El TSJ frena el hormigón en la costa de Dénia

ELPAÍS/Alicante* : La Generalitat ha recibido un duro varapalo en Dénia después de que el TSJ haya anulado una resolución de la Consejería de Territorio que permitía a las promotoras incrementar la altura de miles de futuros bloques de apartamentos en la costa. La citada resolución fue dictada en 2007 como una corrección al planeamiento urbanístico redactado un año antes por el gobierno local de PSPV y BNV, al que ahora el tribunal ha dado la razón.

Ésta es la enésima ocasión que una sentencia avala la política restrictiva que socialistas y nacionalistas, en la oposición tras la moción de censura de julio, intentaron aplicar en el litoral de Les Marines, pero con un matiz importante: antes los tribunales se pronunciaron contra las promotoras pero ahora lo han hecho contra la Administración autonómica.

Territorio pretendía que todas aquellas parcelas urbanas en el anterior Plan General de 2000 y que hubieran perdido parte de su superficie por el deslinde marítimo-terrestre en la costa o por la inclusión del río Racons en el Catálogo de Zonas Húmedas se vieran compensadas con el aumento de edificabilidad en los terrenos en los que aún pudieran construir. En la práctica, esta decisión suponía incrementar la barrera de hormigón.

El TSJ, sin embargo, considera que esta propuesta "carece de sentido" debido a que, en lo que respecta a primera línea de playa, Territorio se amparaba en un Plan General anulado por el propio tribunal en 2003 y que era mucho más agresivo que el Plan Transitorio redactado por PSPV y BNV. En cuanto al río Racons, la sentencia añade que esta zona está protegida como humedal desde 2002 y que todo el paraje que el viejo PGOU, entonces en vigor, consideraba urbano pasó entonces a "suelo no urbanizable de especial protección".






* ELPAÍS.com - A. RUIZ - Dénia - 18/04/2009
Foto: Denia (Alicante) - Rodriguillo (wikipedia.org)

1 comentarios :

Anónimo dijo...

La corrupción es algo más que los casos que van apareciendo en la prensa gracias a la presión cívica y el enorme valor que algunos colectivos y personas demuestran día a día.

Conocer las causas de tanta corrupción en la Comunidad Valenciana merece tiempo y un esfuerzo enorme, interminable.

Leed el siguiente texto. Una excelente reflexión que merece un lugar destacado en la presente página.

Sobre el PP valenciano, la corrupción política y económica, un sastre, pantalones, camisas y chaquetas


¿Qué hay detrás de los trajes de Camps, Costa...? La corrupción es algo demasiado habitual y "normal" en la vida política valenciana.
Javier Alarcos Gálvez | e-valencia.org |


Los numerosos casos de corrupción en España arraigan tanto en una aristocracia política de origen franquista, como en las estructuras psicológicas que generó aquel sistema para naturalizar el abuso



El Partido Popular aglutina en sus filas a los políticos más corruptos del Reino de su Majestad. Eso, aunque no lo demuestren los jueces, lo sabemos todos. Realmente, más que como partido, debería definirse formalmente como: grupo mafioso, o mafiocracia, al que acceden los niños pijos de un linaje especial de españoles selectos con vistas a ejercer un poder sobre el resto del país y, de paso, enriquecerse. Yo intento elaborar un artículo sobre la corrupción urbanística y política en Murcia -decir urbanístico, corrupción y política en este país es decir lo mismo-, el mayor feudo del PP en España, y he tenido que dividir los casos en varios artículos especiales (robo de agua, urbanismo...) porque uno sólo con todos los casos actualmente investigados sería demasiado largo. Aburriría. Y esto teniendo en cuesta que se trata de una información a la que cualquiera puede acceder a través de Internet. A estos habrá que añadir los casos que ni se conocen, ni se conocerán jamás.



Deberíamos preguntarnos de una vez por todas cómo es posible que semejantes políticos no solamente tengan cabida en España, sino que además se reproduzcan como por esporas y que nunca caigan en manos de la Justicia. Se podría responder que la justicia es un órgano no independiente de la política. Si se examina el sistema de elección de altos cargos de CGPJ se verá que no sólo no hay una clara división, sino que la justicia está literalmente en manos de los intereses políticos. Pero esto es otro tema del que por cierto ya hablé en otro artículo con relación a Garzón.

Por otro lado, creo que existe otro factor de peso: Los españoles en general tienen como un cierto aguante para los casos de corrupción política. De hecho, para una gran parte de la población no son tan escandalosos como para la otra. Alegan que "ellos también lo harían, de estar en su lugar", y esto porque asumen naturalmente que el acceso a la política no tiene su sentido en un auténtico interés por los asuntos sociales. Muchos ciudadanos vinculan a priori, ya digo que de forma natural, política y dinero fácil. Se ha asumido que esto es así.

Una explicación de este insólito fenómeno puede ser la vida en el régimen de Franco durante nada menos que 40 años. De hecho, yo personalmente considero que cuando se habla de franquismo la palabra "ilegal" pierde el significado específico que tendría en un auténtico ordenamiento jurídico y político. ¿Se puede hablar de corrupción política o económica durante este oscuro periodo de la triste historia de España? En realidad, no. Y esto es así porque se trata de un régimen golpista. Su desenvolvimiento está ligado a la ilegalidad. Da igual a qué leyes decimonónicas o a qué principios naturales apelaran en su día las tropas rebeldes para justificar su posicionamiento en contra de la República. Lo cierto es que quebrantaron la ley. El problema es que, una vez quebrantada, este acto se habría mantenido como ilegal si el golpe hubiera fracaso. Al tener éxito, se implantó en España una forma de gobierno -forma, por llamarla de algún modo- que ni siquiera contaba con un programa político, ideológico, identificable. Por eso la crítica al franquismo es tan ambigua. Por eso, mientras en otros lugares se habla de dictadura socialista, comunista, nacionalsocialista, fascista, en España debemos referirnos a la forma de gobierno con el mismo nombre que designa al gobernante, ya que no existen categorías políticas puras que puedan relativizar la función del régimen y hacer objetivos los casos de abuso de poder. Estuvo caracterizado por la Santa Voluntad de unos señores que, por la fuerza, hicieron suyo el país y luego lo utilizaron para enriquecerse, para consolidarse como clase dominante sobre otros españoles que corrieron peor suerte al defender la legalidad. Clase dominante que, de una forma u otra, llega hasta nuestros días.

España durante el franquismo fue el país del chanchullo. No sólo a nivel político. Las condiciones de vida fueron tan duras hasta bien entrados los años 50's (para algunos esta situación se prolongó durante muchos más años) que la gente corriente, los obreros, tenían que recurrir a toda suerte de artimañas para sobrevivir. Esta nueva picaresca, en el fondo, tenía su correlato en la clase dominante, en sus tejemanejes. Recordemos, por ejemplo, que en España, durante muchos años, no hubo política fiscal, y que la utilización de la peseta durante este tiempo era una simple cuestión de fe. De cara a las relaciones internacionales de comercio, se tenía que recurrir al trueque porque la peseta adquiría o perdía valor en función no de un mercado de valores, sino del favoritismo de algún Ministro con un empresario que había decidido dar el pelotazo con productos prohibidos por ley. Tener una amistad significaba tener riqueza. Ni siquiera se cobraban impuestos. En realidad, el imperio de la ley brilló por su ausencia. En un sistema legal se puede sobornar a un juez para que altere su veredicto, o a un funcionario de prisiones para que deje libre a un preso. Estos son casos de corrupción. En la España de Franco, sin embargo, estos casos constituían la norma. Todo era arbitrario. Los únicos valores eternos fueron los exigidos a la población sometida.

La diferencia esencial estriba en que los españoles corrientes lo hacían por necesidad, para subsistir nada más y a duras penas, mientras que los otros lo hacían para enriquecerse y vivir entre los más fastuosos lujos a la vez que pregonaban el ayuno, la abstinencia y la humildad cristianas. Se instaló en España, hasta la llegada de un sistema político (mejor o peor, pero sistema a fin de cuentas), una forma marrullera de hacer política y de vivir cotidiano que a veces se confundían. El asalariado de hoy día, al tener una nómina, posee ahora pocas oportunidades de estafar al sistema. Sin embargo, lo que ha quedado de todos esos años no es ya su habilidad para sobrevivir, su picaresca, sino la increíble tolerancia a los casos de corrupción que vemos en este país. De momento, ya tenemos una tesis: la corrupción de los políticos, esto es, el usar la política como vía directa al enriquecimiento, así como el beneplácito que dan a esta corrupción muchos ciudadanos (sin el cual no podría desenvolverse) tiene su origen quizá antes del franquismo, pero sin duda fueron esos 40 años los que por fin institucionalizaron la corrupción hasta disolverla tanto en la forma de actuación política en particular como en la mentalidad del español en general.

Fue, pues, una enfermedad endémica del franquismo, que comenzó el día del levantamiento contra un Gobierno legítimo. Y fue este mismo sistema de golpistas quien naturalizó la corrupción hasta convertirla en la norma. Incluso los socialistas de Felipe Gonzalez, que se presentaron como serios estadistas después de años de chanchullos, cayeron finalmente en la trama interminable de la corrupción. No obstante, es injusto que la derecha (desde el diario El Mundo) elaborara un discurso gracias al cual la palabra "pelotazo" y la corrupción política de esta clase iba a pasar a la historia ligada irremediablemente a los socialistas de entonces y a la época que va de finales de los 80's hasta que perdieron las elecciones, pasando por la Exposición Universal de Sevilla del 92. Es injusto, digo, porque la derecha mejor que nadie sabe que esta forma de corrupción viene de muy atrás, concretamente de las mismas filas de donde ellos han salido.

Podríamos todavía preguntarnos qué otros elementos contribuyen a la normalización de la corrupción. Estoy seguro de que son muchos los ciudadanos que se sentirían indignados si llegaran a conocer la ingente cantidad de casos que están siendo investigados con relación a la trama de corrupción que atañe sobre todo al Partido Popular (lo que no significa que no alcance también al PSOE, pero eso es otra historia). Los ciudadanos continúan fiándose de las noticias que difunden los medios de comunicación de masas. Aún distinguen entre la seriedad y veracidad que rodea un espacio de tertulia política y el carácter informal de otros espacios, como los del corazón. Sin embargo, lo que se está difundiendo en estos espacios de supuesta tertulia política con relación a la corrupción política y económica del Partido Popular es para sospechar. De hecho, por más que cada día machaquen al telespectador con numerosos casos del PP valenciano, uno llega a preguntarse si la función de los medios no estará siendo, realmente, la de desinformar sobre la naturaleza de la corrupción política en el país.

Sólo dos ejemplos: en Alicante al alcalde popular, Luis Díaz Alperi, y dos concejales, han sido imputaos por el juez por delitos de prevaricación, tráfico de influencias y adjudicaciones irregulares. El alcalde ha sido acusado por el partido de la oposición por aprobar en 2003 la revisión de un plan parcial en una zona en expansión para favorece un centro privado mediante una concesión administrativa encubierta en un solar reservado para un colegio público. El alcalde Pedro Hernández, del PP, estuvo imputado por la venta millonaria de un solar de su propiedad. Además de las acusaciones contra el alcalde hay otros dos imputados, dos concejales del consistorio municipal, Pascual Ortiz y José Antonio Sánchez, acusados de prevaricación. Pero sus casos fueron archivados. Solicitaban créditos para financiar obras y servicios no presupuestados.

Se pude continuar. Los casos son infinitos y se extienden hasta Murcia, conectados con la trama Marbellí que se llevó por delante, solamente, a Julián Muñóz, el chivo expiatorio, la cabeza cortada, sangrante y exhibida por televisión, de poderes que jamás nos estará permitido identificar, y cuyos nombres, quizá, nos tropezamos cada día en la calle en la forma de los más respetables logotipos, carteles e incluso anuncios de televisión. Recordemos el caso Zaplana de Terra Mítica y las facturas falsas. En todos estos casos se manejan cifras multimillonarias (300 millones de euros, 400 millones) Un vistazo rápido por internet podrá sacar a cualquiera de dudas.

Y con todo este trasfondo, que por cierto todos los españoles conocemos perfectamente, y que probablemente será más escandaloso de lo que la justicia, y nuestra propia imaginación, reconocerá jamás, hoy, en la cadena de televisión privada Cuatro, en la tertulia política de sobremesa, hablaban de unos trajes del señor Francisco Camps. No se cuántos pantalones y camisas y chaquetas. PANTALONES, CAMISAS Y CHAQUETAS. Repito, por si no se ha captado la gravedad, no del delito de Camps, sino del de los medios de comunicación en su tertulia política: hoy, el debate político trataba sobre cuántos PANTALONES, CAMISAS Y CHAQUETAS le han regalado a Camps. Federico Trillo también tiene algo que ver en todo esto, y la trama gira en torno a un sastre maléfico. No en torno a banqueros multimillonarios, multinacionales del ladrillo, alcaldes y demás miembros electos de la santa institución pública española, constructores, inmobiliarias, empresarios... NO, sino que giraba en torno a un SASTRE. y sus pantalones, camisas y chaquetas ¿De verdad piensan que nos vamos a tragar ese camelo?

Volvemos al principio de este artículo. ¿Es el Partido Popular el partido más corrupto del país? Con independencia de lo que digan los medios, es voz popular que los casos de corrupción urbanística en España son vergonzosos. Hablamos de una forma de enriquecimiento que, a diferencia de la corrupción del PSOE de González, va a cambiar, a la larga, la fisionomía del país, las relaciones políticas y, sobre todo, sociales. La corrupción ha sido la norma y amparada por el negocio del ladrillo de ella ha surgido una elite económica tan poderosa que va a ser difícil liberarse de su gobierno en las sombras, y más difícil va a ser todavía que no notemos las consecuencias durante muchos años.

El oscurecimiento de la vida que poco a poco vivimos, y que por ahora muchos no saben aún calificar, pero que sí sienten, se debe a este extraño proceso de cambio hacia formas de gobierno que de vez en cuando trascenderán el conservadurismo para mostrarse plenamente fascistas. Otras formas de explotación de la clase obrera, otras formas de represión y otras formas de vigilancia propias de un Estado sin libertad, están llamando a las puertas. De hecho, las tenemos ya dentro, configurando nuestro entorno, pero todavía son muchos los que se niegan a verlo porque la clase media aún no ha protestado en serio.

A pesar de que la crisis es global, en España su naturaleza responde sobre todo al modelo de crecimiento económico de los últimos años, ese que ha vuelto a generar pobreza para algunos, riqueza para otros, injusticia, endeudamiento de las familias y una diferencia intolerable entre las clases sociales, entre las que ahora hay que destacar a las muy pobres. Si experimentamos alguna clase de libertad parcial durante la década inmediatamente posterior a la transición, aquello se acabó, señores. Y el fondo de todo esto son los millonarios surgidos al amparo de la corrupción política y financiera del país. Y Cuatro hablando de la trama en torno a un sastre.

Fuente: http://www.e-valencia.org/