El abandono es más letal que los vándalos en el Albaicín

GRANADAHOY* : El deterioro monumental, medioambiental y urbanístico que padece el barrio, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, es visible con sólo dar un paseo por cualquiera de sus calles.

Aljibe del siglo XIII y papelera del siglo XXI. Este es el contraste que ofrece la portada de la iglesia de San Miguel Bajo, en el Albaicín, sobre la que descansan ambos elementos. También lo hace una placa indicativa de la Junta de Andalucía que, colocada con discutible sentido estético, invita a la lectura obligada. La belleza de la escalinata, que ofrece una visión espléndida de la Torre de la Vela, se emborrona de forma estrepitosa por un área ocupada por tres basureros que, a media tarde, lucen repletos de deshechos.

Y así, una larga retahíla de detalles inoportunos llaman la atención de cualquier visitante que se acerque a la plaza de San Miguel Bajo, en uno de los entornos del Albaicín más visitados por los turistas y más castigados por el abandono de las calles, llenas de grafitis, y el mal estado del empedrado, del cableado y de varios árboles enfermos.

En este pequeño espacio, las sombrillas multicolores del bar Acebuche desafían las leyes del orden. Pero el cartel del menú del día del restaurante Casa Blas no se queda atrás: comparte poderío con el Cristo de las Azucenas, al que los albaicineros llaman el de las Lañas "por su mal estado de conservación", según asegura Lola Boloix, miembro de la Asociación de Vecinos Bajo Albaicín.

El caso es que, además de la suciedad que presenta la talla, la mitad del travesaño izquierdo de la cruz está rota. Apareció fracturada en el suelo hace un mes "por culpa de los vándalos", según unos, y del "abandono", según otros vecinos. La Fundación Albaicín ha adjudicado recientemente a la empresa Julia Ramos Restauración de Patrimonio S.L. el arreglo de este cristo.

Vándalos aparte, si el Albaicín se quisiera la mitad de lo que se dice, se cuidaría el doble de lo que lo hace. Cierto es que el vandalismo toma su máxima expresión en este barrio a través de la rotura de farolas y grafitis en cualquier pared que se precie: las pintadas se extienden a monumentos de hace mil años, como el alminar de San José, las murallas de Granada, el palacio de Dar Al -Horra o cualquier otro monumento, fuente, o fachada. Pero no hay mayor tropelía que el abandono, la desidia que no tiene nombre pero sí apellidos para muchos de los vecinos.

Para ejemplificarlo, las opciones son numerosas. Entre ellas, destacan las múltiples peripecias del futuro centro municipal del callejón del Gallo, que se ha ganado a pulso el ser una de las obras más largas de la ciudad. Tras más de diez años de espera, abrirá sus puertas en octubre, según prevé la Gerencia de Urbanismo. Y lo hará con un techado que queda a mitad de los ventanales, ya que "el arquitecto se dio cuenta de que se habían olvidado de soterrar los cables" -comenta Lola Boloix-, de modo que se tuvo que construir otro techo más bajo para introducirlos a última hora.

Pendiente de reforma se encuentra desde hace años el palacio de Dar Al-Horra, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Andalucía y lleno de humedades y roturas en la solería de varias de sus bellas estancias. Junto a los contadores de agua, justo en la puerta, un improvisado tubo lleva el agua hasta el jardín nazarí, con un sistema de riego arcaico y averiado. Los interruptores, muchos de ellos rotos, contrastan con la belleza de un espacio único por el que, según varios vecinos, apenas aparece algún técnico muy de vez en cuando para reparar alguna avería. Fuera, en la muralla de la Cuesta de Alhacaba, el cableado no se queda atrás, al igual que las farolas, muchas de ellas estropeadas.

El estado de abandono es total en otro de los históricos solares de esta zona: la Casa de la Lona, cuyo proceso de expropiación forzosa se paralizó al interponer sus propietarios un recurso contencioso-administrativo. Los cascotes y restos de podas colman la casa, junto a la que el Opus Dei construirá una residencia universitaria en un solar para el que ya tiene permiso de obras.

Bajando por el barranco de Tello, la escalera que va desde el aljibe de Zenete a Beteta, se accede al mirador. La primera vista es desoladora: el impresionante aljibe goza de un maquillaje desfavorecedor. Al igual que buena parte del barrio, que para la Asociación de Vecinos Bajo Albaicín está hecho "una pena". Además de una importante inversión, la asociación pide que la Unesco intervenga en el asunto, al tiempo que reclama la creación de una ruta morisca y otra de carácter religioso a efectos de que las iglesias sean visitables y amplíen su horario de apertura.





* Granada Hoy - Elena Llompart - 25.08.2008
Foto: La expropiación de la Casa de la Lona, paralizada tras interponer los propietarios un recurso contencioso. - granadahoy.com

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