La corrupción se beneficia de una Justicia ineficaz y lenta

PÚBLICO* : Los expertos ven en la falta de pulso del sistema judicial una traba para indagar delitos tan complejos. Antonio Pedreira, el magistrado instructor del caso Gürtel en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, tiene en sus manos el último informe de la Fiscalía Anticorrupción sobre el caso Fundescam. En él, el ministerio público observa indicios de financiación ilegal del PP madrileño en las campañas de 2003, el año del tamayazo, y de 2004, turno de los comicios generales y europeos. Pudo cometerse falsedad documental y también delito electoral, pero ambos, asegura Anticorrupción, "se encontrarían prescritos".

Ese informe, como adelantó este diario la semana pasada, decía algo más. Puede hablarse de prescripción de tales delitos, "sin perjuicio de la valoración de los informes policiales y la documentación intervenida como indicios de conductas semejantes no prescritas". Es decir, que las indagaciones acerca de la financiación del PP madrileño, presidido desde 2004 por Esperanza Aguirre, podrían no haber concluido. Bien porque podría haber delitos cometidos en fechas posteriores, o bien porque los hubiese conectados con los de 2003 y 2004 y aún no estuviesen caducados. Al menos esa es la interpretación del PSOE, personado en la causa.

El galimatías legal hilvana varias preguntas. ¿Para qué sirve la prescripción? ¿Vencen todos los delitos? ¿Las prácticas corruptas están suficientemente castigadas? Y, al final, ¿existe la sensación de impunidad?

Público ha recabado las opiniones de cinco expertos. Y la primera coincidencia es que la lentitud de la maquinaria judicial, a la que ayuda una obsoleta Ley de Enjuiciamiento Criminal, con 128 años de vida, dificulta a veces la investigación rápida de casos como los de corrupción, especialmente complejos.

1. Prescripción, ¿para qué? Una cautela universal

"A todos los delitos y todas las penas se les acaban las pilas, todos prescriben. Ocurre en España y en todos los países democráticos", ilustra Joan Josep Queralt, catedrático de Derecho Penal de la Universitat de Barcelona. Y es así por razones de seguridad jurídica: un ciudadano no puede temer ser perseguido por tiempo ilimitado. También porque con el paso del tiempo, la valoración del caso cambia y pueden faltar datos para una correcta instrucción. "No olvidemos que la pena cumple la función de rehabilitación recuerda José María Asencio, catedrático de Derecho Procesal de la Universidad de Alicante. Si hay investigación fuera de plazo, el presunto delincuente puede haberse reintegrado ya en la sociedad".

Sólo hay dos circunstancias en las que los delitos jamás prescriben: en los casos de genocidio y los que atentan contra personas y bienes en situación de guerra. La última reforma del Código Penal, que entrará en vigor el 23 de diciembre, introduce una tercera excepción: las penas impuestas por terrorismo, y sólo si hay muertos.
2. ¿Qué diferencias hay? De 20 años a sólo 12 meses

La prescripción se liga a la gravedad del delito. Por ejemplo, un asesinato, castigado con hasta 25 años de prisión, prescribe 20 años después de su comisión. A partir de ahí, la escala va bajando, hasta llegar a las injurias y calumnias: un año.

La presunta falsedad documental en el caso Fundescam habría prescrito a los tres años. Sin embargo, la reforma del Código Penal de 2010 elimina los supuestos de caducidad a los 36 meses y alza el listón a cinco años, justo para evitar la "impunidad" en los casos de urbanismo, dice la ley.

Cuando concurren varios delitos, se tiene en cuenta para computar los plazos el más reciente y el que conlleva una pena mayor. Son estos supuestos a los que podría apuntar Anticorrupción para poder seguir investigando el caso Fundescam.

Pero ¿cómo se hacen los cálculos? Una vez que se presenta una querella ante el juez contra una persona por su participación en un delito, se suspende el tiempo de la prescripción. José María Asencio defiende que se estiren los tiempos para los delitos de corrupción, ya que los cometen cargos públicos que aprovechan su puesto para "impedir la investigación". Y cuando esta llega, puede ocurrir que la fase policial se alargue tanto que al final venzan los plazos.
3. ¿Y la corrupción? España, a la altura

La mayoría de expertos entiende que los castigos en España son "suficientes". Sólo Asencio propone una regulación autónoma para la corrupción, ya que hoy el Código Penal no recoge el delito de corrupción, sino una serie de conductas que se rotulan como tales: malversación, cohecho, prevaricación...

"El problema no es la pena o la prescripción sostiene Queralt, sino que hace falta más músculo del Estado: autoridades de investigación potentes e independientes, con medios y equipos. También se precisan políticas preventivas o reforzar la cooperación internacional. Y se requiere que los cargos públicos interioricen que manejan un dinero que no es suyo. Fiarlo todo a las leyes es ilusorio e ineficaz". Luis Rodríguez Ramos, catedrático de Penal de la UNED, apunta a "los partidos". "La Administración quizá debiera madurar más y no estar tan controlada por los políticos", razona.

Juan Carlos Carbonell, penalista de la Universitat de València, no cree que haya que culpar por igual a las fuerzas políticas. "Todas las reformas aprobadas para perseguir más la corrupción no han venido con el PP en el Gobierno. Es evidente que el electorado de izquierdas no tolera estos casos". Queralt subraya asimismo los "esfuerzos" del PSOE, aunque "ningún Ejecutivo se apunta a un festival de mejoras".
4. ¿Qué soluciones existen? Un sistema que nutre la impunidad

"La Justicia penal es propensa a la tardanza. Pero con esta Ley de Enjuiciamiento Criminal, de 1882, no se puede hacer nada", comenta de-salentado Fernando González Montes, catedrático de Procesal en Granada. El Gobierno, de hecho, ya prepara una nueva norma. "Sólo así se plasmará una Justicia rápida, moderna", añade. El profesor propone extender la mediación entre las partes para los delitos menos graves. Y, si se quiere que el ministerio público asuma la instrucción, "habrá que conferirle más autonomía".

Carbonell insiste igualmente en la necesidad de una nueva ley y sí apuesta por que los fiscales y no los jueces instruyan. "Habría unidad de criterio y no se perdería tanto tiempo en las inhibiciones de un juzgado a otro, como se ha visto con la Gürtel y el trajín entre el tribunal valenciano y el madrileño".

¿Cuál es la conclusión? "No hay interés en modificar una situación que favorece la corrupción y fomenta la impunidad", señala rotundo Asencio. Para González Montes, "una Justicia lenta es una Justicia mala, ineficaz e injusta". "Todo lo que haga que la Justicia no funcione con rapidez es malo, claro", aduce Rodríguez Ramos. Queralt incide en la idea de "más músculo". No es baladí: "La corrupción es un enemigo muy potente, con tentáculos por todos lados. Y muy sofisticado".




* Público - 2.11.10
Foto: Expedientes amontonados en 2008 en el Juzgado de Instrucción número 21 de Barcelona, en el paseo de Lluís Companys - publico



3 comentarios :

corrupciovalenciana dijo...

La corrupción pasa a formar parte connatural del sistema político y económico si no se la persigue con contundencia. La complicidad de los jueces es algo que también se puede comprar con los beneficios que reporta. La impunidad de la corrupción tiene consecuencias nefastas en nuestras sociedades: deslegitima a la democracia, hace menos competitiva nuestra economía y desarrolla las desigualdades sociales, porque los servicios públicos mal financiados pierden su calidad y las elites de poder se hacen más restringidas y endogámicas.
http://corrupciovalenciana.blogspot.com


publico

caminoalhades dijo...

LA JUSTICIA EN ESPAÑA ESTA "ATADA Y BIEN ATADA"
Heredada del Franquismo incólume e impertérrita, la Constitución consagró una casta endogámica de leguleyos que genera dinastías de jueces de derecha extrema, conservadores, ultraconservadores y nacionalcatóclicos en la mayoría de los casos.

Como no están sujetos al control ni a ningún otro contrapoder, pueden desprenderse de cualquier "elemento" extraño y ajeno a su casta (Garzón).

Actúan siempre para proteger los privilegios del franquismo, que sigue incrustado en la cúspide del poder en España. Ahora además dividida en 17 justicias "patios de monipodio" elegidas al servicio de los poderes autonómicos, para hacer que el cumplimiento de la ley en España sea sólo obligatorio para la clase media y trabajadora, (la única que paga impuestos), mientras que protege los intereses de la casta política con la que está en connivencia. Ejemplo de esto es el caso de Rodrigo de Santos en Palma de Mallorca, un ultraderechista que debía estar en la carcel y cuya condena por abusar de los amigos de sus hijos a 14 años de prisión fué reducida a sólo 5 años por el Tribunal de Justicia de Baleares con el argumento de que los abusos sexuales fueron tolerados y consentidos por los menores. Aún no me consta su ingreso en prisión. Recordemos que Rodrigo de Santos también fué condenado a sólo 2 años de carcel (condena por la cual tampoco ingresó en prisión) por usar dinero público para comprar cocaína y alquilar prostitutos masculinos, mientras se mostraba hipócrita y públicamente como un "católico padre de familia numerosa" en contra de los derechos de igualdad de los homosexuales.

Este país acabará convertido en un estado fallido como Méjico si no decapitamos la cúpula de la justicia corrupta y reformamos todo el sistema para ponerlo al contról del pueblo, con elecciones de fiscales y jueces de cada distrito, y absoluto control político de los Tribunales superiores y del método de elección de magistrados, pues las oposiciones a juez son un sistema opaco controlado por las familias de esa casta judicial.


publico

Robinjud dijo...

Efectivamente, la justicia tiene dos problemas. Su anquilosada estructura que bebe aún del sistema y prebendas franquistas. Su apego al poder politico y financiero que desvia sutilmente las tramas corruptas para llevarlas al olvido.

Hay tantos ejemplos de corrupcion politica que han sido olvidados que no me extraña que nadie plantee en Madrid ni tan siquiera una respuesta a algo tan grave como la corrupción electoral de Esperanza Aguirre. Estamos tan acostumbrados al rodillo judicial que como el delito ha prescrito todo sigue igual.
Para colmo la única política que trabajaba en el caso se ha dado de baja.
Un saludo desde aquí al magnifico trabajo de Reyes Montiel ya que la justicia no hace su trabajo.


publico