IDEAL/Jaén* : Arquitectos y aparejadores, del todo a la nada en poco más de dos años. Se han escrito cientos y cientos de páginas de periódicos sobre los efectos colaterales del batacazo de la construcción sobre los 'curritos', los que están a pie de obra poniendo ladrillos y alicatando cuartos de baño. Ahí están, por ejemplo, los 7.200 albañiles que hacen cola ante a las oficinas del Inem cuando antes de la crisis, en plena burbuja inmobiliaria, había bastantes problemas para encontrar personal. Pues bien, esto mismo está sucediendo con otros profesionales, los que diseñan y supervisan la erección de edificios, que también están pasando las de Caín con el desplome de un sector que presenta en estos momentos, aquí en Jaén, unos niveles de actividad similares a los que había en 1960, hace más de medio siglo.
Tanto es así que ahora mismo se contabilizan 125 arquitectos y aparejadores inscritos en el en el Servicio Andaluz de Empleo (SAE), de los cuales 109 están en situación de paro y 16 buscan mejorar su ocupación actual. Parecen pocos, pero es que hace poco más de dos años no había ninguno. Es más, en el caso de los 'peritos', muchos conseguían colocación incluso antes de acabar los estudios, en los dos últimos años de carrera.
Así lo confirman desde el Colegio de Aparejadores de Jaén. «Hasta hace poco había tanta demanda que era imposible localizar gente en la bolsa de empleo», señalan estas fuentes, quienes agregan que «ahora el panorama ha cambiado radicalmente». ¿Qué alternativas tienen? Muchos de ellos ejercen de manera libre, prestando sus servicios a terceros de forma autónoma. Unos pocos siguen controlando la ejecución material de los pocos inmuebles de VPO que se están levantando hoy día en Jaén. También los hay que se dedican a la tasación de terrenos y viviendas, o que realizan proyectos para empresas privadas, o que se preparan oposiciones para intentar entrar en las oficinas de urbanismo de alguna administración -aunque las ofertas de empleo público también han disminuido de forma considerable de un tiempo a esta parte-.
Las caras de la noticia
Francisco tiene 32 años y es jefe de estudios de una promotora afincada en la capital. «Vivimos una época muy difícil y llena de incertidumbres ya que, además de conseguir contratos eventuales y en precario, trabajamos con muchísima presión», comenta. «Para mí todos los meses suponen una reválida», agrega. Respecto al sueldo, también ha visto cómo sus honorarios bajaban exponencialmente. «Yo, al igual que muchos de mis colegas, llegamos a cobrar más de 3.000 euros al mes, pero ahora percibimos hasta un 50 y un 60 por ciento menos».
Arturo acabó Arquitectura hace dos años y, desde entonces, está 'enrolado' en estudio de su padre, un profesional de mucho prestigio en la provincia. «Yo por ahora estoy aquí, pero la única salida que están encontrando muchos compañeros de mi promoción es marcharse al extranjero, a países como Suiza y Holanda», manifiesta. Según Arturo, otra opción es seguir formándose, «ya que si el panorama es difícil para los más antiguos, imagínate para los nuevos».
* Ideal - 12.09.10
Foto: Jaén, vista - artearqueohistoria.com
Las otras víctimas del 'ladrillazo'
en
12.9.10
por UrbanismoPatasArriba
Unknown
Tema: NOTICIAS Andalucía
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
1 comentarios :
'Pobres' víctimas del ladrillazo: arquitectos y aparejadores... Cuando la gran mayoría de ellos estuvo forrándose hasta hace pocos años, en la época de las vacas gordas, en vez de hacer crítica al disparate urbanístico acontecido en la costa española y/o en las ciudades del interior. Ahora que estamos en horas bajas (producto de ese desmadre urbanístico), se ponen a llorar y a pedir, como los mismísimos promotores y constructores, ayudas de 'papá' Estado y la continuación de las salvajadas territoriales que, ellos mismos, firmaron como ténicos y responsables de la construcción.
Realmente es triste la falta de autocrítica de una profesión (arquitecto) que hasta hace poco estaba altamente considerada en la sociedad (y remunerada igualmente), que poseía, además, una visión global de las necesidades de este país en vivienda, urbanismo, medio ambiente, construcción, rehabilitación, etc.
Pero la relajación de los propios profesionales, su masificación y, sobre todo, la complicidad de los Colegios Profesionales, teóricamente encargados de velar por esa dignidad profesional, han hecho que, hoy en día, la profesión de arquitecto haya caído hasta el limbo de replantearse su utilidad pública (se le puede llamar también ineficacia, vulgarización o indiferencia general, salvo las discutidas 'estrellas' mediáticas por todos conocidas).
Y es que aquí los Colegios Profesionales (que visan los proyectos) y el órganismo superior del Consejo General de Arquitectos, han hecho la vista gorda, mirando para otro lado, en esos largos 10 años (diez) de barbaridades urbanísticas y/o constructivas, que han llevado a este país a un sucidio colectivo en la Ordenación del Territorio.
Evidentemente, algunos no hemos querido colaborar con semejante desastre urbanístico estatal, aun a costa de perder dinero (¿es el dinero lo más importante?) y de ganarse enemigos en una profesión servil al poder de turno (sea izquierda o derecha).
Tampoco han tenido, por causas comprensibles, responsabilidad en semejante barbarie urbanística, las generaciones más jóvenes, recién tituladas, a los que habría que pedir, no obstante, un mayor espíritu crítico con lo realizado por las generaciones anteriores.
En fín, que en todas partes 'cuecen habas' y en la arquitectura y en el urbanismo no podían ser menos. Confiemos en esas generaciones más jóvenes y su renovado espíritu crítico para cambiar radicalmente la situación de una profesión desprestigiada y, ahora también, lamentablemente con un alto índice de paro.
...
Publicar un comentario