Sevilla: Especulación inmobiliaria, construcciones y delitos urbanísticos, el pan nuestro de cada día

GAS* : El futuro de Sevilla se ve color de ladrillo. A pesar de la crisis inmobiliaria y de la ya de por sí elevada construcción en el Área Metropolitana de Sevilla, el futuro de Sevilla es seguir aumentando la conurbanización entre la capital y los pueblos de su periferia: Alcalá, Dos hermanas, el Aljarafe, etc.

Los últimos años han sido de crecimiento espectacular en las poblaciones “dormitorio” sevillanas; así, en cuarenta y ocho localidades de la provincia se han dado de alta en el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) 59.000 viviendas durante los últimos seis años. Estas cifras, que no engloban a la totalidad del territorio sevillano, ya dejan ver el “boom” urbanístico del último lustro.

De entre las localidades que más aumentan, se encuentran Dos Hermanas, que está viviendo una expansión urbanística sin precedentes. Los últimos planes urbanísticos reflejan la creación de 7.000 viviendas de protección oficial (VPO), tras los que se esconde la creación de otras 14.000 viviendas de renta libre. Esta dinámica de crecimiento incontrolado, reflejada en el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) vigente, incumple el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA).

Otra localidad que muestra señales de multiplicar su población es Alcalá de Guadaira. Así, la Comisión Provincial de Ordenación del Territorio de la Junta en Sevilla ha aprobado la modificación del plan parcial de La Isla. En dichos suelos, de 65 hectáreas, se construirán 2.500 viviendas de renta libre y otras 1.145 de VPO, además el nuevo estadio municipal de fútbol y un nuevo hospital, reservándose 3,2hectáreas para usos terciarios. Esta medida traerá consigo la conversión en vía urbana de la antigua N-334 y la creación de una circunvalación que impactará directamente en el río Guadaira al tener que cruzarlo con un nuevo puente. A esto hay que sumar la construcción de unas 4.500 viviendas en la zona de contacto con el Parque del Guadaíra.

Ya dentro de Sevilla, la expansión de la ciudad se plantea por el noroeste y el sur; por el noroeste, en los terrenos de Santa Bárbara, se prevé utilizar una parcela de 380 hectáreas para continuar el llamado desarrollo urbanístico de la conurbanización de Sevilla. El proyecto comenzará el próximo octubre, planteándose 17.000 viviendas, siendo 6.000 de protección oficial. Será la empresa DUSE SL, participada por Sando, Realia y Noriega la encargada de las obras. Este terreno nuevo barrio se situará entre Sevilla Este y el Aeropuerto.

Sin embargo, es el sur el que se pretende inundar completamente de viviendas y urbanizaciones. De este modo, en los próximos 15 años nacerán cuatro nuevas zonas residenciales para lo que las infraestructuras se multiplicarán: por un lado, se construirán nuevas conexiones por carretera (el Paso Territorial Sur) entre el sur del Aljarafe, Dos Hermanas y Los Quintos, y las líneas férreas se completarán con la Línea 1 de Metro ya en ejecución. Así, se pueden entender las obras de creación de la S-40 y los desdobles de diversas carreteras en la periferia sevillana.

Las zonas elegidas serán Cortijo de Cuarto, Entrenúcleos, Palmas Altas y Villanueva del Pítamo, además de los equipamientos que aportará la ordenación de los terrenos del Guadaira y del Puerto de Sevilla. Contarán con 5.000, 20.000, 3.000 y 12.000 viviendas, respectivamente.Las viviendas, que serán casi la mitad de protección oficial, pretenden convertir algunos de esos enclaves en los llamados “barrios del siglo XXI”, con espacios verdes bien distribuidos, comunicaciones por carretera, tren y bicicleta, con centros como la futura Ciudad del Conocimiento, parques tecnológicos, equipamientos, espacios comerciales, etc. Las obras en algunos de estos espacios comenzarán en el año 2009, y ya las inmobiliarias han adquirido los suelos así como han comenzado la construcción de los centros comerciales. Sin embargo, este edén de fantasía y vida “americana”, conllevará la supresión de tierras de cultivo por viviendas innecesarias, el cambio del cauce del río Guadaira, así como el impacto en la flora y fauna de esos espacios.

Esta práctica constructora frenética, unido a la crisis en el sector, hace que se llegue a la contradicción de tener, actualmente, 7.000 pisos nuevos sin vender, y 19.000 en construcción y paralizados. Esta situación hace que las administraciones diseñen planes para que las casas se vendan y la crisis se frene: es la nueva política de las VPO. Viviendas pagadas en parte por la administración para personas con bajos recursos, lo que a su vez da a los políticos un aire populista. Por lo tanto, las administraciones están pagando a las constructoras para que no desaparezcan y tengan negocios, sin replantearse si son necesarias.

La contradicción se hace patente cuando vemos la actuación que se lleva a cabo en el centro de Sevilla: se destruyen casas, corrales de vecinxs, se echan a lxs vecinxs y se especula con ellos, construyendo nuevos apartamentos de lujo para las capas altas de la sociedad, que pasan a vivir en estos centros históricos, que, además, se están convirtiendo en verdaderos espacios “impolutos” con las medidas represivas tales como la ordenanza “cívica” que se quiere aprobar, las cámaras de “seguridad”, la ley antibotellón, etc. Y la población termina segregada en barrios periféricos, con una calidad de vida peor y sosteniendo a las empresas constructoras. A esta situación hay que añadir los centenares de espacios desocupados y vacíos de la ciudad.

Esta política, que se deja ver en diferentes medidas, tiene su ejemplificación en el tema de la vivienda cuando vemos que el Consorcio de la Vivienda de la Gran Sevilla tiene pactadas 10.000 VPOs o que la Junta prevé construir 27.440 VPO más en el área metropolitana de Sevilla. De hecho, se invertirán 12.000 millones el nuevo Plan de Vivienda y Suelo que pretende conseguir, antes del 2012, que 4 de cada 10 viviendas construidas sean de protección oficial.

Y, por si no fuera poco, estas decenas de miles de viviendas que se construyen, degradan los espacios naturales del territorio, saturan los acuíferos, implantan modelos de transporte perjudicales y hacen crear infraestructuras gigantescas que no hace más que repercutir sobre el medio ambiente de la zona en la que se implanta. Los datos, de la Fiscalía de Medio Ambiente sevillana, revelan que entre 2005 y 2007, el 61% de los más de mil cien asuntos relacionados con delitos ecológicos y del patrimonio se con infracciones urbanísticas. Según datos del Seprona, entre enero del 2005 y septiembre del 2006, se detectaron 1.400 construcciones ilegales y 309 parcelaciones ilegales en 21 municipios de la provincia la mitad de las construcciones irregulares de Andalucía.

Ante esta coyuntura de irregularidades en las poblaciones andaluzas y sevillanas, ha nacido una plataforma, “Vivir en el campo”, impulsada por el alcalde de Marchena, que pide la regularización de las viviendas ilegales.







* Grupo de Acción Social - 07/06/2008
Foto: Sevilla, área metropolitana - diariodesevilla.es

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