Valencia y su metrópolis perdida

LEVANTE* : Valencia corre el riesgo de sufrir, en un futuro inmediato, un declive similar al que se atribuye a Barcelona, donde la reciente llegada del AVE no ha solucionado las evidentes carencias en materia de planificación de infraestructuras para el transporte y el suministro de servicios como el agua y la luz.

Justamente cuando Valencia somete a revisión su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) con una cierta falta de amplitud de miras para asumir su carácter metropolitano, los analistas atribuyen ahora el declive de la capital catalana a la pérdida de su papel como área metropolitana tras la disolución de la Corporación del Gran Barcelona, creada en 1974 y desmantelada en 1987 por el gobierno autonómico, presidido entonces por Jordi Pujol (CiU).

El paralelismo entre Barcelona y Valencia es evidente, porque aquí desaparecieron la Corporación Gran Valencia, creada en 1949, y el Consell Metropolità de l'Horta (CMH), liquidado en 1999 durante la etapa en que presidía la Generalitat Eduardo Zaplana (PP). La diferencia es que Valencia cuenta ahora con una oportunidad de oro -la revisión de su PGOU- para asumir el papel metropolitano que le corresponde, ya que "la ciudad real es de 1,5 millones de habitantes, no de 850.000; no es sólo la capital administrativa, sino un todo continuo que incluye los cuarenta y tantos municipios de la corona metropolitana", sostiene el urbanista Gerardo Roger. Para él, el planeamiento del PGOU de Valencia es "excesivamente limitado" y debe modificarse con una visión territorial distinta y amplia para atender, de forma coordinada, todos los retos "urbanísticos, de infraestructuras y vivienda". Se pregunta, al respecto "por qué en 1949 sí se pudo hacer un plan metropolitano para Valencia y su cintura y en el 2008 no".
La fórmula, según Roger, sería la creación de algún órgano de gestión intermunicipal adscrito a la Generalitat.

El modelo de Londres

José Quintás Alonso, uno de los analistas que más ha estudiado el caso de Valencia, plantea una hipótesis absurda para entender la necesidad de un plan metropolitano: "¿Alguien comprendería -pregunta- que desmembráramos Valencia en 80 barrios, cada uno con su planificación diferente?". Y añade: "¿Por qué, pues, si es evidente que la ciudad continúa donde empieza Mislata, no se aborda la creación de un ente supramunicipal que coordine a los 45 municipios del área metropolitana?".
Recuerda Quintas el ejemplo de Londres. Durante el gobierno de la conservadora Margaret Thatcher se suprimió la corporación metropolitana londinense, pero tras la victoria de Tony Blair los laboristas convocaron un referéndum en el que se preguntó a los ciudadanos si querían tener un alcalde metropolitano. Venció el sí, lo que permitió a Londres recuperar entre los años 1999 y 2000 su autoridad metropolitana, justamente por las mismas fechas en las que la Generalitat Valenciana tomaba la decisión contraria disolviendo el CMH. "Si se pudo recuperar en Londres, se puede recuperar aquí", afirma Quintás.

Las posturas de Quintás y Roger no son excepción. En las últimas semanas se ha hecho patente un clamor entre urbanistas, economistas, arquitectos, ingenieros y políticos a favor de una Valencia metropolitana que no logra consolidarse y que puede ser inviable, definitivamente, si no se reorienta el nuevo PGOU. Esa opinión crítica ha sido la más extendida entre los 70 expertos consultados a propósito del encuentro sobre la revisión del PGOU organizado esta semana por el PSPV. El economista Josep Sorribes y el ingeniero Vicente Monte han criticado la ausencia de dimensión y planificación metropolitana del PGOU, que causará graves problemas de movilidad.





* Levante-EMV - Vicente Aupí - 25.05.2008
Foto: Valencia desde el aire - valenciamania.net

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