LAVOZ/Lugo* : Al pie de una recta en la N-634 en Barreiros, en la fachada de un edificio impecable, cuelga doblada, como abandonada y solo sujeta por un extremo, una pancarta de lona en la que con grandes caracteres se indica que hay pisos a la venta. Los coches pasan; ninguno se detiene. Es la metáfora de Barreiros. En el año 2006, cuando el municipio se proyectaba como el Sanxenxo del norte de Galicia, pocos podían prever que cinco años después casi no se iba a mover un ladrillo. Aquel año, la Xunta anticipó varios meses en Barreiros el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, con una intervención que tuvo efectos demoledores. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia acaba de sentenciar que la actuación fue correcta y que las normas provisionales que se dictaron en el año 2007, y que prácticamente impiden volver a hacer edificios, deben seguir en vigor en tanto no se apruebe un nuevo Plan Xeral de Ordenación Municipal.
En la recta de San Miguel, en las otrora codiciadas huertas y fincas, se levantan esqueletos de edificios con el ladrillo a la vista. No se ve a un obrero. Las grúas están paradas. En los pocas promociones concluidas no hay movimiento; las persianas están bajadas y si se alcanza a ver tras alguna cristalera se observan las paredes nítidas y las habitaciones sin muebles. «Nas oficinas de venta xa non hai ninguén, porque os construtores teñen as mans atadas ata que se resolvan os contenciosos. Non teñen marxe para subir ou baixar prezos, non poden facer nada», explicó el responsable de una inmobiliaria. De las cinco que había hace años en Barreiros, ahora solo queda una.
Negocio redondo
En el 2006, las promociones llegaban a venderse enteras sobre plano. El negocio era redondo para todos. Bastaba con pagar la entrada y sentarse a esperar, a revender incluso antes de que el edificio se iniciase. Pero la intervención de la Xunta dio al traste con todo eso.
Presentó contenciosos solicitando la anulación de las licencias y la Justicia ordenó la paralización cautelar de las obras. Muchas no se iniciaron y quizás ya no lo hagan tampoco. «Aínda que a Xunta retire agora os contenciosos, non se van facer 3.000 pisos. Non hai bancos dispostos a poñer os cartos. Con que se remate o que está comezado e se venda o que hai feito xa sería moito», opina el titular de una inmobiliaria.
Constructores asfixiados
José Pulpeiro lleva toda la vida haciendo edificios en A Mariña. Heredó la profesión de su padre y se la ha inculcado también a sus hijos. «A anterior Xunta cebouse con Barreiros. Eu tiña unha finca e unha licenza en San Pedro, con todo pagado. Ía empezar a edificar e mandáronnos parar. Levo 220 millóns de pesetas investidos alí», explica. Pulpeiro no es demasiado optimista: «Hai moitos construtores totalmente asfixiados. ¿Como aguantan? Supoño que moito xa é dos bancos».
Barreiros fue un pozo de ambiciones y hoy sigue pagando las consecuencias. Abocados a un túnel sin salida, constructores, Xunta, Concello y Diputación están poniendo de su parte para buscar una solución, que básicamente parece pasar por retirar los contenciosos. Eso enerva a parte del PSOE y del BNG. En este contexto, el fallo del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia no es más que otra piedra en ese camino, a la espera de si se depuran o archivan las diligencias abiertas contra el gobierno local de Barreiros por la concesión de licencias.
* La Voz de Galicia - 16.02.11
Foto: Barreiros (Lugo) - mma
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