Al final el propietario paga más impuestos y no puede construir. Paga por un terreno del que no dispone y además es especulador, en unos pueblos donde el casco urbano cada vez esta más abandonado, los vecinos son menos y sus propiedades menos valiosas.
Hay normas que merecen la insumisión o al menos la intervención del director general de Urbanismo, como anuncia en HOY, para clarificar las mismas. Cuando varios organismos administrativos tienen competencia en un mismo tema (competencia no implica responsabilidad en la administración) el pagano de sus 'obras' es el ciudadano.


* RAÚL RUBIO RUBIO | PERIODISTA


* HOY - Opinión - 13.02.11

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