¿Guarda el fiscal un as en la manga?

LAVERDAD/Murcia* : Como la breve racha de viento que hace temblar las hojas anunciando la tormenta, algo flota en el ambiente, estos días, que apunta a que el 'caso Umbra' contiene una bomba entre esos miles de folios que, a lo largo de cuatro años de secreta investigación, han ido conformando las diligencias judiciales. Realmente, los primeros resultados de esta operación policial, desarrollada el pasado martes por agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, en absoluto justifican la expectación, incluso nacional, que ha levantado el asunto: sólo tres detenidos, el de mayor calado el director de la Gerencia de Urbanismo de Murcia, Alberto Guerra, y una veintena de imputados, entre los que sólo destacan el concejal de Urbanismo, Fernando Berberena, y el dueño del Real Murcia, Jesús Samper.

Escaso equipaje, y más con la que está cayendo por otros lares -casos Gürtel, Brugal, Matas...- y la que ya ha caído por éstos -casos Tótem, Ninette, Zerrichera, Biblioteca...-, para entender las razones de tamaña atención mediática y popular concentrada sobre el asunto. Y, no sólo eso, para comprender además las causas de la extrema confidencialidad y reserva con que se están llevando las diligencias, que en algunos casos roza la paranoia.
¿Tanto secretismo, tantas precauciones, tantos años de investigación... para 'cobrarse' una pieza menor, como lo sería un edil de Urbanismo, quien además pareció escaparse de rositas este viernes?
La única conclusión lógica que puede extraerse de todo ello es que en el 'caso Umbra', hasta el momento, pesan más las expectativas que los resultados. Que vale más lo que esté por venir que lo que ya se ha conocido. ¿Y eso?
«Pues porque en el foco de la investigación está Nueva Condomina, que para cualquiera que sabe algo de urbanismo en esta región es la madre de todos los escándalos, la madre de todos los negocios y la principal responsable de todo lo que ha ocurrido con el urbanismo regional en la última década», argumenta un letrado, experto en estos asuntos y asesor de un buen número de ayuntamientos populares y socialistas, que considera que «el trato tan favorable que el Ayuntamiento dio a Samper ha condicionado las ulteriores relaciones entre los consistorios y las promotoras».
La manera en que el ex secretario de la Liga de Fútbol Profesional irrumpió en Murcia, en el año 1999, está sobradamente contada, por lo que no merece la pena extenderse demasiado: adquirió por 275 millones de pesetas un Real Murcia en Segunda B y a punto de desaparecer, ofreció al Ayuntamiento construir un campo de fútbol de primera categoría y colocar al equipo en lo más alto del fútbol profesional y, para lograrlo, reclamó el apoyo institucional para un proyecto empresarial -apenas esbozado entonces- que le reportara suficientes plusvalías como para permitirle invertir lo necesario en el club.
«Dos raciones de lo mismo»
La operación urbanística que Samper acabó completando con Nueva Condomina, donde sin apenas jugarse un euro propio logró hacerse con casi un millón de metros cuadrados urbanizables, merece ser estudiada en las universidades, aunque no se explicaría sin la circunstancia excepcional que significa poder presentarse a sí mismo como depositario del sentimiento grana.
Huelga decir que, después de aquello, importantes promotoras con intereses en la zona se dirigieron al Ayuntamiento para pedir dos raciones de lo mismo. De ahí los otros cinco convenios, ahora bajo sospecha, que acabaron firmándose en años sucesivos.
El asunto, con todo, no se quedó ahí. Cuando, además de haberle multiplicado por cuatro el aprovechamiento urbanístico a Nueva Condomina, trascendió que el Consistorio le había perdonado la cesión del 10% a que obliga la ley (40.000 m2 de terreno, valorados en unos 30 millones de euros), y que sólo había acabado reclamándolo a la fuerza, a raíz de una demanda judicial promovida y ganada por terceros, el fiscal jefe, Manuel López Bernal, consideró que tamaña generosidad municipal resultaba ya más que sospechosa y anunció que iba a abrir de oficio diligencias informativas.
Corría el mes de julio de 2006 y dos años más tarde presentaba denuncia en los juzgados. Algo que ahora -otros dos años después- ha trascendido, al desencadenarse la 'Operación Umbra'.
El primer balance del asunto resulta bastante decepcionante. ¿Cuatro años de investigaciones, cientos de horas de grabaciones telefónicas, miles de horas de trabajo de los UCO y de inspectores fiscales, la coordinación personal del caso por parte del fiscal superior... todo eso para llevarse por delante a un gerente de Urbanismo y para que el edil del ramo, Fernando Berberena, el imputado más relevante, salga del juzgado haciendo el signo de la victoria?
«Tiene que haber más, mucho más. De otra forma, no encuentro explicación a lo que se ha hecho hasta ahora», razona un letrado que lleva la defensa de uno de los imputados. A lo que un compañero suyo añade: «Creo de que el fiscal jefe está convencido que tiene en sus manos la madre de todos los casos de corrupción, aunque hasta el momento se ha cuidado mucho de mostrar sus ases».
Y sostiene un tercero: «Este asunto viene con sorpresa. Seguro. Yo creo que al final saldrá algo grande. Y que el fiscal jefe acabará en esa ocasión por poner la Región entera patas arriba, o le tocará marcharse a su casa».






* La Verdad - 10.10.10
Foto: Murcia no se Vende, pancarta - murcianosevende

1 comentarios :

Ricardo dijo...

Nos han acostumbrado estos politicos que todo lo que pasa lo veamos con normalidad, y cuando tocan a estos que son los que nos han llevado a la ruina a todos los murcianos con burbuja esta inmobiliaria... comprando pisos a 300.000 € con unos sueldos bajisimos y ellos son los que se han llevado las ganancias.... ahora actua la fiscalia y resulta que no vemos bien que saque toda la mierda..... así nos va ir el futuro...


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