ANDRÉS PRECEDO LEDO* : Cuando utilizamos el ladrillo como sinónimo de exceso constructivo lo referimos a los promotores privados y nos olvidamos que existe también un ladrillazo del sector público. Durante muchos años las instituciones llenaron el territorio de edificios; unas veces porque la demanda de entonces lo requería y otras porque el ladrillo es muy agradecido electoralmente. Nos encontramos con la situación actual de edificios en desuso. No es más que una reproducción de la cultura de lo nuevo frente a la cultura rehabilitadora. Lo vemos en nuestras ciudades, en nuestros pueblos, en nuestros hospitales: centros de investigación de nuevo cuño vacíos porque no hay investigadores, hospitales vacíos porque nunca se pensó si era necesario construir otro nuevo o reutilizar y ampliar el existente. Es un mal generalizado en todo lo que se hace con dinero público. Y esto tiene que cambiar. Tal vez sea uno de los ámbitos donde las crisis nos devuelva el sentido común. Es necesario para ello romper los esquemas al uso, asumir una nueva cultura del desarrollo, y aprender a gestionar un dinero que por ser de todos parece que no es de nadie.
Se precisa también una buena dosis de imaginación y un pensamiento abierto al futuro, que necesita ser reinventado. Pero tal vez para hacerlo fuera necesario un recambio político, porque la propia cultura de partido, que termina por encerrar a la clase política en una burbuja, ha terminado por llevar esa política a un cementerio de ideas. El paradigma de nuevas construcciones, de más y mayores equipamientos, de nuevas viviendas debería dar paso a un pensamiento más racional que en lugar de seguir instalado en el más, pensara como reutilizar lo ya construido.
* La Voz de Galicia - Opinión - 17.01.11
La otra cultura del ladrillazo
en
19.1.11
por UrbanismoPatasArriba
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