«Hay paisajes de Canarias que han dejado de existir»

ABC* : «En las Islas, sobre todo cuando las visitas a lo largo del tiempo, tienes la impresión de que sobra cemento, que paisajes que son los que te habían atraído en un primer momento en el siguiente viaje han dejado de existir». El reconocido arquitecto urbanista Carlos Verdaguer, director del taller «La ciudad de las tres ecologías: Una posible introducción al eco-urbanismo», celebrado esta semana en Lanzarote, en la sede de la Fundación César Manrique, reflexionó en declaraciones a este periódico sobre los efectos nocivos que ha tenido para Canarias «la espiral de destrucción de la industria turística».

El técnico se trajo en la maleta varios mensajes. Entre ellos, que aplicar criterios de sostenibilidad en la construcción, el desarrollo urbano y, en general, en la gestión del territorio, lejos de suponer un freno, aporta un valor añadido para la economía.
Verdaguer no tiene dudas sobre el hecho de que la aplicación de criterios ecológicos supone un beneficio para el desarrollo económico, por más, dice, que algunos se empeñen en colgar el sambenito de que los ecologistas tan sólo quieren que no se haga absolutamente nada.
«Hay una clave muy clara. El modelo que hay detrás del ecourbanismo es un modelo que desde el punto de vista productivo reclama una mayor mano de obra, por ejemplo porque se exige un mayor cuidado de los detalles para que los aislamientos estén debidamente colocados. Se trata de un modelo que, bien gestionado y entendido, podría contribuir notablemente a la crisis y a buscar salidas a la crisis desde la sostenibilidad», afirma.
«Un buen entendimiento de la sostenibilidad lleva asociado un modelo productivo en el que los recursos humanos tienen un mayor peso. Es algo en lo que nunca se hace suficiente hincapié. Hay cosas -enfatiza- en las que no se gana absolutamente nada por hacerlas mecanizadas. Y esto no sólo se puede aplicar al parque inmobiliario, sino en el espacio público, porque ahí también hay un enorme campo de trabajo.»
Desde su punto de vista, territorios tan frágiles y presionados como el Archipiélago deben asomarse a dos ventanas cuanto antes: la renovación de la planta y la diversificación económica.

«Desde el punto de vista de la sostenibilidad económica, en las islas es donde más habría que incidir en los temas de autosuficiencia y no centrarse en una única fuente. Hay que centrarse en el desarrollo de los recursos locales. Menorca consiguió hacer frente a los primeros embates del turismo de masas porque tenía una industria diversificada», cita, al poner como referencia la isla balear de la que es originario, aunque su residencia está ahora fijada en Madrid.
Por otro lado, Verdaguer cree que la construcción de residencias ha tocado claramente techo en España. «Resulta evidente que el mercado inmobiliario se tenía que desplomar, porque no ha tenido en cuenta ningún tipo de límites y se ha sobredimensionado. Se ha creado más vivienda de la que realmente se necesita», sostiene.
Actualmente, cree que no hay un problema de parque de viviendas en España, que tiene 24 millones: «Lo que sí existe es un problema de acceso, de gestión de ese parque inmobiliario. No hace falta poner en marcha la maquinaria para seguir construyendo vivienda, sino redistribuir la que hay y activar mecanismos para que afloren los tres millones y medio de viviendas vacías que existen e intentar mejorar la vivienda degradada», propone.





* ABC - ERNESTO LUNA | ARRECIFE - 10.10.2008

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