NORTECASTILLA* : Pagar al secretario municipal, la iluminación pública y la calefacción de la casa consistorial no debería suponer un esfuerzo presupuestario excesivo, pero a veces es todo lo que los regidores pueden hacer con los ingresos municipales. Para algunos ayuntamientos de la provincia llegar a fin de mes en estos tiempos de recortes está siendo casi tan difícil como para las familias que afrontan las consecuencias de la desaceleración económica. Los gastos corrientes que tienen que asumir los municipios superan en ocasiones el montante total de sus cuentas y, con ingresos que en ocasiones no alcanzan los 30.000 euros al año, es complicado pensar en algo más que llenar la cesta de la compra. Muchos alcaldes tienen iniciativas en cartera y sueños con los que evitar la lacra de la despoblación, pero se encuentran con las manos atadas a la hora de asumir cualquier proyecto inversor.
Los ingresos procedentes del Estado se han recortado este año en un 18,2%; los que provienen de los impuestos a los vecinos continúan reduciéndose en la misma medida que el vecindario y, para mayor desgracia, los Planes E no parece que vayan a tener continuidad. Entre 2009 y 2010 el Gobierno de la nación repartió entre los pueblos de Valladolid 149 millones de euros gracias a estos dos fondos extraordinarios de inversión local que, al no estar condicionados, supusieron una bocanada de aire fresco para la mayoría de los municipios.
Este año la asfixia ha tocado techo y muchas pequeñas localidades han optado por no presentar solicitud a ninguna subvención que conlleve una aportación municipal, aunque se trate de porcentajes más o menos simbólicos, como es el caso de los planes provinciales de la Diputación, o del convenio para la restauración de iglesias y ermitas.
«No es que no queramos, es que no podemos. Ningún alcalde de un pueblo pequeño desea que su municipio desaparezca, ni quiere que se convierta en una urbanización, pero sin dinero poco podemos hacer. Yo querría arreglar la iglesia para enseñarla -explica el alcalde de Almenara del Adaja, Jesús Antonio Martín- pero ni siquiera puedo mantener encendida su iluminación».
Martín, al igual que otros tantos regidores, no dispone de más ingresos que los de los impuestos y los pagarés a cuenta del Gobierno. Sin pastos (no hay ganadería), sin apenas piñones y sin las alegrías que proporcionan las licencias de la construcción, el pueblo sobrevive con un presupuesto que ronda los 27.000 euros. Almenara tiene ahora 31 vecinos, pero sus gastos corrientes son los mismos que cuando tenía el doble.
Los pueblos de Valladolid no son los únicos. Solo la caída en la participación de los ingresos del Estado supone que los municipios de Castilla y León hayan dejado de percibir 170,5 millones de euros que se suman a las drásticas reducciones que están experimentando los planes provinciales y a que el aumento del IVA en julio generó una merma presupuestaria próxima al 1%.
Ante esta situación, las infructuosas solicitudes para modificar la Ley de Haciendas Locales están dejando paso a verdaderas llamadas de auxilio de los ayuntamientos y diputaciones de España y, sobre todo, de la Federación de Municipios y Provincias, que no deja de gritar la situación «agónica» de los ayuntamientos. La FEMP ha solicitado también recientemente un fondo de emergencia con 4.000 millones de euros que les permita, al menos, pagar sus deudas con las pymes locales.
Aunque todavía está en el aire, la amenaza del Gobierno de no permitir el endeudamiento a los ayuntamientos que tengan un volumen total de deuda pendiente de reintegro que supere el 75% de sus ingresos corrientes también ha caído como un jarro de agua fría en el medio rural. Si bien en Valladolid solo hay un puñado de pueblos que no podrían suscribir nuevos créditos los municipios, prefieren no endeudarse. «¿Para qué hacerlo, si nunca voy a tener dinero para pagarlo?», piensan los regidores.
«Los alcaldes vallisoletanos han hecho las cosas bien y por eso no están endeudados, pero eso no quita para que nos parezca que la medida debe flexibilizarse. En cualquier caso -explica el diputado de Hacienda, Víctor Alonso- los créditos no siempre solucionan el problema, porque el endeudamiento debe destinarse a inversión, no a gasto corriente».
En opinión del diputado, la disminución de los ingresos procedentes del Estado ha supuesto un duro golpe para los pueblos pequeños, que no tienen ingresos alternativos y que cada vez disponen de más instalaciones y servicios (centros cívicos o deportivos, centros de salud...) que mantener. «Es un problema de fondo -sostiene- porque el Gobierno no asume su compromiso de modificar la legislación para que las instituciones locales reciban ingresos en función de las competencias que desempeñan».
Al igual que están haciendo otras diputaciones -la de Salamanca repartirá entre los 361 ayuntamientos de la provincia 3,2 millones de euros de subvención directa- la institución provincial de Valladolid lleva años arbitrando medidas para facilitar que los ayuntamientos hagan frente a sus gastos corrientes. La disminución de la aportación municipal a los planes provinciales, que ha pasado de un 27% en 2007 al 10% en 2011, es una de las más evidentes, aunque también hay que apuntar otras como la que permite a los ayuntamientos destinar al gasto dos millones procedentes de esos planes.
Líneas de subvenciones
La Diputación invertirá también el próximo año dos millones de euros en el Fondo de Actividades y Servicios, una línea con la que cofinancia las actividades culturales, sociales y deportivas de los municipios; y mantendrá los anticipos a los ayuntamientos de gran parte de los impuestos recaudados por el Organismo Autónomo de Recaudación. Por otro lado, gracias a la Caja de Crédito, dará préstamos al 1% para financiar las aportaciones municipales a los distintos planes de la institución.
Como novedad de cara al 2011 destaca el programa energético municipal que, con 1,5 millones de euros, persigue echar una mano con todas aquellas medidas destinadas a aminorar el consumo eléctrico de los pueblos.
* Norte Castilla - 9.12.10
Foto: La restauración de la iglesia de La Asunción tendrá que esperar. El Ayuntamiento de Almenara necesita que alguien asuma el 100% de la intervención.- nortecastilla
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