La dimisión de los arquitectos

LAROTONDA/ABC/Cataluña* : Del proceso de consulta de la Diagonal se pueden hacer varias lecturas, y una nada menor es la que implica, y no deja en demasiado buen lugar, a los profesionales que se dedican a la arquitectura y al urbanismo. Muchas voces han hecho notar la extraña dimisión que ha afectado a este colectivo durante el proceso, en la que la mal llamada participación ciudadana ha acabado por sustituir, en aras de intereses políticos que nada tienen que ver con la democracia participativa, lo que no debería haber sido otra cosa que una decisión técnica.

Luis Alonso, uno de los aspirantes a decano del Colegio de Arquitectos de Cataluña -finalmente ganó Lluís Comerón- explicó que fraguó su candidatura precisamente como reacción a todo el proceso de la Diagonal, extrañado de que la profesión como colectivo no levantase la voz ante tamaño despropósito. Así ha sido.
El Colegio de Arquitectos no se ha pronunciado como tal, y sólo a título individual se ha conocido la opinión de algunos profesionales, empezando por el propio Alonso, que se atrevió a soltar algo tan sensato, pero políticamente incorrecto en los tiempos que corren, como que «el diseño de la Diagonal no puede ser democrático». Aunque se ha acusado a arquitectos y urbanistas, y no sin razón, de crear más pensando en ellos mismos que en los usuarios finales de sus dibujos, extender la democracia participativa como dogma a cualquier proyecto urbano sería algo tan insensato como que los músicos o los poetas acabasen apuntando tal nota o tal rima por votación popular.
De aquel despotismo ilustrado de los primeros ochenta, representado por un todo poderoso Oriol Bohigas, se ha pasado a una urbanismo pseudo asambleario, tan aparente en las formas como falso en el fondo. Ni una cosa ni otra.
Una buena aproximación a estas cuestiones, tanto a la reforma en sí como a su proceso de participación, es el libro «Diagonals». Opinions sobre la reforma de l´avinguda de la Diagonal», que ha editado el FAD (Foment de les Arts i del Disseny), y recoge la opinión tanto de urbanistas, arquitectos, líderes vecinales, políticos, expertos en movilidad... en definitiva, un compendio de opiniones fundadas que, más o menos coinciden en un asunto: consultar a los ciudadanos sí, usarlos como coartada para tomar decisiones, no.





* ABC - 8.05.10

1 comentarios :

CarlosR dijo...

Normal lo que ha ocurrido con la profesión de arquitecto, antaño considerados como semidioses, hoy han perdido casi todo el prestigio que se había ganado durante generaciones.
Las razones son varias. Una, la masificación de una profesión considerada como arte y ciencia a la vez. Otra, la falta de renovación de unos colegios profesionales obsoletos que no han sabido ponerse en cabeza de la nueva era digital. Los dirigentes, como en política, suelen ser siempre los mismos y no los más capaces de resolver la situación actual. Y, finalmente, la falta de ética y escrúpulos de unos profesionales puestos al servicio del capital y del que manda.
No han sido capaces, por mucho que diga el Consejo de Arquitectos y los Colegios territoriales de crear un código de buenas prácticas profesionales, y aquí no me refiero a las técnicas (que se presuponen) sino a las personales de cada individuo para ponerse al servicio de una sociedad moderna que nececesitaba de su experiencia en todos los sentidos (también éticos).
Pero lo peor viene cuando desde las más altas instancias colegiales no se quiere o no se sabe hacer autocrítica. Así ha ocurrido en la época de las vacas gordas y, ahora, en la de las flacas.

En fin que me cuesta hacer esta crítica descarnada de una profesión muy querida, a la que me siento profundamente ligado y donde, además, tengo grandes amigos que, por culpa de lo dicho anteriormente, lo están pasando francamente mal.

Por lo demás, en la era 2.0/3.0 las consultas ciudadanas, bien planificadas y transparentes, son una buena solución para determinados asuntos urbanísticos de fuerte impacto urbano, como ya he dicho en este blog repetidamente.
.