Andalucía: Vivienda por ley

SUR/Editorial* : El anteproyecto con el que la Junta de Andalucía pretende garantizar por ley el acceso a la vivienda a todos aquellos ciudadanos con ingresos inferiores a 3.000 euros ha provocado reacciones dispares que evidencian no sólo los recelos y dificultades que plantea legislar sobre un derecho constitucional cuyos límites ha venido definiendo el libre mercado. También constituye un reflejo de la proliferación de iniciativas con que las distintas administraciones están tratando de afrontar una problemática generalizada, que acostumbra a integrar de forma tan inevitable como a veces perniciosa la agenda preelectoral.

Esas mismas instituciones no pueden obviar su propia responsabilidad en la perpetuación de una dinámica social que ha llevado a equiparar el derecho a disponer de una vivienda digna con el acceso a la compra de la misma, acentuando la convicción de que atesorar una escritura de propiedad siempre resulta una opción más aconsejable para los proyectos personales y las economías domésticas que cualquier otra eventual alternativa. Una cultura colectiva tan arraigada que ha terminado por propiciar comportamientos incongruentes, como los de aquellos jóvenes encadenados a una hipoteca cuando su horizonte profesional y vital se encuentra aún vagamente definido.

La controversia suscitada entre el presidente andaluz, Manuel Chaves, y el ministro de Economía, Pedro Solbes, reticente a promover 'grandes leyes que den reconocimiento a derechos para toda la vida', refleja los impedimentos para explorar soluciones no sólo consensuadas, sino que se demuestren realmente efectivas. Al proyectarse al terreno legislativo, la propuesta de la Junta busca imbricarse en la tradición constitucional que consagra el derecho de los ciudadanos a gozar de una vivienda 'digna y adecuada', comprometiendo a los responsables institucionales en la promoción de 'las condiciones necesarias' y 'las normas pertinentes' que lo permitan. Pero la literalidad del artículo 47 de la Carta Magna está llamada a garantizar el acceso a un techo, no imperativamente la propiedad del mismo; y la obligación del Estado de asegurar la igualdad de los ciudadanos en el disfrute de las previsiones legales no puede traducirse en un amparo generalizado -y por ello imposible- a la posesión inmobiliaria, ni tampoco redundar en iniciativas cuyos bienintencionados propósitos comporten el riesgo de nuevos desequilibrios o situaciones injustas.

Resulta discutible que una renta de 3.000 euros -el salario medio en Andalucía ronda los 1.400- no facilite la adquisición o el alquiler de un piso incluso a sus precios actuales y con la continuada subida de las hipotecas. De igual manera que el impacto del coste de comprar o arrendar un piso protegido tampoco es equiparable entre los sueldos mínimos y los más elevados, aunque unos y otros puedan beneficiarse de una medida que, como otras propuestas, despiertan comprensibles incógnitas sobre su posible encaje en las cuentas públicas. El hecho de que la iniciativa se haya formalizado en período preelectoral obliga más si cabe a un debate reposado y riguroso sobre su futuro desarrollo y aplicación.






* Diario Sur - 06.09.2007




1 comentarios :

Anónimo dijo...

La UCE-Andalucía acogió hoy positivamente el anteproyecto de ley del Derecho a la Vivienda, ya que promueve el acceso a una vivienda "digna y adecuada" a las personas con dificultades económicas y, sobre todo, ante el endeudamiento de muchas familias por la subida de las hipotecas y el precio de los pisos.


La futura ley, que recibió el martes el visto bueno del Consejo de Gobierno para iniciar el trámite parlamentario, garantizará la vivienda, en alquiler o en propiedad, a las unidades familiares con ingresos inferiores a 3.100 euros netos mensuales.

Para la Unión de Consumidores, esta iniciativa es "una consecuencia lógica del desarrollo del nuevo Estatuto de Autonomía para Andalucía y que establece el derecho a una vivienda digna y adecuada.

En un comunicado, la UCE-Andalucía consideró necesario implicar y comprometer en este proceso al resto de las administraciones públicas, la local a través del compromiso público de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias-FAMP, y la estatal, "no sólo con el apoyo verbal de su ministra de Vivienda, sino con el compromiso explícito y económico del Gobierno de España".

La organización de consumidores apuntó que ese anteproyecto de ley también viene a regular la calidad en la construcción de vivienda libre, y en este sentido exigió que se aborden en el texto los parámetros de calidad integral en la construcción y acceso a la vivienda, que tantas reclamaciones generan en los consumidores.

Denunció el alto endeudamiento de las familias andaluzas por el precio de las viviendas y afirmó que el "enriquecimiento de empresas y la bonanza de los ingresos del Estado son a base de endeudar y empobrecer las economías domésticas".

Sevilla, 6 sep (EFECOM)