20MINUTOS* : Comprar un pueblo entero por menos de lo que vale un piso. Con esta atractiva consigna, los promotores inmobiliarios intentan abrir un canal novedoso en el sector. Hay más de 500 aldeas en estas condiciones. El pueblo de Lacasta, en la provincia de Zaragoza, es el precedente más conocido de este tipo de transacciones. Se puso en venta hace dos años por 189.000 euros y tuvo un gran impacto mediático. Y, como éste, ha habido otros, incluso más económicos.
Para muestra, Oteruelo de Ocón, en La Rioja, donde se ofrecían once edificaciones del casco urbano y 5.000 metros cuadrados de terreno a cambio de 176.000 euros.
La oferta parece tan buena que lleva a preguntarse si es real o, al menos, dónde está el truco.
Cualquier núcleo de población, aunque esté deshabitado, se compone de bienes privados y públicos. Es posible comprar varios inmuebles en una aldea, incluso comprarlos todos, pero siempre habrá zonas de carácter público con jurisdicción municipal, autonómica o estatal. Y ésas no están en venta.
Es posible comprar todos los inmuebles de una aldea, pero siempre hay zonas de carácter público que no se venden
Perfiles de comprador
Entre los perfiles habituales de comprador destacan los inversores inmobiliarios y los particulares con un proyecto concreto de negocio. Los primeros centran su interés en la compraventa: adquieren por separado un buen número de propiedades y, después, las venden como un paquete urbanístico
Los particulares, por el contrario, se sienten atraídos por el conjunto y sus posibilidades. Orientan sus expectativas al sector turístico o a los proyectos sociales y ecológicos, como las comunidades naturistas, los huertos orgánicos, los balnearios y casas rurales o los centros de meditación. El agroturismo está de moda y las propuestas rurales "antiestrés" funcionan.
Entre los perfiles más usuales de comprador destacan los inversores inmobiliarios y los particulares con un proyecto concreto de negocioUn ejemplo muy conocido y próximo -aunque fuera de las fronteras-, es el del prestigioso chef Alain Ducasse, quien adquirió un pequeño conjunto urbano en Bidarray (Francia) y reconstruyó todos los inmuebles para fundar allí mismo un hotel. Desde entonces, las antiguas casas funcionan como alojamiento y una de ellas, la más grande, como recepción y restaurante. Proyectos como éste son viables, pero requieren mucho dinero.
Otras personas interesadas en comprar son quienes tienen un gran poder adquisitivo, encuentran un pueblo abandonado que les gusta y deciden reconstruir sus edificios para uso personal, no lucrativo.
Por otra parte, muchas veces son los propios vecinos o ex vecinos de una aldea quienes empiezan a comprar algunas casas y acaban convertidos en los únicos dueños. Este caso es frecuente y no pasa tanto por el dinero como por la parte afectiva: los antiguos moradores de un pueblo intentan así evitar que desaparezca.
Ventajas y desventajas
Por el mismo dinero que cuesta un piso de tamaño medio en la ciudad, pueden adquirirse varios inmuebles de mayores dimensiones e, incluso, restaurar uno de ellos para transformarlo en un hogar. Más espacio, más terrenos, calidad de vida en un entorno natural y, además, la posibilidad de encontrarle una salida comercial.
No es tan fácil, sin embargo, resumir las contraprestaciones. Como primera cuestión, hay que tener en cuenta que la mayoría tiene problemas de accesibilidad: quedan lejos de otros núcleos urbanos o los caminos para llegar hasta el lugar son malos. A su vez, muchos pueblos abandonados se encuentran reducidos a escombros.
Los pueblos abandonados rara vez cuentan con suministros eléctricos o tienen servicio de saneamiento Los pueblos abandonados rara vez disponen de suministros eléctricos o servicio de saneamiento, ya sea porque quedaron deshabitados o porque nunca los tuvieron. Tampoco hay conexión a la red telefónica y, por su ubicación, los móviles no siempre tienen buena cobertura.
Los ayuntamientos, por ley, están obligados a brindar ciertos servicios, como el cableado eléctrico y el alcantarillado, por lo que habrá que dirigirse al consistorio responsable y concretar sus obligaciones. A partir de ahí, será responsabilidad del propietario continuar con la conectividad y las obras.
La excepción a esta regla se da cuando los ayuntamientos tienen especial interés en revitalizar una zona. Puede ocurrir que el enclave en cuestión tenga posibilidades de progreso y beneficio colectivo si se aúnan los recursos privados y públicos.
Consejos útiles en la elección
* En primer lugar, averiguar cuáles son las aldeas abandonadas y dónde se encuentran. La ubicación, las condiciones climatológicas y orográficas, así como la facilidad de acceso.
* Una vez seleccionados los posibles candidatos, lo siguiente será conocer cuáles son los bienes privados que lo componen, y se pueden comprar, y a quiénes pertenecen. Esta información puede solicitarse en la Oficina de Catastro, que depende del Ministerio de Economía y Hacienda.
* Antes de contactar con los propietarios para saber si están interesados en vender sus inmuebles y terrenos, es muy importante dirigirse al ayuntamiento correspondiente para saber cuáles son las posibilidades reales de abastecer al pueblo de los servicios básicos, qué trámites hay que hacer, cuánto tiempo tardaría la gestión y evaluar qué coste tendría.
* 20 Minutos - 26.02.10
Foto: Lacasta es el pueblo abandonado y vendido más conocido - 20minutos.es
Hay 500 pueblos a la venta, y al precio de un piso
en
26.2.10
por UrbanismoPatasArriba
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Tema: NOTICIAS URBANISMO , NOTICIAS VIVIENDA
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