Suances: Una sentencia y decenas de expectativas

ELDIARIOMONTAÑÉS* : El Supremo ordena demoler el pabellón, la plaza de Hinojedo y el Hotel Suances, pero los vecinos piden que se busque una solución. Ante todo tienen la sensación de que están jugando con su dinero y es curioso comprobar como los más jóvenes del municipio conocen al dedillo detalles de una historia que comenzó a forjarse en 2001.

Aquel año, el Ayuntamiento y la sociedad Hotel Suances firmaron un convenio urbanístico según el cual la sociedad hotelera cedía a la Administración municipal un terreno en Hinojedo para que construyera un polideportivo, y a cambio, el Consistorio le permitiría ampliar su volumetría y construir un nuevo hotel. Pero en 2004, el Supremo sentenció que este acuerdo era ilegal y en diciembre, el mismo tribunal ordenaba demoler el pabellón y la plaza pública de Hinojedo para cumplir así como la sentencia que anulaba el citado convenio. Desde que se hizo pública esta orden, los servicios jurídicos del Ayuntamiento no han parado de analizar la situación y el alcalde, Andrés Ruiz Moya, ha reconocido no saber qué hacer para cumplir con la sentencia.
Los que sí tienen claro que el polideportivo «no se puede tirar» son los usuarios del pabellón. Por allí pasan a diario decenas de jóvenes que se estremecen ante la idea de que su lugar de juegos y entrenamiento pueda convertirse en una montaña de escombros. Los martes y los jueves, por ejemplo, un grupo de chavales entrena al tenis entre los que están Ramón Teira, Alberto Díaz, Juan José Medina o Ilia Kornilov. Teira conoce el tema porque se lo ha contado su abuela y dice que «si pudiera hablar con el alcalde le pediría que no tirara el polideportivo porque si lo hace no tendremos donde entrenar». Lo dice con pena, la misma que se le escapa a Sebastián Sancho, el conserje de la instalación desde hace cinco años. Sancho explica además que este es el único de Cantabria con pista de frontón y con un suelo especial para practicar hockey y patinaje.
Cerca del pabellón está Francisco Crespo, un joven de 18 años que vive en Cortiguera. También sabe que el tiene orden de derribo pero dice que «desde que lo empezaron a construir ya decían que algún día tendrían que tirarlo porque es ilegal». Pero va más allá y dice que «no me parece bien que hayan pagado esto con nuestro dinero y que ahora tengamos también que pagar el derribo con nuestros impuestos».

«¿Un bien para el pueblo?»
A quien le da igual que lo echen abajo es a Gustavo Herrera, un vecino del mismo Hinojedo que vive enfrente del complejo deportivo. Reconoce que antes de que lo construyeran podía ver desde su casa todos los Picos de Europa y cree que «si las cosas están mal hechas hay que tirarlas». Pero Herrera va más allá y acusa de cometer «muchas ilegalidades» al que fuera alcalde, José Ignacio Coterillo, y al entonces concejal de Urbanismo y hoy director general de la Vivienda de Cantabria, Francisco Javier Gómez Blanco. Además Gustavo Herrera se pregunta por qué dicen que el polideportivo es un bien para el pueblo. «Si tenemos que pagar por utilizarlo, no veo dónde está el bien». Y respecto a la plaza que también hay que echar abajo, tampoco muestra ninguna simpatía. «Siempre está vacía y sólo se utiliza para la fiesta del Corpus y la de San Saturnino, que organiza la pedanía». En este sentido, el conserje del pabellón no está de acuerdo. «En cuanto empieza a hacer bueno, la plaza se llena de mamás con niños y carritos. Es un lugar muy agradable».
Ya en pleno Suances preguntar sobre las sentencias que pesan sobre el polideportivo y el hotel levanta todo tipo de suspicacias. «Con los políticos que tenemos, ¿qué podemos esperar? Esto es como Marbella pero en pequeño», dice Pilar Casanova. «No exageres -le reprende su amiga Isabel Revuelta-. No es para tanto». En lo que ambas coinciden es en afirmar que no tiene sentido que tiren nada. «Que lo dejen como está y que a partir de ahora que estén listos y no dejen levantar nada sin tener todos los permisos legales», dicen.

Un sinsentido
José Luis Álvarez cree que «no es lógico demoler ni el pabellón ni el hotel. Siempre habrá medidas mejores que tirar el dinero de los vecinos. Creo que en el Ayuntamiento hay gente capacitada para encontrar una solución». Quien ofrece una es Borja García, un joven de 28 años que «es como si fuera de Suances porque estoy casado con una de aquí». García cree que «podrían convertir el hotel en una residencia para mayores, por ejemplo. Lo que no tiene sentido es que lo derriben».
Como él piensan David Aragón, Jerson Andrés y José Carlos Canelo, tres chicos de catorce años que recorren las calles de Suances en monopatín. «Todo este follón es porque un vecino que vive detrás del hotel se ha quedado sin vistas y por eso se ha montado lo que se ha montado». Creen que «si echan abajo el polideportivo tirarían el dinero de los vecinos a la basura y, según el alcalde no tienen mucho».
Los tres saben de lo que hablan porque a pesar de su edad ya se han reunido con Ruiz Moya en su despacho. «Fuimos a pedirle que construyera una pista para patinar porque la gente siempre nos echa la bronca por la calle. Volvimos a verle y nos enseñó los planos de un proyecto pero nos dijo que no tenían dinero para hacerla. Pero claro, tienen dinero para hacer una nueva Plaza de Viares, para cambiar una acera de la playa, para la Vuelta a España...». Los tres jóvenes se alejan en su monopatín con la esperanza de que el pabellón siga en pie muchos años y miran con incertidumbre el hotel, el primero de cinco estrellas del pueblo. El único consuelo que les queda es que no lo tiren y como dice otro vecino: «¿En Cantabria han tirado alguna vez algo?. Pues eso».





* El Diario Montañés - LETICIA MENA - 24.02.09
Foto: Suances (Cantabria) - suances.net

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