TEODORO LEÓN GROSS* : Por más madera que ponga en sus calderas la maquinaria de propaganda de la Junta -una de las más poderosas y mejor dirigidas del país, aunque lamentablemente no se corresponda con el nivel de la economía o la administración andaluza, sino que más bien sirve para ocultar las debilidades de éstas- la sentencia del escándalo del Algarrobico apunta, negro sobre blanco, una conclusión incómoda: el monstruo de veinte plantas a pie de playa se construyó porque el ayuntamiento socialista y la Junta de Andalucía ignoraron la Ley de Costas y el plan del Parque Natural del Cabo de Gata para legalizarlo.
Durante los últimos años, la Junta ha tratado de presentarse como víctima de un promotor sin escrúpulos, pero ahora el juez reclama a la Fiscalía una investigación de las autoridades autonómicas y locales ante los notorios indicios de corrupción. Qué paradoja. A la Junta le han cortado en seco su estrategia impostora de ir a los tribunales como agraviada, y de nuevo se ve bajo la sombra de la sospecha entre la «abulia» ante sus responsabilidades y la presunción de haber prevaricado.
La sentencia del Algarrobico da otra vuelta de tuerca a lo ocurrido en Marbella. Entonces el juez Torres ya le cortó la misma estrategia a la Junta rechazando que ésta se personase puesto que el aquelarre urbanístico del gilismo sólo pudo consumarse con la complicidad de Sevilla, si no por acción al menos por omisión. Ahora, una vez más, reaparece la corrupción en un ayuntamiento del litoral -el mayor granero de venalidad del país, retratado en el informe de International Transparecy- pero la sentencia incluye a la Junta señalándola por manipular sus propios planos del Parque Natural (una «burda maniobra») para 'legalizar' el hotel. La retórica de la administración aún se empasta con la palabrería hueca del buenismo oficial, pero las frases de la sentencia repiquetean con acusaciones de «desidia» ante «el interés general» y actuar «de forma clamorosamente contraria al ordenamiento jurídico». Eso sí, que nadie espere que esto vaya a tener consecuencias; ni siquiera alguna dimisión para justificarse. La maquinaria de propaganda de la Junta pronto habrá reconducido el escándalo.
* SUR - Opinión- 09.09.2008
El Algarrobico bajo la sombra de Marbella
en
10.9.08
por UrbanismoPatasArriba
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