LAVOZDEGALICIA* : Cuarteles, lonjas, mataderos, antiguos conventos, edificios en ruinas, construcciones recientes, estaciones de tren, centros culturales, teleclubes y, sobre todo, escuelas abandonadas en zonas rurales. Galicia contabiliza casi un millar de edificios de titularidad pública que carecen de uso, algunos de los cuales presentan un estado de conservación deplorable. Según los datos facilitados por los propios ayuntamientos al Gobierno central -recogidos en la Encuesta de Infraestructuras y Equipamientos Locales- el grueso de las propiedades infrautilizadas se corresponde con centros educativos del medio rural, antiguas escuelas unitarias. Algunas de ellas, sobre todo en zonas próximas a villas y ciudades, han empezado a recuperar un uso como locales vecinales o centros culturales, tal y como recuerda Carlos Fernández, presidente de la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp). Pero no ocurre lo mismo en áreas más deshabitadas del interior de Lugo y de Ourense.
Solo A Fonsagrada contabiliza 26 escuelas sin uso y en Cervantes, también en la montaña lucense, la cifra se sitúa en 22. El abandono o la infrautilización de los edificios públicos no constituye solo un problema rural como consecuencia del declive demográfico.
Las limitaciones económicas de los ayuntamientos, máxime en época de crisis, unido a la lentitud y a la espesura burocrática de las negociaciones entre distintas esferas de poder han condenado al desuso a edificios públicos que ocupan lugares emblemáticos.
En algunos casos los inmuebles infrautilizados son titularidad de la Xunta, que pese a recortar su gasto de alquileres un 6,8% por la crisis, destinará este año 9,3 millones de euros para el arrendamiento de oficinas. En Pontevedra, por ejemplo, la Administración autonómica tiene un edificio sin uso en la calle Benito Corbal.
La infrautilización de inmuebles de titularidad pública tiene en Santiago un ejemplo en el antiguo chalé de Roxos, que fue residencia oficial de Manuel Fraga durante muchos años y que luego se convirtió en centro de menores con el bipartito. Se encuentra en un estado lamentable de conservación y la Xunta prevé acometer el derribo pronto, trabajos que le costarán entre 20.000 y 30.000 euros.
En Ferrol existe otro inmueble propiedad del Ministerio de Hacienda vacío desde el traslado de ese servicio a la zona de As Telleiras, en el 2006. El Concello ya ha solicitado su cesión al Gobierno central. En la misma ciudad se ubica otro inmueble emblemático, el cuartel Sánchez Aguilera, sin uso desde hace una década y donde Defensa y el Concello prevén rehabilitar algunos pabellones y construir nuevas viviendas.
Pocos kilómetros al norte, en A Coruña, hay tres ilustres muestras de edificios públicos en desuso: el Gobierno Militar, la Comandancia de Marina y la antigua fábrica de tabacos. Esta última, propiedad del Ayuntamiento, se encuentra sin uso a la espera de que se concrete un convenio con la Xunta para albergar los servicios de Justicia. La fábrica ha llegado a perder una subvención de 25 millones de euros que concedía el ya desaparecido Ministerio de Vivienda. En Ourense capital hay tres ejemplos paradigmáticos: la antigua cárcel, el balneario y el claustro de San Francisco.
Falta de recursos
La infrautilización de dependencias públicas afecta a inmuebles de construcción reciente. Es el caso de la guardería del campus de Lugo, construida por la Xunta hace años y que no se pudo abrir por ese motivo. Ahora se está a la espera de que entre en vigor el nuevo PXOM, cuya aprobación definitiva depende de la Xunta. Los graves problemas económicos de los ayuntamientos han mermado sus proyectos de rehabilitación.
* La Voz de Galicia - 17.01.11
Foto: A Coruña, tabacalera abandonada - laopinión
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